Hoy asistimos al desenlace del juicio político que se le realizara al jefe de gobierno de la Ciudad. Tal como todos ya sabemos, el mismo fue destituido, aún cuando hubo ciertos saltos acrobáticos en relación a los votos emitidos por algunos legisladores.
Mucho se habló, especialmente desde la defensa, sobre un eventual golpe institucional. Una forma de minimizar los efectos del resultado. O al menos un intento.
Si el juicio hubiese sido contra un jefe de gobierno de otro signo político, seguramente otro hubiera sido el discurso de esos actores.
Si el jefe de gobierno depuesto considera que el juicio político es contrario al deseo popular expresado en las urnas, otra debió haber sido su actitud cuando como constituyente de la Ciudad, impulso y defendió la inclusión del mismo en la Carta Magna. Claro que nunca pensó que él iba a estrenar este tipo de procesos en el distrito.
Hoy podemos asegurar, que el juicio político será lo que siempre debió haber sido: Una herramienta para defender las instituciones contra funcionarios corruptos y/o ineficientes, que no ejercen sus funciones como deben. En general, con fuertes rasgos de hegemonía. Y poco respeto hacia el resto de los poderes.
Seguramente, algunos estarán mirando con desdén el resultado de este juicio, atento que logran mantener el control sobre las mayorías necesarias que se requieren, para evitar este mal trago. Algunos desde el otro lado de la Plaza de Mayo.
El Juicio
Más allá de las acrobacias antes mencionados, los constitucionalistas deberán ahora analizar, ex post del resultado, cuales son las posibilidades con las que cuentan los miembros de la Sala Juzgadora. En definitiva no está claro si la abstención es una de ellas.
Cuando el legislador Romagnoli declaró que pretendía, luego que le fuera rechazada su renuncia a la Sala, abstenerse en la emisión de su dictamen, voces de ambos lados, salieron a decir que esa actitud no estaba dentro de las opciones en el menú juzgador. Incluso algunos argumentaron que la abstención podría ser causal de pedido de destitución, atento que implicaba el incumplimiento de los deberes que como legislador, la constitución de la Ciudad le imponía.
Pero cuando el resultado ya estaba jugado, aún quedaba un legislador por votar. Es cierto que su voto nada cambiaría. Y el Sr. Vitali, se abstuvo.
Entonces, ¿era posible abstenerse? ¿Por qué tanto ruido con Romagnoli y nada sobre Vitali? ¿Acaso sólo es importante cumplir con la constitución cuando dicho cumplimiento es funcional a un resultado deseado?
Deberán ahora aclarar los mismos legisladores que buscaron evitar la abstención de Romagnoli, porque Vitali, miembro del bloque kirchnerista, pudo evitar tomar posición sobre un tema que la ciudadanía exigió a todo el resto de la Sala, una definición.
Si bien este tema ya no es trascendental para el futuro de Ibarra, si lo es en cuanto al respeto a las instituciones que todos debemos tener y exigir en especial, a nuestros funcionarios.
El 2007
Ahora que el rey ha muerto, viva el rey.
Se dijo que el principal favorecido de esta destitución sería Macri. Convengamos que a Macri y a cualquier otro (Zamora, Olivera, López Murphy, Artaza, etc.) le sería mucho más fácil hacer campaña contra un desgastado jefe de gobierno con dos periodos encima y un juicio político, sin capacidad territorial que contra lo que vendrá.
Por eso, pensar que la oposición miraba con esperanza la destitución, es al menos una ingenuidad. Pero la oposición no tuvo alternativa, ya que quien se bajaba del tren de la acusación, se enfrentaba a los padres de Cromagnon.
¿Quiénes ganaron y quienes perdieron? Para esto hay que mirar dentro del propio oficialismo. El nacional.
Tal es la cantidad de tribus, que ni siquiera se puede hablar de peronismo o transversalismo, o neomotenerismo (al decir de Asís).
El primer perdedor es “el Alberto” (Fernández). Su pseudo cuñado está fuera, por lo que ahora a cualquier arreglo, le debe encontrar quien lo financie. Salvo que El Príncipe Austral lo convierta en SU candidato. Poco probable después del desenlace. Su principal ejecutor fue quien otrora perteneciera a sus filas y ahora se pasó al devidismo: Helio Rebot.
