Los argentinos creemos que hemos convencido al mundo que la soberbia es nuestra característica y esta está originada en nuestro ilimitado saber y raciocinio. No el mundo. Pero nosotros estamos convencidos que esto es así. Y esta es la trampa.
La decadencia de nuestra dirigencia política, nos ha obligado a soñar en cambiarla. A este sueño, lo hemos denominado “La Reforma Política” y en ella se han ido incluyendo todo tipo de soluciones parciales, en particular alquimia. La lista sábana, quizás la mas mencionada y a la vez, la más peligrosa y traicionera. Primero, entendamos la diferencia entre la sabana “vertical” y la “horizontal”.
La primera, es aquella que eligiendo candidatos para un mismo lugar (ej.: diputado nacional), tiene como ventaja la pluralidad en la representación, a costa de no conocer a quienes se encuentran a partir del cuarto o quinto lugar. De todas maneras hemos de reconocer, que este problema, cuando hablamos de cargos electivos nacionales, solo se da en cinco distritos, aunque a nivel provincial o municipal, se verifica en todos los casos. El efecto negativo de este sistema, es el que puedan ser electos candidatos que de tener que “pelearla” solos, jamás podrían convencer a nadie y por ende, son meros instrumentos de número, de quien arma la lista.
Por el otro lado, tenemos la sábana horizontal. Este caso se verifica cuando en una fecha dada, se eligen diversas categorías de funcionarios. Aquí, lo que se busca es el efecto “arrastre”. El candidato que se postula para el cargo de mayor jerarquía, “arrastra” a los que van a las categorías de menor nivel (Presidente a Gobernador o legisladores nacionales, Gobernador a Intendente o Legisladores provinciales, etc).
En nuestro país, lamentablemente se han dado ambos casos, agravados por otros, tales como la Ley de Lemas. Pero en este punto, debemos comenzar a separar la paja del trigo, para evitar que los políticos nuevamente avancen sobre nuestros derechos.
Si logramos la unificación de fechas de elecciones para cargos de igual nivel y destino (Diputados y Senadores nacionales), aun así, sería improbable asegurar que la sábana horizontal desaparezca, ya que en aquellos distritos donde se considere que la lista nacional “tracciona”, las elecciones del distrito se harán en igual fecha. Pero habremos logrado que se elimine la arbitrariedad de la manipulación de las fechas, que es de por sí, uno de los principales puntos a defender de la Reforma Política.
Pero en el caso de la sábana vertical, hemos de cuidarnos mucho de no disparar la escopeta, cuando esta apunta a nuestra cabeza. No es preciso demostrar sino solo mencionar, a los distritos donde los sistemas uninominales están en vigencia, para verificar sus consecuencias.
Estos sistemas electorales, que suelen ser presentados ante la sociedad como “Conozca a SU candidato”, “No vote a desconocidos”, etc, llevan a las minorías a su extinción y con ellas a la democracia. Distritos como Santa Cruz, Santiago del Estero y Salta, cumplen con el requisito que quien gana se lleva todo y por ende, el Poder Ejecutivo es el ‘Dueño” de la provincia y tiene la suma del poder público.
Mi propuesta respecto de este tema, es que las listas, jamás deberán contener más de cinco candidatos y por ende, cada distrito deberá ser subdividido a los efectos de las elecciones, en tantas secciones como sean necesarias para respetar esa premisa. Cinco no es un numero al azar. Si consideramos que en cada elección, se renueva la mitad de los cargos totales de cada cuerpo, estamos ante la situación ideal en que se respetará la representación de cada Sección y ninguna tendrá más de 10 representantes, pero por otro lado, poniendo como máximo cinco cargos en juego por sección, permitiremos que entre dos y tres lugares, sean ocupados por uno o más partidos de la oposición, garantizando la pluralidad de ideas en todos los cuerpos y así, la democracia.
No dejemos que en nombre de la Reforma Política, metan al zorro en el gallinero y el cazador termine cazado.
