martes, 3 de julio de 2007

Precariedad: El nombre del ”Modelo”

Ya comenzó EL año electoral y poco es lo que el oficialismo puede mostrar que no esté “atado con alambre”, como decía el filosofo Copani. Pero la oposición, si es que se la puede identificar, no tiene nada que decir al respecto, por lo que poco preocupa aquella situación en la pingüinera.

En un acto de desprendimiento, el Ministro de Educación, de quien dependen menos institutos educativos que dedos hay en una mano, decidió un aumento generalizado de salarios para los docentes. Sin abrir un juicio respecto de la necesidad del mismo, la oportunidad hizo que la mitad de los docentes del país estén de paro atento la imposibilidad de las provincias de pagarlo. Salvo que cada gobernador termine en Balcarce 50, pidiendo por la diferencia. A cambio de algo, tal como se imaginará.


La economía

Los diarios nos informan sobre la forma en que de manera estratégica el gobierno se preocupa de generar las condiciones para una mejor calidad de vida de la población. Por ejemplo, en los últimos días, “Lassie” Moreno, alias el comisario político, ha obtenido que los frigoríficos exportadores entreguen 1.000 toneladas de carne a las carnicerías minoristas de forma que estas puedan competir con las entregadas días atrás a los supermercados. Para el consumidor, es probable que semejante cantidad no sea posible de ser comprendida en términos de su propio uso (para el asado del fin de semana, si es que puede pagarlo). Pero aun así, ya todos saben que es menos de un quinto del consumo diario. Y que por una cuestión de logística, será entregado en los grandes centros de distribución (carnicerías más grandes) las que están alejadas de los lugares de residencia de los más necesitados. Conclusión, la transferencia de ingresos será hacia los sectores medios. Esto sin entrar a considerar que esta entrega esta compuesta por los cortes que no son exportables. Ergo, los precios internacionales poco tienen que ver con las variaciones en los precios internos. Estos se mueven por la inflación real (no el IPC del INDEK).

De manera adicional, y para que todos nos quedemos tranquilos, no sólo se logró acordar el congelamiento de los precios de artículos escolares a marzo 2006 (aunque nadie dijo donde se podían conseguir, fuera de la red de distribución que componen las organizaciones asociadas al Ministerio de Acción Social), sino que ahora nos anuncian que la merluza y el calamar seguirán bajo el acuerdo de precios firmado con la industria a mediados del pasado año, hasta pasadas las Pascuas. Luego se verá. Y con un poco de suerte, conseguiremos que las confituras correspondientes, mantengan sus precios. Tal vez no sólo los precios sean los mismos, sino que los huevos de chocolate, aunque un poco pasados, sean un año más añejos.

Podríamos seguir enumerando, pero como para muestra basta un botón, dejo que el listado sea completado según la curiosidad de cada lector.


Efectos internacionales

Hasta aquí, está claro que las consecuencias de la pequeñez intelectual de quienes producen la política de control de precios y de quienes los impulsan/ apoyan, en pos de evitar la inflación, son y serán pagadas por los que los votaron: los argentinos.

Pero resulta que esto no termina allí. Dado que no sólo se “administra”el precio del calamar o la merluza, sino al propio Índice de Precios del Consumidor (IPC), las consecuencias son no sólo más trascendentes, sino más perdurables.

Ocurre que al momento de la renegociación de la deuda, el entonces ministro Lavagna y luego su jefe, el presidente Kirchner, remarcaron que uno de los grandes logros implícitos en el proceso era el cambio de la denominación en la moneda en una importante parte de la deuda. Es así que se paso del 7% al 32% de la deuda, la denominada en pesos.

Si en vez de Argentina hubiese sido Japón quien reestructuró (parcialmente) la deuda, no habría habido mayores problemas. El Yen es tan o más confiable que el dólar americano. Pero como el peso argentino no lo es, se debió compensar a los inversores por este mayor riesgo. Y la compensación vino de la mano de un la actualización del capital, vía el CER, coeficiente que se basa en el IPC.

Por lo que habrá habido sorprendidos, pero no hubo sorpresa al escuchar de boca de “Lassie” que no es posible que porque algunos productores consideren que debe subir el precio de la lechuga, haya que pagar más intereses de la Deuda Pública (no necesariamente Externa). Por ende se sacó la lechuga de los productos que componen el IPC. Y tantas otras cosas se han sacado (turismo, medicina prepaga, colegios, etc), que la diferencia entre lo que se debería pagar de aquí a final del 2007 y lo que se calcula se pagará es superior a los $ 3.700 millones. Mucha lechuga.

Desde ya que esto no implica ni una baja del gasto por igual importe ni mucho menos una rebaja impositiva. Ni siquiera una de impuestos previsionales, de forma de bajar la desocupación, subocupación y empleo en negro. Sólo significa mayores recursos para la campaña.

Y como se decía antiguamente en el micro “ … y como si esto fuera poco”, los mayores compradores de los títulos en pesos indexados por el CER, fueron las AFJP. No los truhanes de países desarrollados que nos quieren ver de rodillas, sino quienes administran nuestras jubilaciones. Por ende, cada vez que el estado mete la mano en esos fondos, nos empequeñece nuestros ingresos futuros.

Entre la deuda que aun sigue en default y el “manotazo” que se produce por la subestimación del IPC, es entendible que difícilmente el mundo nos preste dinero por mucho tiempo y que tengamos que seguir alquilándole el país a Chavez cada vez que este quiera. Nos convenga o no.


La política

Como dije al principio, estamos en pleno rally electoral y podemos ver que la precariedad llega también a lo institucional.

Cinco meses atrás, el ejecutivo nacional decidió avalar el intento de atropello institucional que protagonizó (y perdió) el gobernador Rovira en Misiones. Le costó no sólo perder a su aliado en esa provincia, sino que debieron agachar la cabeza y respetar las respectivas constituciones, abortando proyectos reeleccionistas tres de los más fieles gobernadores K: Fellner (Jujuy), Infran (Formosa) y Solá (Bs. As.). Aunque algunos sólo eran amigos de la billetera del presidente y no tendrían mayor empacho de cambiar de monta de ser necesario. Tal como lo hizo el propio Néstor.

Aun así, salieron con la valija llena de dinero (las promesas también lo son), y lograron una Alianza (pero con vocación continuista, no de reemplazo) en Catamarca. Y la llamaron Concertación. También conocida como Transversalidad crematística. Modelo que luego de demostrar su éxito, será impuesto en distritos varios.

Finalmente, los acontecimientos de La Rioja, que aun no terminan, donde el vicegobernador Beder, dueño de la Legislatura provincial, volteó al gobernador Maza, que era un gobernador K y luego de reemplazarlo en el primer sillón, ahora desea también reemplazarlo como amigo del presidente, demuestran el poco valor que se le da a las instituciones. Y esto a meses de la elección, donde pudo (¿pudo?) haber llegado de manera democrática. Pero en este caso, no habría demostrado quien es el dueño de la calle.

No importa si pingüino o pingüina. Esta claro que lo que viene es convalidar lo pasado. O enfrentarlo. Cualquiera de las dos alternativas es válida, para quienes hacemos de la libertad una razón de vida. Pero las consecuencias, deberemos pagarlas todos.

Marzo 21, 2007.-


Publicado en Fundación ATLAS 1853 (http://www.atlas.org.ar/) y EL INSTITUTO INDEPENDIENTE (independent.typepad.com/elindependent)

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