martes, 11 de noviembre de 2008

Recuerdos del Futuro

El ser humano suele tropezar dos veces con la misma piedra. Los argentinos lo hacemos varias veces. Deportivamente. Y siempre buscamos seguir reincidiendo. Patológico.

Luego de la histórica pérdida de oportunidad (por los precios internacionales) que fue el conflicto con el campo por la discusión de la Resolución 125/08 (Régimen de retenciones), parecía que sobrevendría la calma. Por un momento, la mayoría silenciosa (y la no tanto) confundió el motivo de aquel conflicto.

El matrimonio presidencial no dejó de recaudar en el pico de los precios mundiales de los commodities sólo por una cuestión ideológica. La oligarquía agropecuaria es el caramelo de madera que enarbolaron en los medios. Lo único que les importaba era (y es) la caja. Hoy esto es evidente. Pero no lo fue entonces, al menos para muchos.

Por lo tanto, al no poder obtener esa caja y dada la posterior caída de los precios internacionales, el campo dejó de ser una presa interesante. Pero las necesidades de caja no han desaparecido. El programa financiero prevé para los próximos dos años USD 22.000 millones, sin considerar los vencimientos pendientes del 2008.

De manera simultanea con el voto no positivo, explotó la crisis internacional que se venia incubando. Por exceso de regulaciones el mercado no había podido generar los indicadores que los agentes precisan para tomar decisiones razonables. Y explotó.

En el preciso instante en que la Tesorería Nacional tomaba nota que ya no contaría con mayores ingresos por las retenciones móviles, se verificaba que como consecuencia de la crisis global, la falta de liquidez agravaba las dificultades que Argentina tendría para tapar aquellos baches. Cráteres.

Sumado a la falta de respeto hacia las instituciones por parte de las autoridades nacionales, era de prever el manotazo dado a las AFJP y si no queremos pecar de inocentes, deberíamos pensar que esto no ha terminado aquí. Pero antes de pensar en el futuro, hagamos un poco de memoria del pasado reciente.


El pasado no está bien

Que la presente gestión presidencial es la continuación de la anterior, no es una novedad. La asunción fue sin beneficio de inventarios y por ende la herencia recibida más que herencia, fue bien ganancial.

Durante los primeros treinta meses del gobierno de Néstor Kirchner, la economía se caracterizó por pagar la construcción de poder, atento aquel exiguo 22,24% con que logró alcanzar la presidencia. El clientelismo fue la norma. La cooptación de los opositores, el fin. La caja, fue el medio.

A partir de Octubre de 2005, y como consecuencia del impresionante nivel de aumento del gasto, especialmente en el periodo preelectoral, se comienza a verificar crecimiento en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), con un INDEC que todavía era confiable.

La gran noticia de aquel año, fue el cierre unilateral del default (04 de marzo), dejando un cuarto de la deuda fuera del canje y aplicando una quita del 65% a la que si entró. Eso si, un tercio de los nuevos títulos se denominó en pesos, ajustados por inflación. Según las autoridades de aquel momento, toda una ventaja.

Paralelamente, en el último trimestre se verificaron serias dificultades para cerrar el plan financiero de aquel año, y el Comandante Chávez comenzó a hacer negocios con nosotros.

En el 2006, luego de cancelar con reservas del BCRA la deuda con el FMI, la inflación obligó a derivar cada vez más fondos a los subsidios. Especialmente a los servicios y al combustible. Los precios de los commodities comenzaron a subir y las retenciones a las exportaciones se convirtieron en el único camino para evitar el déficit. El gasto aumentó por encima del 50% respecto de los ingresos. Y no era un año electoral.

La economía comenzaba a perder los últimos estertores de transparencia. El 2007 comenzó con el INDEC intervenido y con la brújula desimantada, el rumbo se perdió.

La política económica pasó a ser la del apriete. Al principio los fundamentalistas de la heterodoxia pensaron que nadie se daría cuenta que había un elefante en el living. Pero los argumentos se diluyeron muchos más rápido de lo conveniente.

El impulso para recuperar las reservas llevó a un nivel de emisión de títulos importante para esterilizar los pesos necesarios para la compra de los dólares. Esta expansión monetaria aceleró la inflación y los esfuerzos del Secretario de Comercio Interior debieron ser cada vez más recurrentes y menos obvios.

En paralelo, en el mundo comenzó la gestación de una crisis de tamaño global. Trece meses después estalló. Pero para el análisis económico, la crisis ya estaba.

La crisis de solvencia del 2008 en el mercado de los países desarrollados, generó una crisis de liquidez que puso al crédito (mundial) en la vidriera. O a la falta de este. Ya ni el Comandante Bolivariano quería prestarnos. No a tasas razonables.

Mientras tanto, los argentinos nos sentíamos desacoplados. Sueltos. Desglobalizados. Casi autistas.

Cuando el mundo buscaba calmar los mercados, nosotros, desacoplados, decidimos azuzarlo. El vértigo nos apasiona. Casi rozando el suicidio.

Cuando el conflicto del campo parecía que se diluiría, allá por mediados de mayo, el dólar costaba $3,20. Por el contrario, cuando parecía que el gobierno estaba perdiendo, el BCRA salió a vender para castigar a los “especuladores”, hasta plancharlo en $3.04 (28 Jul).

En plena crisis internacional (19.09) y ante el reclamo de la UIA por una devaluación del peso (tipo de cambio competitivo, ¡Para ellos!), la presidente dijo “un tipo de cambio demasiado alto es inconsistente con la lucha contra la inflación”. Menos de 30 días después, la moneda americana cotizaba a $3.44. Aun cuando en una sola semana, el Central debió comprar mas de USD 500 millones (ofreció más de USD 1.500 millones), todos en los últimos minutos de cada rueda diaria.

Y el hurto previsional fue entonces anunciado.

En medio de este carnaval dantesco, la Argentina fue declarada “país emergente de frontera”. O sea, además de nuestra paupérrima situación económica, sumamos ahora una importante debilidad de liquidez e institucional.

Tan poco confiable nos volvimos, que a fines de Octubre logramos duplicar el costo del seguro contra defaults (CDS) respecto de Venezuela y sextuplicarlo respecto de nosotros mismos, apenas tres meses antes, pasando los 40 puntos porcentuales.

Al día siguiente nos enteramos que “no calificábamos” para ser incluidos en la lista de países a contar con ayuda (de liquidez) de los EEUU, a través seguros de cambio ventajosos.

Finalmente, el jefe de la CGT dice que hay que ser mas firme para evitar que la crisis internacional cause mas daño a la economía del país (?) y presenta un plan anticrisis. Obviamente, contando con los recursos que habrán de hurtar a los futuros jubilados, proponen aumentar el gasto, generalizando subsidios, cerrando la economía, y compensando a los empresarios por los cerrojos que habrán de colocar para evitar despidos. Todos contentos, menos los que pagamos la fiesta.

Parafraseando al economista de moda, “abriendo zanjas de día y tapándolas de noche”. El concepto keynesiano del pleno empleo. Y del despilfarro de recursos.

La presidente reclamó “mayor responsabilidad social a los sectores que mas ganaron”. Viendo las declaraciones juradas ¿A quienes se refiere?


El futuro está peor

El 21 de Abril pasado, el Euro toco su máximo contra el dólar americano (1,61). A este valor mínimo de la unidad de referencia y medio de pago mundial, siguieron los máximos de los commodities agropecuarios y del petróleo. Llegamos a ver la Soja en USD 608 y el barril de petróleo en USD 144.

Los mercados asiáticos en pujante expansión empujando la demanda. Con la crisis de solvencia dando sus primeros pasos en público (Bear Sterns ya era historia), los commodities en general eran un buen negocio para el hedging, aumentando así (por mayor demanda) el precio.

Por encima de los USD90 el barril, las energías alternativas se volvían rentables. Especialmente del derivadas de los alcoholes, empujando aun mas a los granos. Y el círculo cerraba al alza. Los mercados estaban “condenados al éxito”.

Pero como dice la canción (Vox Dei), “todo concluye al fin”. Y lo aburrido de los ciclos económicos, se vuelve evidente.

Aun cuando el mundo anunciaba hacia meses el fin del dólar americano como unidad de cuenta y moneda de reserva mundial, al primer estornudo el “fly to quality” fue en una única dirección: al dólar. “Los muertos que vos matáis, ….”

No importó el déficit de los últimos años en la Tesorería americana. Los bonos del Tesoro llegaron a tener rendimiento cero. Esto es, la gente prefería tener bonos a tasa cero, antes que cualquier otra colocación con alguna rentabilidad, por segura que pareciera.

Es evidente que la revaluación de la moneda “verde” implicó la baja nominal de los precios de los commodities. La crisis agravó esto, debido a la baja en la demanda y las negras expectativas, y de esta manera los granos bajaron un 45% y el petróleo el 55%.

Esperar que el petróleo se estabilice entre los USD 70 y USD 80 no es irrazonable. A estos precios, los proyectos de alternativas para su reemplazo no son rentables y por ende, los países productores seguirán teniendo el monopolio del combustible. Al menos por un largo tiempo. Aunque a Chávez esto no le guste.

Como efecto secundario, la demanda de granos será menor y su precio ya no alcanzará los niveles de mediados del 2008. Para los países productores puede no ser una buena noticia. Para el resto, seguramente lo es.

Mientras tanto, la crisis internacional de liquidez ha obligado a aflojar el cinturón de las tasas y estas han estado cayendo. Y aun lo harán más. Hay quienes avizoran un periodo muy cercano con tasas cero tanto en EEUU como en Europa.

De manera adicional, los países han dado toda la liquidez que han podido a sus respectivos sistemas financieros, incluso a través de la baja de impuestos.

