martes, 3 de julio de 2007

Sobre estafas y estafados

Finalizaba el 2001, cuando un ex gobernador bonaerense asumía sin elecciones pero con apoyo de toda la política provincial y de parte del peronismo nacional, la presidencia de la Nación. En su primer discurso dijo claramente “quien depositó dólares, recibirá dólares”. Si usted tenía depósitos en esa moneda, nunca más se olvidará de aquel funesto día.

Esta nota podría comenzar en cualquier año anterior y encontraremos algún caso análogo. Pero no es cuestión de hacer revisionismo histórico, sino de mantener la memoria política de los ciudadanos.

Pero cualquiera sea la fecha donde queramos pararnos, encontraremos que la estafa ha sido un lugar común al que arriban nuestros políticos. Especialmente los de “carrera”. Casi podríamos sentenciar que: La antigüedad de un político en el ejercicio de su actividad, es directamente proporcional a su inclinación hacia la estafa ciudadana.

Quizás entonces podamos entender la necesidad de la gente de encontrar políticos “nuevos”. Sin la mochila de los conocimientos necesarios para timar las esperanzas populares. Y con la esperanza que nunca los adquieran.

Sin pretender cerrar el listado, veamos algunos ejemplos recientes de lo hasta aquí mencionados. Y a los efectos de practicar la brevedad necesaria en el medio, vamos a circunscribirnos a la actual administración. Porque no nos olvidemos que es allí a donde pertenece el actual candidato porteño del Frente por la Victoria.


La energía y el trabajo

Cuando en 2004 algunos analistas comenzamos a alertar sobre la posible crisis energética que debería darse entre el 2006 y el 2007, de no mediar cambios estratégicos en la política energética, la respuesta fue el insulto fácil. El 2006 fue un año más que benigno en términos climatológicos y eso contribuyó a generar la idea del acierto oficialista.

Hasta que en el 2007, ocurrió lo que debería pasar todos los años. En invierno hace frío. Este hecho parece que no estaba en los pronósticos oficialistas y entonces, cual acontecimiento excepcional, aparece como excusa por la crisis energética.

Hoy no sólo el gas que se distribuye tiene menos calorías y la electricidad menos tensión, sino que muchas empresas están siendo obligadas a trabajar a un ritmo menor.

Las consecuencias serán no sólo un menor crecimiento, sino que en muchos casos empezaremos a ver como crecen los conflictos laborales por suspensión e incluso despido de trabajadores. Claro que el IndeK se ocupará de mostrar estadísticas de mejoras en el empleo. Y muchos choferes de taxis y remises, verán como pasan los días sin poder sacar sus vehículos a trabajar. Así se suma otra nueva estafa.


El combustible

Nos aseguraron que así como las tarifas no iban a subir y el servicio no se iba a ver afectado, de manera análoga, la nafta y el gasoil se mantendrían fijos. Hoy el sector del agro comienza a pagar las consecuencias de su apoyo inicial ante una política que en un principio la favoreció, atento a que sus ingresos, como resultado de la exportación de sus productos, estaban denominados en moneda fuerte (dólares, euros, etc.) y sus costos (salarios, precios, impuestos, etc.) en pesos.

Reclamaron por los derechos de exportación (retenciones) a sus productos, pero nunca por los correspondientes al combustible. Como si fueran dos modelos económicos diferentes. Se olvidaron que el enemigo natural de un progresista, es el terrateniente. Que nada le causa más placer a la izquierda latinoamericana, que llevar a cabo una reforma agraria. Y si eso no es posible, cualquier transferencia de riquezas desde ese sector hacia el resto de la población, será al menos deseable.

Hoy el sector agropecuario se encuentra no sólo sin combustible para mover tractores, camiones y otros vehículos necesarios para la cosecha, sino que el nivel de retenciones tiende a acercarse al del sector energético. Finalmente, el modelo se sinceró y demuestra que va contra el capital. No importa de quien.

Sin embargo el campo sigue en su posición y ahora pide la aplicación de la Ley de Abastecimientos. Sin entender que antes que se den cuenta, esa misma ley fascista, les será aplicada a ellos cuando en la espera de un mejor precio, mantengan sus granos en los silos. O no manden ganado a la faena.