El segundo perdedor, aunque aún en carrera, es el vicepresidente Scioli. Era hasta ahora el único que lograba recolectar algún número significativo de voluntades en el distrito, dado que Ibarra no podía reelegir y el jefe de Gabinete, tenía posibilidades inversamente proporcionales a su ambición de ganar la jefatura de gobierno.
Quien puede capitalizar el resultado del juicio con mayor ganancia es el vicejefe Telerman. Es a partir de hoy el nuevo jefe de gobierno. Asumirá el costo de limpiar la estructura del gobierno de la ciudad. Un derecho. El dispondrá de una caja de casi 8.000 millones de pesos para hacer campaña. Atento su reconocida distancia con el destituido Ibarra, podrá alegar falta de participación en las decisiones que resultaren inconvenientes de explicar en una campaña.
Pero quizás de mayor trascendencia, estas características lo hacen el hombre ideal para reemplazar a su ex jefe en 2007, según el punto de vista de la Rosada.
Su distancia a las decisiones de Ibarra, le evitan cargar las consecuencias. Hace ya un tiempo que participa de las reuniones de Compromiso, la línea interna de Zanini, el secretario general de la presidencia y por ende un pingüino de paladar azul, por lo que tiene habilitado el dialogo con todo el circulo presidencial más selecto (¿se acuerda lo dicho sobre Rebot?).
Como broche final, permite ser el reemplazo de Scioli, quien no sólo ha demostrado actitudes de NO sumisión incondicional, sino que ha tenido serios cruces, de público conocimiento, con el matrimonio real, digo presidencial.
Kirchner le agradece a la Legislatura por los servicios prestados. Se sacó de encima a Ibarra, a Alberto F. y a Scioli. Lo puso en carrera a Telerman, quien deberá tener presente que cualquiera sea la cuota de poder que adquiera, siempre deberá referenciarse a la Rosada.
Logró evitar quedar pegado en la votación, ya que los tres legisladores del bloque K votaron obedientemente, cada uno por cada una de las alternativas posibles (¿legales?), quitándose así incluso, el estigma de ser considerados verticalistas, acusación que sufrirán el resto de los bloques.
Hasta el Chacho Álvarez quedó pegado, al hacer cambiar a la legisladora Baltroc su voto, de manera casi pública, demostrando su falta de ética y su forma de hacer política.
Esto recién empieza.
Marzo 04 de 2006.-
Mucho se habló, especialmente desde la defensa, sobre un eventual golpe institucional. Una forma de minimizar los efectos del resultado. O al menos un intento.
Si el juicio hubiese sido contra un jefe de gobierno de otro signo político, seguramente otro hubiera sido el discurso de esos actores.
Si el jefe de gobierno depuesto considera que el juicio político es contrario al deseo popular expresado en las urnas, otra debió haber sido su actitud cuando como constituyente de la Ciudad, impulso y defendió la inclusión del mismo en la Carta Magna. Claro que nunca pensó que él iba a estrenar este tipo de procesos en el distrito.
Hoy podemos asegurar, que el juicio político será lo que siempre debió haber sido: Una herramienta para defender las instituciones contra funcionarios corruptos y/o ineficientes, que no ejercen sus funciones como deben. En general, con fuertes rasgos de hegemonía. Y poco respeto hacia el resto de los poderes.
Seguramente, algunos estarán mirando con desdén el resultado de este juicio, atento que logran mantener el control sobre las mayorías necesarias que se requieren, para evitar este mal trago. Algunos desde el otro lado de la Plaza de Mayo.
El Juicio
Más allá de las acrobacias antes mencionados, los constitucionalistas deberán ahora analizar, ex post del resultado, cuales son las posibilidades con las que cuentan los miembros de la Sala Juzgadora. En definitiva no está claro si la abstención es una de ellas.
Cuando el legislador Romagnoli declaró que pretendía, luego que le fuera rechazada su renuncia a la Sala, abstenerse en la emisión de su dictamen, voces de ambos lados, salieron a decir que esa actitud no estaba dentro de las opciones en el menú juzgador. Incluso algunos argumentaron que la abstención podría ser causal de pedido de destitución, atento que implicaba el incumplimiento de los deberes que como legislador, la constitución de la Ciudad le imponía.
Pero cuando el resultado ya estaba jugado, aún quedaba un legislador por votar. Es cierto que su voto nada cambiaría. Y el Sr. Vitali, se abstuvo.