Pero en Argentina todo es distinto. Aquí hemos iniciado el camino hacia la eliminación del único mercado de capitales que teníamos. Los fondos para las futuras jubilaciones eran la última reserva que quedaba para financiar a la producción local genuina y al consumo.

Pero no sólo hemos decidido jugar a la ruleta rusa, sino que además los hacemos con el arma totalmente cargada.

Cuando el mercado buscó sincerar su precariedad a través del tipo de cambio, el BCRA salió a vender barato los que compraba caro. Luego de sucesivos llamados telefónicos y operaciones de cambio perdidosas, la tasa se convirtió en la variable de ajuste.

Las tasas que hoy se pagan por mantener los depósitos (pasivas), hasta hacen parecer razonables las pagadas en la última colocación de títulos públicos en Venezuela. Pero las tasas activas, no sólo hacen imposible cualquier tipo de financiación, sino que cualquier inversión es imposible de ser analizada.

De esta manera, con el crédito cortado, la incertidumbre sobre la propiedad privada, la certeza de menores ingresos fiscales, un tipo de cambio ficticio (al menos hasta la aprobación del manotazo en el Senado), baja de reservas internacionales, estadísticas no creíbles y la confianza en las instituciones por el piso, se comienza a verificar lo elemental: la economía real empieza a resentirse.

Inflación, recesión, suspensiones, vacaciones adelantadas, comentarios sobre empresas que se van, despidos, etc., son consecuencias directas e ineludibles. Luego llegará el desempleo, la pobreza y nuevamente el asistencialismo demagógico.

Para contrarrestar, el gobierno comienza a gastar a cuenta de los fondos previsionales. Y en el apuro o la ignorancia, lo hace pensando en los $95.000 millones que había 60 días atrás. Pero esos fondos estaban colocados en inversiones (bonos, acciones, etc.), que el propio gobierno ha obligado a malvender, otras han sido embargadas pero salvo una pequeña parte, todas se han desvalorizado. Y una vez que estén en poder del estado, apenas si valdrán una fracción de su valor original.

Pero gobernadores, legisladores, sindicalistas y otros, se siguen repartiendo lo que ya no hay.

La Argentina se ha quedado sin mercado de capitales, con un pasivo previsional colosal en cabeza de un estado que históricamente no ha respetado los compromisos (internos ni externos), ha vulnerado la Constitución Nacional sin enrojecerse y aun así, no ha logrado cerrar las necesidades de financiamiento para los próximos dos años.

Pasada la crisis, el mundo habrá de seguir su camino. Avanzando. Nosotros escapamos hacia atrás. Y van . . .


Buenos Aires, Noviembre 11, 2008.-

sábado, 1 de noviembre de 2008

Crónica de una muerte (futura) anunciada

El manual de buenas costumbres dice que hay un límite para no contestar agravios. Pero nunca se debe caer en la grosería ajena.

Los dichos y comentarios del matrimonio presidencial insultan la inteligencia de todos los argentinos. Excepción hecha de quienes han reemplazado esta, por la obsecuencia.


Desinformación, ignorancia y/o cinismo

En el futuro, quizás algún historiador logre develar los motivos. Pero mientras tanto los argentinos debemos prepararnos para pagar una bacanal a la cual no hemos sido invitados.

“Estamos ante el fracaso de un modelo que se instaló a fines de los 80´s y dominó el escenario internacional: el modelo neoliberal, mas conocido como el Consenso de Washington” (Cristina Kirchner, Cumbre Iberoamericana, Octubre 2008).

Veamos que decía de manera muy resumida, el más famoso de los Consensos:
1. Superávit fiscal o déficit financiables sin inflación
2. Redireccionamiento del gasto público hacia la educación subuniversitaria, salud e infraestructura
3. Reforma fiscal, eliminando las exenciones ampliando la cantidad de contribuyentes.
4. Liberalización del mercado financiero, liberando las tasas.
5. Tipo de cambio unificado y competitivo que permita el crecimiento de exportaciones no tradicionales
6. Eliminación de las restricciones cuantitativas del comercio internacional, las que serán reemplazadas por tarifas, en un rango entre 10% y 20%.
7. Eliminación de barreras al ingreso de inversiones extranjeras directas.
8. Privatización de las empresas públicas.
9. Eliminación de las regulaciones que impiden el ingreso de nuevos jugadores o definen monopolios.
10. Aseguramiento de los derechos de propiedad, en especial hacia los sectores informales.

En los EEUU no se cumplieron ni los puntos 1ro ni el 4to. Y algunos otros sólo fueron implementados de manera parcial. Y aun así, es este país quien más se ha acercado a su cumplimiento. Entonces es fácil interpretar cuanto del Consenso ha sido implementado en el mundo. Por lo que uno o más de los motivos antes mencionados llevaron a nuestra presidente a mentir.

La Reserva Federal americana (Fed) tiene como objetivo el velar por una inflación baja y por el valor de la moneda a través de instrumentos de política monetaria (tasas). Justamente el mal manejo de su principal instrumento permitió la creación de esta crisis (ver nota anterior “Subsidio equivocado”) que de haberse acatado el Consenso, seria una variable libre y no sujeta a los caprichos del presidente de la Fed. Fue entonces un exceso de regulación y no la aplicación de principios libertarios, una de las causas primigenias.

Claro que podemos agregar que en el caso de la Argentina, el único punto del Consenso que se aplicó de manera completa, fue el 8vo (privatización de empresas públicas) pero agravando la situación del 9no (creación de monopolios). Algunos del resto de los puntos fueron parcialmente aplicados y otros totalmente ignorados. La consecuencia está a la vista. El hecho que “Argentina puede dar cuenta de los resultados de ese modelo y de su fracaso inevitable” (CFK dixit) sólo es cierto en las palabras (¿ y la cabeza?) de la presidente. Pero no en la realidad.

En este contexto, los opositores a la libertad creen haber encontrado los motivos para impulsar lo que llaman “el fin del capitalismo”. Creer que una crisis mata al único sistema que ha permitido a la humanidad desarrollarse como lo ha hecho en los últimos tres siglos a través de las sucesivas crisis, es no comprender su esencia. La crisis lo único que hará será depurar el sistema de las distorsiones que el exceso de regulación e intervención le generó. Tal como viene sucediendo desde aquel entonces. Y el ser humano podrá aprender de sus errores o volver a cometerlos.

El tiempo y el costo de este proceso serán inversamente proporcionales al nivel de libertad que en cada país o región vivió. Sin contar con las crisis que cada uno quiera sumar a la que existe globalmente.

Muchos hablan de la falta de regulaciones o las falencias en su aplicación. Quizás sea tiempo de permitir un mercado mas libre que arbitre de manera constante y permanente la actuación de los distintos participantes en lugar de levantar regulaciones que “escondan” estas participaciones hasta que, con un efecto dique, la pared ya no pueda contener el embalse y muchos deban sufrir el agua al cuello.

Es con esta maraña de regulaciones, donde se pierde la posibilidad de transparencia y de igualar niveles de información, siempre a favor de un burócrata cuyo interés final es la propia acumulación de capital.

No es la igualación socialista la que va a permitir que siga adelante la evolución de nuestra especie, sino la igualdad de oportunidades. Y esta no se logra con funcionarios corruptos dueños de información privilegiada con poderes omnímodos sobre la propiedad privada, manejo discrecional de la Tesorería pública y la complicidad judicial que los vuelve impunes ante la ciudadanía.

“El neoliberalismo fue la crónica de una muerte anunciada” dijo la presidente argentina. Claramente no entiende de lo que habla. Seguramente no del capitalismo libertario, sino del prebendario y tan amigo de las regulaciones negociadas.

Puede creer que ella liderará una batalla a ganar contra la libertad. Pero más temprano que tarde, deberá aceptar que su acción no es más que una gota en el mar. Y que nada cambiará.

Claro que hasta ese instante, somos los argentinos quienes habremos de financiar esta cruzada Kijotesca.


Buenos Aires, Noviembre 01, 2008.-

jueves, 16 de octubre de 2008

¿Subsidio equivocado?

Por definición, un subsidio es una transferencia de riqueza a criterio de un funcionario público. Esta transferencia siempre resta recursos al sector privado pero el sujeto receptor puede ser privado o público (empresas estatales, etc.). De tal forma podemos colegir que está implícito que los subsidios, como instrumento permanente, no pueden no ser equivocados.

Pero como nada es blanco o negro, de manera permanente ocurren situaciones que requieren la aplicación transitoria de estos instrumentos. Las crisis (económicas, financieras, sociales, etc.) y sus secuelas inmediatas, suelen ser el clímax de esta necesidad.


Origen

La globalización ha contribuido a que ríos de tinta hayan sido vertidos para explicar la crisis actual de las subprime (préstamos hipotecarios otorgados a deudores con nulos o malos antecedentes), pero hagamos un pequeño resumen de la misma.

La crisis desatada como consecuencia de la caída de las “punto com” a fines del siglo pasado, llevó a la Fed a bajar las tasas a valores estadísticamente bajos, del 6.5% a 1.75% - 1% anual, durante un periodo bastante prolongado (16 trimestres). Ya aquí, podemos ver como, la intervención estatal en la búsqueda de solucionar un problema, comienza a incubar el siguiente.

Está baja artificial del costo del dinero, aceleró el negocio hipotecario (los menores costos aumentaron la demanda) y por lo tanto hizo pensar a muchos que habían enriquecido de manera súbita. El círculo virtuoso (?) se aceleró a partir de un natural aumento de los valores de las propiedades y se intensificó el otorgamiento de segundas y hasta terceras hipotecas. Los montos así prestados fueron a consumo, asumiendo que el alza de los precios seria definitivo (deudores y acreedores) y se construyéndose la base de la futura crisis.