Adicionalmente, el ciudadano de a pie, que ante la posibilidad de usar su vehículo con un combustible más barato (el gasoil), acepto con los dientes apretados, la implementación de un impuesto adicional al momento de adquirir aquel vehículo. Hoy se ve estafado nuevamente.


La educación

Hasta hace unos meses atrás, pocos argentinos reconocían la cara o el apellido del Ministro de Educación de la Nación. Y muchos menos, recordaban su nombre de pila.

Si el cambio de esta situación se debiera a una actuación descollante en el área, desde ya que muchos nos alegraríamos, sin importar el origen partidario o ideológico del mismo.

Pero lamentablemente no es el caso. Resulta que los únicos “logros” de ministro han sido el lanzamiento de una ley de reforma educativa, la cual no sólo no fue consensuada de manera real con la sociedad, sino impuesta a partir de una farsa con organizaciones que apoyan cualquier cosa que haga el oficialismo.

El otro “logro” ha sido la disposición de un aumento de salarios a los docentes a nivel nacional. Con este hecho, no solo pisotearon el federalismo, ya que la educación es potestad de cada provincia, sino que generaron un caos por todos conocidos, donde los únicos perjudicados fueron los niños al no poder concurrir a clase por más de dos meses.

Hace pocos días, la ex ministra de educación, Lic. Susana Decibe reconoció públicamente, que el Lic. Filmus no sólo era asesor suyo cuando la reforma educativa anterior fue implementada, sino que participó de manera activa en su elaboración y búsqueda de apoyos.

Atento que el actual ministro se ocupó de defenestrar aquella ley, su comportamiento nos demuestra dos cosas muy importantes: que no fue un funcionario sin peso en la administración Menem, la cual el tanto denosta, sino que además como parte importante del equipo que definió dicha ley, le cabe una importante responsabilidad en las consecuencias de su implementación. Dos estafas más.


La campaña

Supusieron que una campaña sucia iba a ser la forma de ganar y tres de cada cuatro porteños le dijeron no a Filmus. Pero en realidad, como el candidato es tan solo un atajo hacia el mismo presidente, el NO fue al modelo no solamente económico, sino social que actualmente se encuentra vigente en nuestro querido país.

La campaña se ha basado no sólo en afirmaciones sobre supuestos aspecto personal del candidato opositor, sino que además, en todos los casos, sin conexión alguna con la verdad. Mentiras tan evidentes, que los mismos funcionarios que deberían estar preocupados por solucionar las diversas crisis que los ciudadanos sufrimos por su falta de gestión, tuvieron que salir a rectificar los mensajes de campaña. Varias estafas concurrentes, debemos agregar al inventario.

Finalmente, el discurso del Frente por la Victoria se sustenta, sólo en las palabras, en buscar construir una Argentina mejor y más justa.

Explicarle a la gente que el IPC de mayo fue de 0.4% (según el IndeK), tratar de hacer coincidir los índices de inversión o verificar los indicadores de desempleo y empleo informal con la realidad, o bien creer en la honorabilidad y falta de actos de corrupción de los funcionarios actuales, es como pedirle al pueblo argentino que crea en los Reyes Magos.

Son tan solo estafas. Estafas que se suman de manera diaria y ya nadie se molesta en contabilizar pero que no deberíamos nunca olvidar.

Mauricio (que es Macri y nunca lo negó), es el candidato a ganar el 24 el balotagge. Seguramente por mucho más que lo que dice el gobierno. Y esa es la principal razón por la cual no se presentará a una candidatura presidencial. El apoyo obtenido en estas elecciones, le dan la necesaria fuerza para poder mostrar que se puede gobernar sin robar. Sin estafar. Algo que otros no pueden decir. El 2011, es otra cosa.

Como dijo el candidato Filmus: No nos equivoquemos el 24. Las escaramuzas de una ciudad realmente autónoma en boca de cualquier funcionario K es otra estafa. Y de las mayúscula. Teñida de chantaje.

Como dije hace una semana, “Que el sentido común nos acompañe o que nuestros hijos nos lo demanden”.

Junio 16, 2007.-

Publicado en Fundación ATLAS 1853 (
www.atlas.org.ar)

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