Entonces, ¿era posible abstenerse? ¿Por qué tanto ruido con Romagnoli y nada sobre Vitali? ¿Acaso sólo es importante cumplir con la constitución cuando dicho cumplimiento es funcional a un resultado deseado?
Deberán ahora aclarar los mismos legisladores que buscaron evitar la abstención de Romagnoli, porque Vitali, miembro del bloque kirchnerista, pudo evitar tomar posición sobre un tema que la ciudadanía exigió a todo el resto de la Sala, una definición.
Si bien este tema ya no es trascendental para el futuro de Ibarra, si lo es en cuanto al respeto a las instituciones que todos debemos tener y exigir en especial, a nuestros funcionarios.
El 2007
Ahora que el rey ha muerto, viva el rey.
Se dijo que el principal favorecido de esta destitución sería Macri. Convengamos que a Macri y a cualquier otro (Zamora, Olivera, López Murphy, Artaza, etc.) le sería mucho más fácil hacer campaña contra un desgastado jefe de gobierno con dos periodos encima y un juicio político, sin capacidad territorial que contra lo que vendrá.
Por eso, pensar que la oposición miraba con esperanza la destitución, es al menos una ingenuidad. Pero la oposición no tuvo alternativa, ya que quien se bajaba del tren de la acusación, se enfrentaba a los padres de Cromagnon.
¿Quiénes ganaron y quienes perdieron? Para esto hay que mirar dentro del propio oficialismo. El nacional.
Tal es la cantidad de tribus, que ni siquiera se puede hablar de peronismo o transversalismo, o neomotenerismo (al decir de Asís).
El primer perdedor es “el Alberto” (Fernández). Su pseudo cuñado está fuera, por lo que ahora a cualquier arreglo, le debe encontrar quien lo financie. Salvo que El Príncipe Austral lo convierta en SU candidato. Poco probable después del desenlace. Su principal ejecutor fue quien otrora perteneciera a sus filas y ahora se pasó al devidismo: Helio Rebot.
El segundo perdedor, aunque aún en carrera, es el vicepresidente Scioli. Era hasta ahora el único que lograba recolectar algún número significativo de voluntades en el distrito, dado que Ibarra no podía reelegir y el jefe de Gabinete, tenía posibilidades inversamente proporcionales a su ambición de ganar la jefatura de gobierno.
Quien puede capitalizar el resultado del juicio con mayor ganancia es el vicejefe Telerman. Es a partir de hoy el nuevo jefe de gobierno. Asumirá el costo de limpiar la estructura del gobierno de la ciudad. Un derecho. El dispondrá de una caja de casi 8.000 millones de pesos para hacer campaña. Atento su reconocida distancia con el destituido Ibarra, podrá alegar falta de participación en las decisiones que resultaren inconvenientes de explicar en una campaña.
Pero quizás de mayor trascendencia, estas características lo hacen el hombre ideal para reemplazar a su ex jefe en 2007, según el punto de vista de la Rosada.
Su distancia a las decisiones de Ibarra, le evitan cargar las consecuencias. Hace ya un tiempo que participa de las reuniones de Compromiso, la línea interna de Zanini, el secretario general de la presidencia y por ende un pingüino de paladar azul, por lo que tiene habilitado el dialogo con todo el circulo presidencial más selecto (¿se acuerda lo dicho sobre Rebot?).
Como broche final, permite ser el reemplazo de Scioli, quien no sólo ha demostrado actitudes de NO sumisión incondicional, sino que ha tenido serios cruces, de público conocimiento, con el matrimonio real, digo presidencial.
Kirchner le agradece a la Legislatura por los servicios prestados. Se sacó de encima a Ibarra, a Alberto F. y a Scioli. Lo puso en carrera a Telerman, quien deberá tener presente que cualquiera sea la cuota de poder que adquiera, siempre deberá referenciarse a la Rosada.
Logró evitar quedar pegado en la votación, ya que los tres legisladores del bloque K votaron obedientemente, cada uno por cada una de las alternativas posibles (¿legales?), quitándose así incluso, el estigma de ser considerados verticalistas, acusación que sufrirán el resto de los bloques.
Hasta el Chacho Álvarez quedó pegado, al hacer cambiar a la legisladora Baltroc su voto, de manera casi pública, demostrando su falta de ética y su forma de hacer política.
Esto recién empieza.
Marzo 04 de 2006.-
Publicado en Fundación ATLAS 1853 (http://www.atlas.org.ar/)
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