Esta fue condición necesaria pero no suficiente. Los bancos de inversión americanos y los comerciales europeos (estos últimos tienen integradas ambas operaciones) hicieron el resto.

El nivel de apalancamiento (leverage), hace referencia a la relación entre el pasivo (deudas con terceros) y el capital propio. Las normas prudenciales bancarias explicitan que no debe superarse el ratio de 7.

Este es el nivel que mantuvieron los bancos comerciales americanos en general, aunque algunos llegaron a 10. Pero los bancos de inversión del mismo país estuvieron entre 40 y 50.

En el caso de los europeos el nivel llegó a 25, pero no por ser mas prudentes sino por el hecho que ambas operaciones funcionan de manera conjunta, por lo que estos altísimos niveles de endeudamiento, están hoy afectando a la banca comercial de manera sistémica.


Crisis, ¿Qué crisis?

Sin entrar en el detalle de la forma del endeudamiento del mercado financiero (SIV´s, securitización, deuda estructurada, etc.) de lo que se ha escrito a mares, los precios de las propiedades inflados (+ 200%) y niveles de endeudamiento muy por encima de los valores reales de las garantías, fueron más que suficientes para producir una crisis. Pero, ¿de que crisis estamos hablando?

El 28 de Julio de 2007 (dos mil siete, no es un error), el mercado financiero avisó que algo pasaba. Los bonos del Tesoro americano bajaron su rendimiento de 4.90% a 4.79%. Muchos inversores comenzaron el “fly to quality”. En los meses transcurridos desde el inicio de 2007 a esa jornada, Pulte Homes, empresa líder en la construcción de casas, había perdido el 40% de su cotización.

¿Qué había pasado ese día? Se dio a conocer el índice de venta de viviendas nuevas. La caída de Junio, fue un explosivo 6.6%. No quedaron dudas que la demanda comenzaba a retirarse.

A los U$S 3.500 millones que la Fed inyectó el 19 de agosto de ese año (hoy una suma insignificante), se sumaron otros U$S 12.500 millones el 08 de octubre. De allí a fin de año, la crisis comenzó a ser reconocida, hasta que el Banco de Inglaterra tuvo que salvar al Northern Rock.

Los primeros 90 días del 2008 dejaron en claro que la crisis había llegado para quedarse. Y la “Crisis Financiera” fue (y es) el tema. Es cierto que los bancos la hicieron visible. Pero es la fiebre, no la infección.

Todos los caminos hacia las posibles soluciones se han trazado pasando por la city bancaria. Pero la crisis financiera es consecuencia y no causa. La causa es la solvencia. O mejor dicho, la falta de esta. La crisis es de solvencia.

Se han inyectado billones de dólares y euros para rescatar entidades financieras. Se han gastado otro tanto en comprar hipotecas. Y en este camino podremos seguir viendo como se siguen dilapidando los recursos privados, para salvar bancos.

Incluso, algunos han empezado a plantear la necesidad de modificar el sistema de valuación de carteras de forma de poder inflar los activos y así poder mejorar los números. Quizás, el Secretario de Comercio Interior argentino tenga “su lugar en el mundo”.

Y todo esto en medio de un difícil proceso electoral en EEUU como hace tiempo no se veía.

El último paquete de salvataje nuevamente fue hacia el sector financiero. Y quizás, después de sucesivos intentos en la misma dirección, seria conveniente pensar que en lugar de intentar solucionar la fiebre enfriando el termómetro, es tiempo de analizar al paciente.

Allí, la crisis de solvencia cobra estatura. El problema que genera el temor de los inversionistas fue no sólo el nivel de apalancamiento de los bancos sino el descalce entre créditos otorgados y las garantías sobre las que estas se apalancan y por ende, la capacidad de recupero.

Este temor genero una desconfianza entre entidades bancarias, ya que durante el 2007 los datos relacionados a las operaciones hipotecarias y la securitización de estas, fue uno de los secretos mejor guardado y cuando salieron a la luz a comienzos del 2008, lo hicieron de la peor manera: a puro quebranto de ocho dígitos, en dólares. Como consecuencia, las operaciones interbancarias fueron desacelerándose cada vez más, hasta llegar e niveles cercanos a cero en las últimas semanas. El famoso “credit crunch”

Entonces, si se mejoraran las condiciones para el recupero de las inversiones, mejorando la solvencia de las entidades bancarias, pero no desde la caja sino desde las garantías, la confianza podría comenzar a analizar en volver.

Para esto, en lugar de subsidiar a la oferta de los créditos (los acreedores) debería pensarse en hacerlo a la demanda (los deudores hipotecarios). Una alternativa bastante sana, sería legislar una renegociación forzosa de las hipotecas, alargando los plazos de maduración de manera significativa, de forma que una amortización mensual menor de capital, permita a los deudores hacer frente a su pago.

De manera adicional, el estado podría subsidiar las tasa en un hasta 100%, durante los primeros tres años, de manera de mejorar aun mas el perfil de los deudores, asegurando su capacidad de pago, durante el plazo máximo por el cual la crisis podría estar dando vueltas.

Así el valor de los colaterales aumentará de manera importante, el estiramiento de los plazos hará que parte importante de la carga caiga sobre quienes hicieron mas que rentables negocios durante el último lustro (bancos) y al estar subsidiando la tasa de los deudores, que son quienes pagan a su vez los impuestos con los que en definitiva se subsidia, hará caer sobre ellos la parte de la responsabilidad que le cabe a quien sabe que se está endeudando por encima de sus posibilidades.

La desaceleración insalvable de la economía (recesión en el caso de Europa) que como consecuencia de lo ya acontecido sobrevendrá, evitará cualquier riesgo inflacionario aun en los niveles actuales de tasa. Incluso, tanto Gran Bretaña como Europa, tienen margen para bajar aun mas la tasa, de forma que los costos de subsidios, serán aun menores.

Esta paquete, no sólo es mas barato que seguir tratando de apagar el fuego con ramas secas (la sola intervención de los bancos centrales en el sistema financiero, implica un riesgo sistémico, al que el inversor le huye y por ende agrava el escenario), sino que mantendría vigente el principio que quien emprende un negocio, debe asumir el riesgo (moral hazard). Acreedores y deudores.

En este caso, quizás el problema no es el subsidio, sino a quien se subsidia. Y quien paga.


Buenos Aires, Octubre 16, 2008.-
Publicado en El Diario de America (http://www.diariodeamerica.com/front_notas_list.php?id_autor=28), NOTIAR (http://www.notiar.com.ar/contenido/opinion/opi_8083.htm#1), en FUNDACION FUTURO ARGENTINO (http://www.futuroargentino.com.ar/contenidos_detalle.asp?id_seccion=36&id_novedad=603&volver_str=/contenidos.asp?id_seccion=36&volver_windowname=&volver_scrollValue=0,%200&utm_source=emBlue_news_carta_semanal_21102008&utm_medium=Oferta:628605) y en Urgente 24 (http://www.urgente24.com/index.php?&id=ver&tx_ttnews%5Btt_news%5D=110181&cHash=8df6987cad)

martes, 2 de septiembre de 2008

Reservas por deudas

El 28 de diciembre de 2005, las Reservas del BCRA totalizaban USD 28.071. Al día siguiente se liberaron los pagos al FMI y se canceló la deuda con el organismo.

Nadie dudó que normalizar la relación con el Fondo era no sólo razonable, sino necesario. Pero se hizo de la peor forma.

Por un lado, desde el Poder Ejecutivo se decidió vía decreto la cancelación total de la deuda con el Fondo, con reservas del BCRA. En su instrumentación, se morigeró el efecto de avasallamiento de la autonomía del Central a través de una autorización de utilizar dichas reservas desde el Congreso de la Nación. Pero quedó claro que el Central no tenía ningún grado de independencia.

Para disimular esto, a través de un decreto de necesidad y urgencia (DNU), se crearon las “reservas de libre disponibilidad”, las que se conformarían con las que exceden el 100% de la base monetaria. Ratificado por el Congreso y un decreto simple facultando al Ministerio de Economía y ordenando al BCRA a realizar la cancelación de la deuda (1599/05).

La respuesta del presidente del Central fue “esta medida no afecta contablemente al BCRA”. Y para soportar “contablemente” esta afirmación, el Ministerio de Economía emitió un bono a 10 años al 2% anual, de forma de compensar nominalmente el hurto realizado. 100% colocado en el Ministerio de Economía.

Está claro que 2% anual, que era la tasa que el Central percibía como remuneración de las reservas dista de la tasa actual, por lo que ya podemos cuantificar el quebranto que ha significado tener “papel pintado” en lugar de “verdes” físicos. Sin contar con los riesgos de un default que dejaría a la entidad monetaria nacional con USD 9.810 millones menos. Default que hasta ahora no ocurrió. Hasta ahora.

El presidente de entonces, al igual que hoy, era Martín Pérez Redrado. En aquel momento estaba recién asumido. Ahora, en pleno seminario organizado por el propio BCRA con autoridades monetarias mundiales como participantes, el propio Redrado queda en off-side. Y la credibilidad (mucha o poca) respecto de la independencia del Banco Central, también.


Ex post el FMI

Durante el 2006 de ninguna manera se percibió que el clima financiero internacional se volviera mas favorable para con la Argentina.

Habíamos cancelado una deuda barata y debíamos honrar vencimientos de intereses y amortizaciones de capital, para lo que debimos tomar deuda cara.

