martes, 3 de julio de 2007

Energía y Narcisismo

En América Latina podemos encontrar categorías autóctonas en la clasificación de los sistemas políticos. A las típicas corrientes de centro derecha o liberales y de centro izquierda o progresistas, estereotipos de occidente, debemos sumar el narcisismo. Esto es el culto a los líderes políticos contemporáneos, tan natural de las dictaduras fascistas de izquierda y de derecha.

Si bien Cuba es ya un caso emblemático en el continente, muchos suponíamos a principio de siglo que sería el único. Para desgracia de los hermanos cubanos y tranquilidad del resto de los latinoamericanos.

Desafortunadamente, los mismos procesos institucionales que nos protegen de las autocracias, al ser manipulados por dirigentes corruptos y pueblos clientelistas, nos han condenado a resurgimiento de estos fascistas no tan enanos.

Y dado que el primer admirador de estos nuevos dictadores son ellos mismos, pretenden dejar su huella en la historia, no ya sólo nacional sino continental. Incluso, con menciones globales.

La escasa trascendencia económica sumada a la inexistencia de factores reales de amenaza hacia su propia integridad, hizo que los Estados Unidos no prestaran atención a la región en los últimos años, permitiendo que sus propios dólares financiaran a quienes se elevaban para denostarlos. Al menos desde un atril local. Quizás la falta de conocimiento sobre la realidad social del subcontinente, no les permitió entender las consecuencias de dichos actos. Hoy los hechos ya están consumados.

Pero esa indiferencia ha permitido que este proceso ocurra en un país que como consecuencia del aumento de la demanda de combustible de origen fósil y su consecuencia obvia en los precios, obtenga divisas a una escala nunca imaginada. Y no sólo le permite financiar su propio proceso narcisista, sino el de terceros países.

Quizás como segunda curiosidad y aunque sus propios beneficiarios la denosten, fue el juego de la oferta y la demanda, el bendito mercado, el que les permitió a Chávez y sus legionarios hacerse de caja suficiente para emprender su camino hacia la dictadura.


Los narcisos

Podríamos decir que quien primero comenzó a juguetear con la energía, es quizás el que menos avanzado está en avasallar las instituciones, el presidente argentino Kirchner. Aunque no por falta de voluntad, sino por no haber logrado obtener los apoyos necesarios.

Desde su asunción, salvo algunas escaramuzas que luego fue necesario desarmar, las tarifas de los combustibles no sólo no se modificaron, sino que se implementó un sistema de retenciones a las exportaciones de crudo, de forma que sería en definitiva el propio estado quien se quedaría con los mayores ingresos, como consecuencia de los aumentos del precio internacional. Y si consideramos que el precio de corte para este impuesto progresivo (en su tasa) es de USD 28 el barril, podemos ver que el 45% no sólo es una parte importante de la renta empresaria, sino que elimina cualquier incentivo a la inversión.

Lo mismo ocurrió tanto con el gas natural como con la energía eléctrica. En ambos casos, el congelamiento de precios ha sido la causal del incumplimiento por parte del estado de los contratos de concesión. Pero además, son el principal motivo por el cual las inversiones no pueden ser realizadas, atento a la imposibilidad de su repago.

De haberse pretendido que las concesionarias no buscaran renta por sus operaciones, aun bajo el riesgo argentino, se debió haber buscado como operadores a fundaciones u otras organizaciones sin fines de lucro, que si bien no garantizaban la correcta provisión del servicio, al menos nadie se habría sorprendido ante un congelamiento de tarifas.

Ante una demanda creciente, por encima del crecimiento debido a precios totalmente subvaluados y a la falta de una política de inversiones que previera el aumento de la demanda, hoy el sistema se encuentra colapsado, comenzando a colocar en riesgo importante a los niveles de actividad y por ende, el nivel de empleo.


La Liga Bolivariana

No por no haber sido los primeros, el alcance de sus acciones se encuentran retrasados. Si bien el primero en asumir fue Chávez su más cercano emulador, Morales, se le adelantó en la estatización.

A días de asumir, el presidente boliviano, arremetió con fuerza sobre el sector, decretando la nacionalización unilateral de las áreas de explotación. Luego de completar el proceso, embistió contra las principales refinerías. A los ojos de la ignorancia este fue un ejemplar acto de ejercicio de la soberanía.

El problema de los bolivianos es que los pozos y las refinerías sin inversión, se convertirán en corto plazo en instrumentos solo aptos para hacer ricos a unos pocos. De ninguna manera, en la solución de los problemas energéticos de los propios bolivianos. Ni la fuente de ingresos que ayudará a sacar del atraso a los ciudadanos más pobres.

Se pueden estatizar pozos y refinerías. Se puede hacer lo propio con los planes de crecimiento y expansión de las empresas que se encuentran en sus PCs. Pero para llevarlos a cabo se requieren inversiones, que dada su magnitud, Bolivia no puede ni pensar en hacer. Es por eso que las empresas estaban en manos de grupos extranjeros.

El problema no es la propiedad de los recursos naturales, sino del capital necesario para convertir aquellos recursos en bienes transables. Hoy Bolivia se encuentra que requiere más de USD 3.000 millones para poder hacer frente a los compromisos ya firmados con Argentina y Brasil. Pero quien estará dispuesto a desembolsar tamaña cifra, sin ningún tipo de cobertura jurídica.