Septiembre de 2004.-
La decadencia de nuestra dirigencia política, nos ha obligado a soñar en cambiarla. A este sueño, lo hemos denominado “La Reforma Política” y en ella se han ido incluyendo todo tipo de soluciones parciales, en particular alquimia. La lista sábana, quizás la mas mencionada y a la vez, la más peligrosa y traicionera. Primero, entendamos la diferencia entre la sabana “vertical” y la “horizontal”.
La primera, es aquella que eligiendo candidatos para un mismo lugar (ej.: diputado nacional), tiene como ventaja la pluralidad en la representación, a costa de no conocer a quienes se encuentran a partir del cuarto o quinto lugar. De todas maneras hemos de reconocer, que este problema, cuando hablamos de cargos electivos nacionales, solo se da en cinco distritos, aunque a nivel provincial o municipal, se verifica en todos los casos. El efecto negativo de este sistema, es el que puedan ser electos candidatos que de tener que “pelearla” solos, jamás podrían convencer a nadie y por ende, son meros instrumentos de número, de quien arma la lista.
Por el otro lado, tenemos la sábana horizontal. Este caso se verifica cuando en una fecha dada, se eligen diversas categorías de funcionarios. Aquí, lo que se busca es el efecto “arrastre”. El candidato que se postula para el cargo de mayor jerarquía, “arrastra” a los que van a las categorías de menor nivel (Presidente a Gobernador o legisladores nacionales, Gobernador a Intendente o Legisladores provinciales, etc).
En nuestro país, lamentablemente se han dado ambos casos, agravados por otros, tales como la Ley de Lemas. Pero en este punto, debemos comenzar a separar la paja del trigo, para evitar que los políticos nuevamente avancen sobre nuestros derechos.
Si logramos la unificación de fechas de elecciones para cargos de igual nivel y destino (Diputados y Senadores nacionales), aun así, sería improbable asegurar que la sábana horizontal desaparezca, ya que en aquellos distritos donde se considere que la lista nacional “tracciona”, las elecciones del distrito se harán en igual fecha. Pero habremos logrado que se elimine la arbitrariedad de la manipulación de las fechas, que es de por sí, uno de los principales puntos a defender de la Reforma Política.
Pero en el caso de la sábana vertical, hemos de cuidarnos mucho de no disparar la escopeta, cuando esta apunta a nuestra cabeza. No es preciso demostrar sino solo mencionar, a los distritos donde los sistemas uninominales están en vigencia, para verificar sus consecuencias.
Estos sistemas electorales, que suelen ser presentados ante la sociedad como “Conozca a SU candidato”, “No vote a desconocidos”, etc, llevan a las minorías a su extinción y con ellas a la democracia. Distritos como Santa Cruz, Santiago del Estero y Salta, cumplen con el requisito que quien gana se lleva todo y por ende, el Poder Ejecutivo es el ‘Dueño” de la provincia y tiene la suma del poder público.
Mi propuesta respecto de este tema, es que las listas, jamás deberán contener más de cinco candidatos y por ende, cada distrito deberá ser subdividido a los efectos de las elecciones, en tantas secciones como sean necesarias para respetar esa premisa. Cinco no es un numero al azar. Si consideramos que en cada elección, se renueva la mitad de los cargos totales de cada cuerpo, estamos ante la situación ideal en que se respetará la representación de cada Sección y ninguna tendrá más de 10 representantes, pero por otro lado, poniendo como máximo cinco cargos en juego por sección, permitiremos que entre dos y tres lugares, sean ocupados por uno o más partidos de la oposición, garantizando la pluralidad de ideas en todos los cuerpos y así, la democracia.
No dejemos que en nombre de la Reforma Política, metan al zorro en el gallinero y el cazador termine cazado.
Septiembre de 2004.-
Publicado en Fundación ATLAS 1853 (www.atlas.org.ar) y CRONICA Y ANALISIS (http://www.cronicayanalisis.com.ar/ponencias1.asp#15)
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