El mercado de manera irrefutable interpretó que nuestra intención no había sido honrar una deuda, sino evitar las auditorias del FMI. Pero a la vez eliminamos la única voz creíble en el mundo (aun con las dudas que sobre el FMI había y hay) a los efectos de auditar la situación macro argentina.

La primera consecuencia que tuvimos al contrario de lo que la administración de entonces había señalado (ahorro por intereses no pagados). Una fuerte suba en la tasa a pagar para cancelar o renovar los vencimientos que iban ocurriendo fue la consecuencia.

Este aumento de tasas se verificó en dos frentes. En el internacional, debimos comenzar a pagarle a “nuestro amigo” Chávez, cada vez mas por menos. Más tasa por menos capital.

Localmente, el BCRA emprendió una política de recuperación de reservas, de manera de evitar perder además de los dólares, la confianza. De mas está decir que esto generó un alza en el tipo de cambio y debió esterilizar la plaza de forma de no generar un “exceso de ruido”. Para esto comenzó a emitir fuertemente notas y letras (NOBAC y LEBAC), con tasas en aumento. Y mayor inflación.

Llegamos a tasas del 15%, como las que pagamos a nuestros amigos venezolanos días atrás. Situación que incrementó en el sistema financiero la inviabilidad del “modelo kirchnerista”. Y mas del 25% de inflación.


El pasado nos condena

Si bien las reservas “contables” del BCRA llegan a poco mas de los USD 47.200 millones, la verdad es que mas de USD 20.000 millones, corresponden a los bonos antes mencionados. Es decir, no son mas que obligaciones que de ser canceladas, eliminan de las reservas la friolera del casi 40% de las mismas.

Otros USD 24.000 millones corresponden al circulante, por lo tanto no es posible entregarlos dado que de hacerlo, el mercado ajustará el tipo de cambio.

De esta manera, y según el decreto del propio decreto de 2005, las reservas de libre disponibilidad no alcanzan para cubrir la deuda con el Club de Paris.

Aun así, volvemos a repetir el error. Cancelamos deuda a una tasa dada, con deuda futura más cara. ¿Cuál es el sentido de esto?. Definitivamente debemos buscarlo fuera de la economía.

Tal como marcaba hoy temprano U24, posiblemente la cancelación de la deuda tenga que ver con la apertura del juicio en Miami (valija-gate/ Antonini), un tema a tapar en los diarios. O tal vez sea simplemente otra de falta de oportunidad.

Tal como dijo la presidente, “el pasado nos condena”. Pero el presente parece ser cómplice.

Al igual que en diciembre de 2005, nadie puede esgrimir argumentos contrarios a la cancelación de la deuda con el Club de Paris. Pero volvemos a cuestionar las formas.

Nuevamente el Poder Ejecutivo avasalla al BCRA. Nuevamente vemos como las reservas, que tienen por definición dar soporte al valor de la moneda nacional, es utilizada para fines distintos.

Veremos como la necesidad de cancelar deuda en los próximos meses (USD 20.200 millones en 2009) nos obligará a tomar deuda cara respecto de lo que pudimos negociar con el con el Club de Paris y el FMI y por ende, dilapidar el esfuerzo de millones de argentinos, que a través de sus impuestos, financian esta locura que no es un programa. Ni lo quiere ser.

Veremos como nuevamente la autonomía del BCRA es avasallada. Veremos como una economía que ni tiene indicadores ni índices fidedignos (INDEC) no recoge más que desventajas de esta decisión.

Está muy bien cancelar con el Club de Paris. Pero aun hay más de USD 25.000 millones de stock-holders o acreedores de deuda pública. Creer que esto nos coloca en la “pole position” (al decir de la presidente) es al menos de ingenuos.

Mientras no volvamos confiables la estadística nacional (INDEC), seguiremos siendo parias y en cada pago unilateral que definamos, seremos simples voluntaristas.


Buenos Aires, Septiembre 02, 2008.-

viernes, 15 de agosto de 2008

Mismo experimento ¿Distinto resultado?

"Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo." Albert Einstein.

Para quien formuló la teoría de la relatividad, después de años de investigación, este principio fue básico. Pero parece que nuestros políticos se consideran superadores de la inteligencia del genio alemán.

El 18 de Julio pasado fue un punto de inflexión en lo que se ha llamado la etapa kirchnerista. Luego del voto “no negativo” era de suponerse que la Presidente (con “e”) reformularía las variables de este experimento social, denominado Argentina.

Con cierto desden para con la teoría de la experimentación, decidió repetir. Lamentablemente, para ella y para todos nosotros, ni la realidad política ni la economía son las que estaban el 10 de Diciembre pasado.

Y estas variables independientes y exógenas a su arbitrio han de modificar el resultado. Claro que en un sentido probablemente no buscado.


El frente externo: Doha


Mas allá de los resultados de la Ronda de Doha, que de ninguna podemos atribuir a los Kirchner, cabe destacar como se posiciona la Argentina.

Básicamente la negociación implicaba una mayor penetración de los países desarrollados de productos agrícolas desde países subdesarrollados a cambio de un una mayor permeabilidad inversa de productos industrializados.

La complejidad de una negociación multilateral de este tipo, permite inferir que si no se llega a estas instancias con los acuerdos medianamente consensuados, el resultado asegurado es el fracaso. Por ende, no debe sorprender tanto el resultado en si, sino los desacoples regionales.

El primer punto que verifica nuestra hipótesis expresada hace menos de un mes respecto de la asimetría entre Brasil y la Argentina, al menos en la visión del resto del mundo (seguramente los K consideren que no es relevante), es que cuando se debió definir quienes se sentaban a la mesa “chica” para tratar de salvar la Ronda, Argentina no estuvo. No estuvo en la mesa, ni siquiera en la cabeza de los brasileros. Esto es, nuestros hermanos luso parlantes aceptaron como razonable sentarse en la misma, sin tener que previamente acordar posición alguna con Argentina.

Y la Argentina tampoco lo pidió. Esto es de hecho una validación de la representación que Brasil asumía. Claro que cuando se conoció los términos de la negociación protestó. Pero ya era tarde.

Esto expresa la sensación que Brasil puede acordar con el mundo en nombre de Latinoamérica, sin necesidad de acordar previamente con esta. Y en términos del Mercosur, rompe el histórico equilibrio del 2+2 (dos grandes y dos chicos) por el de 1+3, donde Uruguay, Paraguay y la Argentina, deberán tratar de convencer al gigante brasileño, aunque nunca de igual a igual. Al menos por algún tiempo.

Esto no debe herir nuestros sentimientos “nacionales”. Si debe servir para entender donde nos llevó la política exterior de la actual administración.

Sin entrar a detallar la cantidad de mercados que hemos perdido por cierre de las exportaciones (y que seguiremos perdiendo, ahora con los quesos), los que cada vez nos convertirán en mas intrascendentes en términos del Mercado Internacional. Hoy unos de los parámetros mas importantes para verificar el peso relativo de cada nación.

Tal como explicaron desde Itamaraty, “Brasil no puede quedar prisionera de la Argentina”. Aunque parece que Argentina si puede quedarlo respecto de Venezuela.

Mientras tanto, Chile firmó un TLC (Tratado de libre Comercio) con Australia liberando el 97% de las tarifas sobre intercambios actuales. Colombia aprobó el propio con países centroamericanos. Brasil espera firmar prontamente el propio con Costa Rica. Y Uruguay pretende profundizar el TLC firmado con México, para ingresar al NAFTA.

Argentina, con su habitual soberbia, mantiene la “ñata” contra el vidrio. Hemos perdido el poco peso regional que teníamos y cada vez el mundo nos extraña un poco menos.


Los gemelos

Mas allá de lo que afirma el “economista” Randazzo (Ministro de Interior), la situación está cada día mas complicada.

En un intento de reduccionismo teórico, se ha explicado el actual modelo económico (o la falta del mismo) es el manejo de la “caja” y la cooptación (voluntaria o por chantaje) de los dirigentes políticos.

En momentos de una soja USD 609 con la sensación que el poder unitario de Cristina era inmodificable, esto pudo haber sido un objetivo. Ya no lo es.

Para los legos en economía, alcanzaba con publicar de manera mensual los llamados “superávit gemelos”. Resultados de balanza comercial y de las cuentas fiscales. Y con esto se suponía que la Argentina estaba blindada de la teoría económica.

Poco se explica respecto de cómo se conforman esos superávits. El “maquillaje contable” al que se somete a las cuentas nacionales recuerda aquella frase que asegura que “no existen mujeres feas, sino tan sólo mujeres sin producirse”.

En 2007 se computaron ingresos por casi $5.000 que correspondían a los activos financieros de los traspasos compulsivos de las AFJP. En lo que va del 2008, el BCRA viene trasfiriendo utilidades por sus tenencias en reservas, en el orden de los $4.000 millones. Cabe mencionar, que esas utilidades se supone que compensan el gasto cuasi fiscal por la emisión de bonos para esterilizar la sobreoferta de pesos usada para comprar dólares, para mantener el tipo de cambio. O sea, a fin de año, o el Tesoro devuelve esos ingresos o deberemos esperar un déficit cuasi fiscal en el BCRA.

Mientras el otro nuevo economista, el Jefe de Gabinete Massa explica que el gasto público aumenta menos que los ingresos, los números que el propio gobierno emite, afirman lo contrario.

El principal aumento del gasto, es consecuencia directa del actual “modelo”: los subsidios. Aun con la ayuda de un invierno kirchnerista (temperaturas promedio en julio por encima de los 13°), en el primer semestre se llevan gastados en subsidios $12.320 millones. 215% más que en el mismo periodo del 2007.