Es altamente probable, que Bolivia siga siendo “dueña” de sus recursos naturales, aun cuando la matriz energética mundial, haya comenzado a reemplazar a los combustibles fósiles. Algo que no esta muy lejos. En ese caso, después quizás ya no sea siquiera razonable emprender su extracción.

Otro de los narcisos es el presidente Chávez. Si bien el estado venezolano ha avanzado muy seriamente en el avasallamiento de los derechos individuales, al punto que comienza a haber ciudadanos de primera y de segunda, según se sea partidario o no de tirano, en la política energética había habido luego de la estatización total de PDVSA, cierto cuidado por no poner en peligro la principal fuente de divisas.

Pero los movimiento de Morales en Bolivia lo dejaron, futbolísticamente hablando, off side. Y como dice el manual del buen narciso, “nunca puede uno ser corrido por izquierda”. Fue entonces que planeó la toma por la fuerza (de que otra forma podría ser aceptable?) de la Franja del Orinoco. Quizás la mayor reserva de petróleo del mundo.

Aunque aquí debe de hacerse una aclaración. Ya de por si, el petróleo venezolano es particularmente más pesado (denso). Este ha sido uno de los motivos principales por los que Chávez justifica su imposibilidad de redireccionar sus exportaciones a Estados Unidos a terceros países, dado que las refinerías no son todas iguales. Motivo que también hace que los americanos sigan comprando ese petróleo, ante el costo de readecuación de sus plantas.

Pero en el caso del crudo extraído en la Franja del Orinoco, la situación es un más particular, ya que el mismo es de la calidad “extra pesado”. Esto hace que la gran laguna subterránea, sólo sea rentable en la mediada que el precio del barril se encuentre por encima de los USD45. Por debajo de ese valor, nadie querrá explotarla.

Es aquí donde la necesidad de operar con la OPEP, se le hace a Chávez imprescindible. En caso que se acordara aumentar la oferta mundial y por ende el precio bajara, la grandilocuencia del paracaidista golpeador, quedaría en la nada. Y su caja política, desaparecería.

Para dar mayor fortaleza a esto, es que logró días atrás, que el cuarto narciso, el presidente ecuatoriano Correa, anunciara su reingreso a aquella organización (en realidad en un cartel). De esta forma el peso de Chávez se acrecienta y mejora su posibilidad de mantener el precio internacional. Y sus propios ingresos.

En Venezuela, dado a la cantidad de petróleo disponible, no debería ser un problema el realizar las inversiones necesarias para asegurar la correcta explotación de gas y petróleo, aun cuando dos multinacionales decidieron irse y no quedar presas de las nuevas “empresas mixtas” impuestas por la última reforma. Pero la cantidad de recursos necesarios para financiar el narcisismo en la región, han logrado que la producción este bajando a un ritmo acelerado y que la provisión de gasolina a los venezolanos, comience a mostrar signos de debilidad creciente, por falta de inversión.


Consecuencias

El minimalismo intelectual o directamente la ignorancia de algunos dirigentes de la región es tan inocultable, que se creen su propia demagogia y terminan cometiendo suicidio político. O el asesinato en masa de los derechos más básicos de los ciudadanos.

Argentina pasó de ser un exportador de gas, petróleo y derivados hace tan sólo diez años (en los fatídicos 90s) a ser un importador neto de gas y derivados (fuel oil y gasoil) y en el corto plazo lo será de crudo, gracias a esta incapacidad en la gestión.

Bolivia hipotecó su futuro al pretender ser dueña de un recurso que en el subsuelo no sirve a nadie ni es de nadie. Si en lugar de eso, hubiese negociado de manera racional la distribución de la renta vía impuestos, hoy serian socios de quienes arriesgaban su propio capital Ahora tiene el 100% de poco con tendencia a casi nada.

Ecuador llegó tarde a la fiesta y por más promesas que haga a potenciales inversores respecto de la posibilidad de retirar las utilidades futuras, no será tenido en cuenta, al menos de manera significativa.

Finalmente, Venezuela en pleno auge del precio del crudo, está en camino del desabastecimiento interno y el vaciamiento de sus pozos, hundiendo en la revolución narcisista latinoamericana los recursos que podrían haber eliminado la pobreza estructural de cuajo. Seguramente, los futuros venezolanos, se acordarán de su actual dictador. Aunque no de la forma que este quisiera.


Conclusiones

Chile y Uruguay que hasta hace unos pocos años consumían gas argentino, hoy están preparándose para importar gas licuado. Claro que de ninguna manera piensan en ninguno de los países antes mencionados. Aun cuando hablamos de Latinoamérica y tanto chilenos como uruguayos tienen gobiernos de izquierda. Pero esto no es sinónimo de falsa solidaridad. Conocen el costo de atarse a países imprevisibles. Carentes de tradición continuista en el cumplimiento de los acuerdos internacionales. Han pagado caro su sentimiento latinoamericano y aun deberán pagar más. Al menos todo el 2007 y parte del 2008.

Si aquellos gobiernos lograran cubanizarse (tal como parece que Chávez se encamina), pasaran muchas generaciones antes que puedan sentir nuevamente en la cara el viento de la libertad.

Si por el contrario no logran superar la barrera de su próxima elección, entonces es de esperar que los pueblos habrán visto tan de cerca a sus carceleros, que en el futuro los evitaran.

Esperemos, por el bien de todos, que solo haya una sola Cuba. Y por poco tiempo.


Buenos Aires, Junio 27, 2007.-

Publicado en DIARIO DE AMERICA (www.diariodeamerica.com), y LATIN LIBER (www.latinliber.com/)

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