Según ASAP, Energía se llevó $8.157 millones (+ 340% respecto de 2007), Transporte $2.660 millones (+71%), la ONCAA $1.627 millones y las Empresas Públicas algo mas de $440 millones. Claro que aquí no se computa el gasto de los fondos fiduciarios, los que están fuera de control. Esto sin agregar los esfuerzos que implicará la estatización de Aerolíneas Argentinas.

Aun así, ya se han anunciado aumentos de tarifas para la energía, y seguramente no será el último aumento para el sector en el 2008. De igual manera ya se está previendo un aumento en las tarifas del transporte. Pero eso de ninguna manera implica un menor gasto en subsidios.

Pero el mayor tema a dilucidar en el sector fiscal es la deuda flotante que para maquillar números puede quedar para el 2009. Deuda devengada no pagada, especialmente en el área del Ministerio de Infraestructura, que sumada a la dependencia de fondos provenientes de los derechos de exportación calculados sobre valores que hoy ya no se dan, conforman un importante iniciador para la bomba.

En este punto, es importante comenzar a analizar con un grado de certeza importante, que si bien el precio de los commodities alimentarios no caerá mucho mas, difícilmente vuelvan a colocarse en los niveles que tuvieron durante el conflicto con el campo. De paso podremos lamernos las heridas de no haber aprovechado ese momento único para exportar. Y para recaudar.

Algo similar sucederá con el petróleo y sus derivados. Aunque de manera inversa. La falta de promoción para la exploración y explotación de los últimos años, nos obliga a tener que importar de manera creciente, gas, gasoil y fuel-oil y en no mucho tiempo otros derivados. Pero deberemos pagarlo a precio internacional. Y en lugar de mantener ese importe en el país y cobrar por él, el impuesto a las ganancias, deberemos hacer frente a otra oportunidad desperdiciada.

Pagamos USD 18 el millón de BTU por gas comprimido a desembarcar en Bahía Blanca o le pagamos USD 7 el millón de BTU a Bolivia (cuando no pueden abastecernos siquiera un tercio de lo acordado) en lugar de mejorar el precio interno (una contradicción en términos, hablando de productos transables) desde los USD 2 el millón de BTU y fomentar la propia industria petrolera. Especialmente cuando el precio está por encima de los USD 100 el barril y nadie espera que baje.

Y mientras tanto, con un dólar fortalecido respecto del peso, el nivel de las importaciones comenzó a mostrar signos de aceleramiento en algunos sectores como el textil, alimentos, calzados y juguetes.

El resultado de la balanza comercial no se deterioró, exclusivamente por el fuerte incremento de los precios internacionales de los precios agrícolas, situación que no se verá en el segundo semestre. Y menos en 2009, cuando ya se prevé una merma en el nivel de inversión en tecnología para el campo y por ende rendimiento sensiblemente menores a menor precio. Menor volumen a menor precio.


La pelea de fondo


Este panorama debería ser suficiente para encender todas las luces de alarmas. Pero aun queda más: la inflación.

Que el Secretario Moreno diga que el IPC de Julio fue del 0,4%, ya nadie siquiera lo discute. Ni le presta atención.

Hoy nos encontramos que medido en dólares de 2001, el nivel de precios está muy por encima de aquella época. Debemos hacer la salvedad de dos ítems. Tarifas (semicongeladas) y salarios. Y en este rubro, si bien los salarios del sector privado formal no llegan a los valores del 2001 y los del estado están aun mas bajos, el promedio ponderado es aun menor, dado que el nivel de los salarios privados informales (en negro) es aun mas bajo y su incidencia sensiblemente mayor.

De esta manera, la brecha a recorrer es aun demasiado larga. Sumado a que la discusión del aumento de salarios de los últimos dos años estuvo contenida por la fortaleza política de los Kirchner. Fortaleza que hoy ya no tiene y por ende, los gremios aprovecharan para fortalecer sus propios frentes internos.

Para esto se prevé la baja en los mínimos no imponibles de ganancias y el aumento de subsidios familiares. Aunque no deberán descartarse la apertura de los convenios, mas avanzado el año. Después de todo, aunque de manera solapada, ya comenzó la campaña para el 2009.

Pero esto sólo sirve para quienes tiene empleo formal. O sea, excluye al 44% de los empleados, que están en negro, a los desempleados y a quienes cobran subsidios por desempleo. No es difícil entender que aquellos son minoría y que el impacto de la inflación sobre estos grupos es fortísimo.

Claro que para esta administración no cabe pensar que traspasados ciertos limites, aun las inversiones mas rentables dejan de analizarse, por lo que el ciclo de la informalidad laboral o la ausencia de oportunidades de obtener empleo alguno se hace cada vez mas significativo, incrementando la necesidad de mas y mayores subsidios y así, nuevos impuestos.

Es así que la eliminación de los subsidios es políticamente inviable. Y solo podemos esperar una cada vez mayor y creciente presión fiscal.

Por esto es entendible la salida de mas u$s 7.100 millones en el segundo trimestre y la desaceleración de la inversión, que genera un aumento de las importaciones. Es lo contrario al efecto que desde el gobierno se buscaba. En lugar de la sustitución de las importaciones, nos encontramos con al “importación de la producción”.

El aumento del nivel de riesgo soberano, la baja en las calificadoras de riesgo (bonos soberanos y deuda privada) e incluso los comentarios internacionales de un posible nuevo default (ciertos o no, generan expectativa), muestran que estamos “haciendo agua”.

Este es el razonamiento más sencillo y que por cuestiones paranormales (?), los Kirchner no quieren, no pueden o no los dejan ver. Es aquí donde reside ya no el agotamiento de un modelo sino su inviabilidad.

Pretender un resultado distinto con mas de los mismo, es cuando menos, ignorancia.


Buenos Aires, Agosto 15, 2008.-

Publicado en Fundación Atlas 1853 (http://www.atlas.org.ar/articulos/articulos.asp?Id=12147), en El Instituto Independiente (http://independent.typepad.com/elindependent/2008/08/modelo-k-mismo.html) y en FUNDACION FUTURO ARGENTINO (http://www.futuroargentino.com.ar/contenidos_detalle.asp?id_seccion=36&id_novedad=549&volver_str=/contenidos.asp%3Fid_seccion%3D36&volver_windowname=&volver_scrollValue=0,%200)

jueves, 17 de julio de 2008

El día después de mañana

Como consecuencia del calentamiento (no global, sino local), una discusión económica sectorial convertida en un debate político nacional, replantea todo el esquema de poder, real e institucional de la República.

Ya de por si es casi imposible de entender el porque esta escalada fue no sólo permitida, sino incentivada, salvo que entendamos a la lógica de confrontación del ex presidente. Contra todo modelo racional, el win-win no es aplicable. Sólo la “muerte” de alguno de los contendientes, marcará el fin de la discusión. Aun a riesgo del suicidio.

El tono apocalíptico previo a la sesión de ayer en el Senado, donde se escuchaba a algunas de las principales espadas del oficialismo tratar de “meter miedo” (¿a los propios?), aclarando que en caso de derrota podría existir la posibilidad de una renuncia de la presidente, ya mostraba que todo empezaba a ser diferente.

En realidad, la aclaración del ex presidente en “su” acto de la Plaza de los Dos Congresos, respecto de la aceptación de lo que sancionara el Senado y la posterior re aclaración del Jefe de Gabinete, mostraban que la alternativa de la derrota no era sólo teórica. Ellos sabían lo que habían ofrecido a cada indeciso y las repuestas que muchos de estos daban. Aunque eso no fuera público.

Tan difícil venia la negociación, que se empezaban a agigantar las figuras de muchos senadores a los cuales en los anteriores meses, ni siquiera les atendían el teléfono. Finalmente, Saadi aceptó la oferta. Rached prefirió extender su carrera política.

La mayoría de los discursos oficialistas se centraron en justificar la necesidad de un rígido alineamiento de los senadores del FpV hacia los Kirchner. El Senador Romero, fue muy claro. Las bancas del Senado son de las provincias, no de los partidos políticos.

Se intentó discutir una medida de política económica desde su legalidad. Pocos fueron al fondo del tema. Parecía más una discusión de juristas que de políticos. Eso es desesperación.

Julio Cleto Cobos, finalmente mató al agonizante proyecto, votando lo que todos sabían que iba a votar, aunque se desconocía si tendría la oportunidad de hacerlo. La historia de dio su revancha. Veremos que hace con ella.


El después del oficialismo

Existían dos alternativas. El oficialismo ganaba o perdía (Perogrullo). Y a diferencia de lo que algunos opinan, la dicotomía no era un desastre económico en el primer caso o uno político en el segundo.

En ambos casos es un desastre político. Pero distintos tipos de desastres. En el primer caso, implicaba un quiebre total de la institucionalidad. El Ejecutivo se impondría de manera determinante sobre el resto. Y el presidente, como cabeza de ese poder, quedaba a un paso de la autocracia. En el segundo caso, la crisis ya no es institucional, sino de este gobierno.

La crisis económica, esta y estará en ambos escenarios. Y una parte muy importante de su solución, dependerá de cómo se resuelva la crisis política.

Con el resultado de ayer, la institucionalidad tiene una oportunidad. Hay que trabajarla, pero allí está. El Congreso aun no se ha despabilado, pero se ha despertado y seguramente buscará recuperar parte de su protagonismo en lo que queda del año. Después de todo, en el 2009 hay elecciones parlamentarias y aquellos que quieran renovar no querrán tener que peregrinar nuevamente por Balcarce 50.

Pero la crisis de esta administración no puede ser ignorada. El gran perdedor es sin duda el ex presidente. Pero es a la vez, el marido de la actual presidente. Esto genera una traba adicional a la resolución del conflicto.

Aun estando en contra de la visión política y económica de este gobierno, deberemos entender que salvo que Cristina tenga previsto renunciar (no creo que sea siquiera una alternativa que haya considerado), deberá oxigenar su administración. Y deberá buscar compensar a sus acólitos (pagos) por la derrota de ayer. Moral y crematísticamente.

Pensar que la presidente habrá de implementar políticas de signo muy distinto al que lleva el oficialismo, es ingenuo. Es que en ese caso, ella ya no contaría con el apoyo del montenerismo setentista y nunca podría ganarse al resto de la sociedad.

En esta línea, supongo que deberíamos ver un cambio de gabinete, un aceleramiento en la toma de Aerolíneas Argentinas y otras empresas “estatizables”, algunas sentencias sobre militares en proceso, anuncios de obra pública (incluso repetidos) en provincias de gobernadores obedientes, aumentos a los jubilados y seguramente, una nueva negociación con la CGT. De esta forma, no sólo sacaría de la primera plana el resultado de ayer, sino que buscaría reforzar los lazos con los gobernadores, D´Elia, Moyano y demás sátrapas alquilados.

Todo esto profundizaría seriamente la crisis económica y seria necesaria una nueva confiscación de riqueza privada.

Y aun así, es poco probable que hiciera todo lo antes enunciado, ya que requeriría de los servicios del brigadier Antonietti, en caso de pretender sacar a algunos de los ministros que no son otra cosa que delegados de su marido. De Vido, Jaime, Moreno, Fernández (Carlos y Aníbal) son inmovibles, salvo que Néstor Kirchner decida “irse” de la política. A Calafate. Y el tercer Fernández, aunque es propia tropa, también debería dejar el cartel.

Parafraseando al creador del monstruo, está condenada al fracaso. Sólo cabe preguntarse hasta cuando llega.


El mañana de la oposición


La oposición no está mucho mejor. Ayer surgió de sus cenizas un potencial líder de aquella, quien sin embargo hoy está solo en el mundo.

Hasta ayer, el presidente de la UCR expresaba su alegría ante el eventual retorno del hijo prodigo. Hoy, ante el riesgo que Cobos capitalice su voto de ayer de manera significativa, el mismo Morales dijo que “Cobos está bien expulsado”.

Obviamente, el retorno del vicepresidente a la UCR no sólo pone nervioso a los principales dirigentes de esa agrupación, sino que de concretarse la reincorporación, podría ser una esponja con todos los dirigentes que en los últimos años se han escapado de ella, formando nuevos partidos.

Si esto sucediera, quizás pueda verse como se supera uno de las debilidades mayores de la oposición: su fragmentación.

Pero en política, nadie es gentil y Cobos deberá hacer mucho mas para poder avanzar en un proyecto consolidador. Y a medida que haga camino, los apoyos serán menores, justamente para evitar su entronización.

Pero además de Cobos y algunos otros referentes que pretenden liderar la ofensiva contra el gobierno desde hace ya unos años, el conflicto ha visto nacer a otros nuevos. Al menos, nuevos fuera de la política sectorial.

He aquí donde las bifurcaciones son muchas mas. Amontonados contra el intento confiscatorio oficial, hemos visto una gran cantidad de dirigentes que estaban dispuestos a poner el pecho. Pero si empezamos a ver quien es quien, no en vano no hay una sola entidad representativa del campo.

Es que la segmentación que esta diversidad de entidades refleja, es de lo más real. Federación Agraria (FAA) pretende un régimen de arrendamientos que atenta contra la propiedad de aquellos propietarios de superficies medianas o grandes (Carbap y SRA). O sea, el derecho de propiedad que tanto han defendido en esta parada, es relativizable. Incluso, históricamente, la FAA ha defendido una reforma agraria, siempre en campos de superficie mayor a la de sus asociados.

De Angelis, a quien no se le puede negar la valentía de lo actuado, no sólo ha participado de cortes por las retenciones, sino que ha liderado durante casi tres años, los cortes en Gualeguaychú. Limitando así derechos constitucionales de otros ciudadanos. Y con el beneplácito del ex presidente.

Estos son algunos de los factores por los cuales el gobierno siempre pensó que podía cooptarlos. Lo que pasa es que son progresistas, hasta que les tocan el bolsillo propio. Como todos los progres, sean del campo o de la ciudad.

Decíamos al comienzo, que el conflicto era una discusión económica sectorial. Y desde allí es fácil entender porque la Sociedad Rural, Carbap, FAA y Coninagro pudieron actuar de manera conjunta. E incluso dejando liderar a las entidades más progres, para que corran al gobierno nacional por izquierda.

Pero si pretendemos realmente creer que en un debate político nacional esto se repetirá, nos estaremos equivocando. Y mucho.


Conclusión

Mas allá de que lado esté cada uno, todos deberíamos prepararnos para tiempos duros pero sin que esto implique una renuncia presidencial. Creer que eso soluciona el problema es ver las cosas al revés.

Si como todos declamamos durante los últimos meses, lo que queremos desde la oposición es más república, lo primero que debemos defender son las instituciones. Y la presidencia es una de ellas, así como lo son la Constitución, el Congreso de la Nación y la Justicia.

Dentro del juego republicano y dadas las limitaciones políticas del actual gobierno, especialmente después de la votación de ayer, la situación económica tenderá a ser más difícil. Pero esta dificultad será directamente proporcional a cuan encerrada esté la presidente.

El ser humano, al igual que el resto de los animales, si se encuentra amenazado y sin posibilidad de escapar, tiende a ejecutar acciones extremas. Inclusive suicidas.

El éxodo desde el FpV será cada vez mayor. La creciente debilidad del gobierno, debería actuar como garantía de su imposibilidad de repetición en 2011. Pero el cambio no puede ocurrir antes. Aunque muchos empezarán a hablar sobre las necesidades de cambio, hay que entender que serán “sus” necesidades.

Y las discusiones que vengan, deberán producirse en los ámbitos naturales (el Congreso) y ya no en la calle. Ni en Balcarce 50.

Si logramos mantener el equilibrio hasta la fecha que corresponde, habrá sido un gran paso parar todos los argentinos.

Si como se dijo durante el día de hoy, se cambió la forma hacer política, que sea para bien y no sólo un cambio de políticos.


Buenos Aires, Julio 18, 2008.-

Publicado en Fundacion Atlas (http://www.atlas.org.ar/articulos/autor.asp?Autor=Gustavo%20Küpfer), Fundación Futuro Argentino (http://www.futuroargentino.com.ar/contenidos_detalle.asp?id_seccion=35&id_novedad=493&volver_str=/contenidos.asp?id_seccion=35&volver_windowname=&volver_scrollValue=330,%200), Urgente 24 (http://www.urgente24.com/index.php?id=ver&tx_ttnews%5Btt_news%5D=104226&tx_ttnews%5BbackPid%5D=17&no_cache=1) y Diario Rio Negro (http://www.rionegro.com.ar/diario/2008/07/21/20087o21f02.php)


lunes, 7 de julio de 2008

Timba política

"Los señores de la timba financiera han pasado a la timba de los alimentos", afirmó en San Miguel de Tucumán, la presidenta Cristina de Kirchner, ante los mandatarios latinoamericanos que participaron de la cumbre regional, durante el pasado fin de semana.

Todos sabemos que esta expresión del lunfardo rioplatense, hace referencia al juego de azar. Juego en el que se apuesta algo para recibir mucho. Al menos desde la perspectiva de un jugador empedernido. El resto sabemos que la probabilidad de la recompensa siempre es menor que el riesgo de perder. El de perder el capital invertido y muchas veces, mas aun.

Pero el riesgo es un complemento inherente al intento de ganar. A diferencia de la timba, la idea es minimizar el riesgo de manera que sea menor que la oportunidad de ganar. Este concepto es la base del capitalismo y la esencia de la evolución humana. Si nadie hubiese arriesgado en los últimos 3.000 años, seguiríamos comiendo carne cruda y vistiendo pieles.

Pero hay un único ejemplo donde la timba realmente existe, además del casino. Un caso en el que el que arriesga si gana, se lleva la recompensa. Caso contrario, literalmente socializa la pérdida. La gestión pública.


Toma todo

El constante aumento del gasto público por encima de los ingresos, ha ido debilitando el resultado fiscal de manera crítica, haciendo necesario una cada vez mayor apropiación de la riqueza (propiedad) privada, por parte del Estado. En el primer semestre el gasto aumento en promedio un 27% más que los ingresos. 33% en Mayo.

Aun no se vieron los efectos de las menores (casi nulas) ventas del campo desde el inicio del conflicto, por lo que el impacto de las retenciones no percibidas se notará en las cuentas de los próximos meses. Y los mayores gastos por subsidios, especialmente como consecuencia del incesante aumento del petróleo, repercutirán de manera muy negativa en las cuentas fiscales.

Pero si de manera adicional, quitamos de los ingresos fiscales las utilidades giradas desde el BCRA, la situación empeora drásticamente. $950 millones fueron los girados en el mes de mayo. $2.400 millones en el 2008. Un 108% más que en todo el 2007.

Según los datos del Balance de Pagos del 1er trimestre (INDEC), se transfirieron al exterior U$S 1.463 millones por utilidades y dividendos durante ese periodo. Cifra record desde el cuarto trimestre del 2001. En tanto que la reinversión de utilidades, fue nula.

Cuando los representantes de las grandes empresas y las entidades correspondientes, hablan de inversiones, solo hablan. La Argentina no es destino de inversiones y los hechos lo demuestran. Y no porque no quieran ganar dinero. La alternativa a la rentabilidad son los subsidios o mercados cautivos.

De manera adicional, en los últimos tres meses se produjo una salida de capitales de u$s 8.000/ 9.000 millones. U$S 19.900 millones en los últimos 12 meses. Para poder tener una comparación, con la crisis del 2001 el total de los fondos que salieron apenas superaron los u$s 18.700 millones. De esta forma se logró alcanzar en el exterior un equivalente al 50% (u$s 144.310 millones) del PBI, en activos externos del sector privado no financiero.

Esto es consecuencia básicamente, a la falta de confianza en la economía en el mediano/ largo plazo y a la inexistencia de un marco jurídico confiable.


Ponen todos

En estos últimos días y ante la necesidad de resignar parte de los que se recaudaría por retenciones para lograr su aprobación, el gobierno comienza a analizar nuevos impuestos (o a reflotar viejos), de forma tal de poder asegurar la caja necesaria. No debemos olvidar que se acerca el 2009 y habrá que pagar una cara campaña política.

La semana pasada llegó al Congreso desde el Ejecutivo, un proyecto que da nueva vida al impuesto a las ganancias mínimas presuntas. Cuando los sujetos comprendidos no pagan por sus utilidades, las empresas que declaren utilidades inferiores al 3% o pérdidas, deberán abonar este tributo.

Para ponerlo en perspectiva, retenciones del orden del 40% son suficientes para lograr un superávit del 3% en 2008. De allí a entender el porque de la nula negociación que desde el Ejecutivo se impulsó durante el conflicto, es sencillo. Mientras se discutía en el Congreso, la soja siguió subiendo y por ende, una parte de las concesiones serán pagadas por este incremento del precio internacional. Y como estas vencen en el mes de octubre, los riesgos que varíen de manera negativa los precios, es baja.

No sólo el campo deberá participar de la fiesta recaudatoria. Los jubilados han perdido hasta un 36% de su capacidad de compra real, respecto del 2001. Cuando no estaban justamente en el cenit. Convengamos que es el sector con menor propensión a postergar consumos, por lo que las promesas a futuro, no les sirven de mucho.

Según un informe del IAEF, las provincias pasaran de un superávit de $2.000 millones en 2005, a un déficit de $3.000 millones este año. A esto ayuda de manera importante los aumentos salariales manejados desde el Ejecutivo Nacional y la transferencia de ingresos que significó el mayor peso relativo de las retenciones, dado que estas no se coparticipan. Pero bajan de manera importante la recaudación de Ganancias que si se distribuyen con los gobiernos provinciales. Menores ingresos y mayores gastos, tuvieron un único ganador. Y ganadora.

Los acreedores de la deuda pública denominada en pesos, que a diferencia de lo que dice el gobierno está en su mayoría en manos de argentinos (AFJP), han aportado en lo que va del año poco mas de $12.000 millones, gracias al dibujo del INDEC, subestimando la inflación. El doble de las retenciones. Pero esos fondos previsionales son las jubilaciones de mañana de una amplia franja de la población activa, que cree que a ellos no los han tocado, por estar en su mayoría en relación de dependencia. Mala noticia. También los están esquilmando.

Pero aquellos que no tienen la suerte de contar con un status laboral que les permita aportar a la AFJP, también aportan. La poca eficacia (o excesivo costo) de la burocracia estatal para mejorar la distribución del ingreso, no ha mejorado la situación de los más necesitados.

La mentira del Indec, no permite verificar el aumento de la cantidad de pobres e indigentes que se suman mensualmente, como consecuencia de los aumentos reales en los precios. Pero tampoco el nivel de distribución mejora aun cuando todo el resto de la población aporta ingentes sumas de dinero en concepto de confiscatorios impuestos. El índice de Gini muestra claramente que la variación en los niveles de distribución en los últimos tres años, casi no varían como consecuencia de la intervención del estado.

Mucho dinero ingresa en las arcas nacionales y poco le llega a la gente. En alguna parte, queda.


Consecuencias

La primera y mas importante es que la situación fiscal del próximo año, será cuando menos, muy complicada.

El área sembrada de trigo para la próxima campaña se reducirá entre un 17% y un 22%. Incluso más, por la sequía.

Según salga del Senado el proyecto de retenciones aprobado en Diputados, muchos de los pequeños productores (hoy sojeros) se diversificarán entre soja y girasol, de forma de poder acceder a la mayor cuota posible de reintegros, redundando así en una baja del área sembrada con el “yuyo”. Este es el cultivo que mayor ingreso le deja al estado (por precio y por el porcentaje que se exporta).

Sumemos que ahora los famosos pools de siembra se han convertido en el “enemigo del pueblo”, cuando esta figura financiera es la forma mas barata de lograr financiamiento para los productores, integrando inversionistas no productores y permitiéndole una renta a cambio de un riesgo que no existe en un plazo fijo y aumentando la eficiencia por la escala. Esta figura probablemente tienda a reducir su propio peso relativo en la producción de granos, dado el mayor castigo fiscal que sufrirán. No sólo no podrán recibir compensaciones, sino que incluso se habla de modificar la ley de fideicomiso.

Pero esto no es todo. Atento al aumento en dólares que han tenido en el último año fertilizantes, pesticidas, semillas modificadas, gasoil, etc., la capacidad de inversión se verá afectada y por ende la productividad será mucho menor, afectando así los rindes por hectárea.

De esta forma, la campaña 2008/ 2009 será en todos sus aspectos muy inferior a la 2006/2007 y sin contar con una eventual sequía como la que esta sufriendo el campo hoy. Esto implicará menores ingresos fiscales.

A esta primera consecuencia debemos agregar que como consecuencia del aumento del precio internacional del petróleo y sus derivados, los montos afectados a subsidios deberán incrementarse de manera importante. No sólo el precio sube, sino que el crédito internacional desaparece.

Sólo esta semana frente al puerto de Buenos Aires, ocho buques esperaban que se liberaran pagos por u$s 650 millones y así descargar el combustible de sus bodegas. Cash. A este paso, se prevé la importación de 3,2 millones de metros cúbicos. Unos u$s1.800 millones de dólares, si el rally alcista del petróleo no sigue.

El déficit para 2008 de Cammesa, la empresa que administra el sistema eléctrico nacional, será de $15.000 millones que deberán ser cancelados por la tesorería nacional. Cifra superior a lo abonado en el periodo 2004/ 2007. Fueron $12.000 millones para los cuatro años.

Una segunda consecuencia que deberemos considerar, es que el sistema financiero local comienza a comportarse como el internacional. El gobierno ha salido a buscar financiamiento y los bancos se han negado de manera sistemática. ¿Puede esto terminar en alguna nueva confiscación, tipo corralito o Plan Bonex? El tiempo lo dirá.

La tercera consecuencia es el enfriamiento no querido de la economía y por ende no previsto. El sector de la producción automotriz ya verificó una baja importante en el crecimiento de producción y exportación. Hace apenas seis meses existía una demora en la entrega de 0 Km de entre 30 y 45 días. Hoy, aun cuando se ha verificado una desaceleración en la producción, las demoras son cosas del pasado.

Los comercios han comenzado sus liquidaciones de fin de temporada, cuando aun esta casi no empezó, de forma de poder liquidar stocks. Y la industria del turismo, espera una de las peores temporadas para estas vacaciones de invierno.

En cuarto lugar, las tasas se han disparado. Es que si las tasas pasivas del sistema financiero no subían, no había forma de retener fondos en pesos. Y esto llevó las activas hasta la estratosfera.

Hoy sólo hay créditos contra garantía real y por primera vez en tres años, el stock de crédito ha disminuido.

Obviamente, los préstamos han caído de manera significativa. Casi un 1% en los primeros 20 días de junio. Las restricciones de crédito (por riesgo) y el aumento de las tasas está afectando especialmente a las PYMES, encareciéndoles y privándolas del capital de trabajo necesarios para el giro normal de sus operaciones.

Las tasas de los créditos a tasa variable también lo han hecho, generando importantes mayores costos a quienes son deudores. Afectando de manera muy importante a quienes tienen créditos hipotecarios, que verán reducido de manera significativa su poder de compra. Esto podría producir una crisis hipotecaria local, si las tasas se empinan demasiado. Naturalmente, las tarjetas de crédito han aumentado sus tasas de manera importante. Todo esto afectará de manera importante el consumo.

En quinto lugar, debemos comenzar a evaluar algunos temas globales. Por un lado mientras en la Argentina se busca la forma de aumentar los derechos de exportación (y no sólo del agro), Brasil implementará en el cortísimo plazo un plan de ayuda a los productores, de forma de aumentar su producción en granos y colocarse en una posición de jugador tipo AAA, en el mercado global.

Para esto, subsidiaran tasas de interés, fletes, fertilizantes y seguros. Y queda claro que se quedarán con los mercados hoy abastecidos por la Argentina. Mercados a los que nos será muy difícil volver. Por ser optimista.

De manera paralela, su política coherente de explotación y exploración de hidrocarburos, les está comenzando a reportar beneficios. De aquí al 2010/ 2012, Brasil será una productor de petróleo de primer nivel global.

De manera adicional, aun cuando nosotros tuvimos un dólar competitivo (peso barato) y Brasil en cambio dejó flotar su moneda, no sólo hemos tenido 61 meses de déficit comercial, sino que durante el primer semestre, el saldo negativo del comercio bilateral se incrementó en la friolera de 45%. Con un déficit histórico en junio 2008 de u$s 666 millones. Y si Brasil logra autoabastecerse de trigo, principal exportación argentina, deberemos acostumbrarnos al comercio bilateral en rojo.

Estas, entre otras cuestiones, colocan a Brasil no sólo como líder de la subregión, sino que deberemos acostumbrarnos por mucho tiempo a que en nuestra relación con el mundo, Brasil será parte.¿Cambiaremos o también nos caeremos de la región?

Finalmente, luego de haber logrado hacer lo contrario a la teoría y al sentido común, cambiando deuda barata (FMI) por deuda cara, verificamos según el último informe de ASAP, que al cierre del 2007 la deuda pública se incrementó en $39.702 millones.

De este monto, sólo $2.057 millones que corresponden al déficit del Tesoro. El resto corresponden a un aumento nominal de deuda en pesos por ajuste del CER, nueva deuda y capitalización de intereses no cancelados, que no figuran en las planillas fiscales, como si nunca debiéramos hacernos cargo de la cuenta.

Como vemos, debemos prepararnos para pagar, ya que el “timbeo” de la política, da todo pérdida. Y toda nuestra.


Buenos Aires, Julio 07, 2008.-

miércoles, 25 de junio de 2008

Propiedad y prebenda

Después de los más de cien días de parálisis y cortes, de desabastecimiento y confrontación, los voceros de facto del gobierno, los Fernández, salen a decir que la discusión entre el campo y el gobierno es por un tema de plata. De dinero.

Realmente sorprende que a esta altura vengan con esta “verdad revelada”. 40 millones de argentinos entendimos desde el principio que era una cuestión de dinero.

Una cuestión sobre “de quien” es el dinero.

Por un lado el gobierno pretende quedarse con la renta y algo mas, generada por un sector (el campo).

Por el otro lado ese sector salió a defender lo que considera que le es propio, contra la avaricia del gobierno.

En estos términos se planteó la discusión en marzo pasado. Una discusión sectorial en la que se disputaban recursos.

Si los Fernández recién ahora lo entienden, estamos más complicados de lo que creíamos. Pero todos sabemos que esto es puro discurso. Quienes convirtieron esta discusión sectorial en un debate político nacional, fueron los integrantes del propio gobierno y los voceros fueron siempre los mismos.

Ante el fracaso de no poder convencer a los argentinos que se trataba de una pelea entre quienes defendían la argentinidad y los destituyentes, salen a reconocer lo obvio.


Propiedad privada

Pero ahora será más difícil hacer olvidar esta discusión a todos los que sin tener más tierra en propiedad que la de las macetas de la casa, ya poco nos importan las retenciones móviles.

Este gobierno está logrando lo que muchos hemos venido pregonando y no alcanzábamos a obtener: La gente empieza a pensar que la propiedad privada es eso, privada. Que el estado no debe avanzar sobre ella de manera discrecional. Y que la única forma de frenar este despojo, es saliendo a expresar el repudio ante la confiscación descarada, ya no sólo de la propiedad, sino de la renta.

Esto fue mucho mas fácil en países que al constituirse, hicieron un reparto de tierras mas generalizado, contribuyendo así a crear una clase propietaria mucho mas numerosa y por ende, una fuerza de defensa ante los atropellos estatistas, imposible de avasallar.

Pero el pasado está bien y tratar de justificar la historia de poco sirve a los efectos de solucionar los conflictos presentes y futuros.

Paradójicamente, el sector donde se verifica la mayor concentración de riqueza, no es en el campo sino en el sector industrial. Esta riqueza, generada en muchos casos en los últimos treinta años, gracias a las conocidas “patria contratista”, “patria judicial” y “patria financiera”, que no son mas que eufemismos para hablar de operaciones y negocios realizados sino fuera de la ley en todos los casos, muy sobre el borde.

Estos sectores que no pudieron ni pueden competir con sus pares internacionales y que con fuertes lobbys han logrado “interesar” a funcionarios de todos los gobiernos y signos, son quienes mejor han logrado usufructuar el modelo prebendario argentino durante los últimos 80 años.

Son propietarios pero a la vez se asocian con el poder de turno. Y a diferencia de los políticos que hoy están y mañana no, ellos siempre están.

Sorprendentemente (o no), la prensa oficialista nada dice de ellos. Peor aun, son públicos los nombres de los “nuevos capitanes de la industria”, que con el apoyo de la burocracia oficial, han ganado en cuanta licitación se han presentado. Han sido directamente adjudicados. E incluso, han sido obligados a ganar más. Por decreto.

Mientras tanto, el campo que tantas veces salvó las finanzas nacionales y que no sólo está dispuesto a competir globalmente, sino que en algunos sectores es casi (o cuasi?) invencible, debe soportar la expoliación.


La redistribución

En este punto, espero que muchos argentinos hayan comenzado a plantease la asimetría entre palabras e intenciones bonitas con la realidad cruda e invariable.

Hegel, a quien la presidente ha declarado sujeto de admiración y faro de su pensamiento, aseguraba (entre otras barbaridades) que “la burocracia representa al interés general, no teniendo interés particular alguno”. De la misma forma, aseguraba que los derechos naturales no eran tales, siendo todos nuestros derechos derivados del estado.

Así, de esta sencilla manera, no sólo puede el estado disponer de nuestra propiedad, sino que también lo podría hacer, en nombre del bien común, de nuestra libertad e incluso de nuestra vida. En este contexto, que problema hay que lo haga “apenas” de la renta, a través de retenciones, impuestos, tasas, derechos, etc.

Pero esto no es todo. Si la burocracia es representativa del interés general y es infalible, ¿Quién mejor que la burocracia del estado para decidir que hacer con la renta (y el capital) que captura?

Es este a mí entender, el punto central de toda la discusión.

Desde la crisis del 2001, las transferencias de riqueza (y de pobreza) que ha decidido el estado, han sido formidables. El objetivo ha sido capturar cajas para luego decidir ganadores y perdedores. Según del humor de Número Uno, el cual ya lo advertía Hegel, es infalible.

Mas democracia a la democracia dijo el otro día, la presidente. No es necesaria más democracia. Es necesaria más REPUBLICA. Pero la república, no acepta la infalibilidad de la burocracia, por eso el sistema implica contrapesos. Poderes independientes.

La salida al conflicto que propone el oficialismo, es más de lo mismo. Se están armando una increíble cantidad de subsidios (todos a discreción de un burócrata “infalible”) para el sector al cual le capturaron toda la renta.

Esto tiene dos efectos. El primero, las retenciones las deberán pagar todos. Los subsidios, por esas debilidades del ser humano, no les llegarán a todos. Y a los que le s llegue, deberán aceptar que tampoco será siempre. Salvo que logren hacer “nuevos amigos”. E ingresar al círculo. Asociarse.

El otro efecto es que mientras lo recaudado por las retenciones alcance para pagar los subsidios, algún vocero oficial podrá justificar que “solo” se trata de una redistribución. Pero el día que los precios internacionales de los commodities ajusten a la baja, o bien los burócratas se deshacen de algunos nuevos amigos, o habremos de hacer frente a un importante gasto, sin los ingresos. Siendo esta última opción mucho mas rentable para el infalible burócrata.


El futuro inmediato

No debemos confundir embarazo con hinchazón. El aumento de las retenciones tenía que ver con una necesidad real y concreta del estado de incrementar ingresos a los efectos de poder hacer frente a vencimientos y gastos.

Esta redistribución forzada de los fondos que provengan de las retenciones, deja sin cubrir el mismo bache financiero. Por ende, la creatividad de los fiscalistas responsables será nuevamente puesta a prueba.

Nuevos impuestos o incrementos en las alícuotas de los existentes e incluso modificación en las bases imponibles, serán alternativas que no deberían sorprendernos.

Incluso deberán pagar aquellos que creían que su salvación vendría por el lado del dólar caro. Perdón, competitivo. Pero dado que ni ellos ni el dólar son competitivos, se verán en problemas, con sus ex amigos. Tipo de cambio menos favorable, salarios aumentados, voracidad fiscal e inflación descontrolada.

El campo no estará mejor, si el gobierno logra que algún miembro de la Mesa de Enlace, le valide las retenciones a cambio de subsidios. No sólo por la dependencia posterior de los “beneficiarios” respecto del gobierno, sino por estarían avalando el corte horizontal por clases, según valores numéricos que después podrían ser modificados, por simple resolución ministerial.

Parafraseando a Rusell: Vienen por todos.

Buenos Aires, Junio 25, 2008.-

miércoles, 11 de junio de 2008

Confundiendo causa y efecto

Comentar los motivos por los cuales hace un trimestre que en la Argentina se profundiza la división entre buenos y malos (según de que lado se esté parado), ya es redundante.

Después de tanto tiempo de conflicto y tantos discursos, comienzan a verificarse algunas inconsistencias en ambos bandos. Quizás la diferencia está en que mientras en el sector agropecuario se puede verificar cierto cansancio por parte de dirigentes acostumbrados más a trabajar que a hablar, en el gobierno sus “errores” son de tipo ideológico. Puro dogmatismo.

Así como a nadie se le puede obligar a declarar en contra de si mismo, nadie puede culpar al campo de haber aprovechado las circunstancial situación planteada por factores exógenos (mercado internacional) y endógenos (regulaciones nacionales).

Es así que en medio de un violentísimo movimiento ascendente en el precio de los commodities, como consecuencia del aumento de la demanda global, Duhalde y luego los Kirchner optaron por un modelo de tipo de cambio competitivo (dólar caro) y congelamiento de tarifas energéticas.

De más está decir que en un cuadro inflacionario esto potenció el beneficio del sector (y de todos quienes exportan), al punto que la incidencia del costo del gasoil necesario para cosechar y la mano de obra respecto de los ingresos totales, se han vuelto insignificantes.

Pero no así los cosots que remuneran la tierra y los insumos (semillas transgénicas, fertilizantes, herbicidas, etc.). Estos últimos, en su mayoría importados valen no sólo en dólares, sino que en esta misma denominación, han aumentado fuertemente.

Quizás sea interesante marcar en este punto que las mal llamadas “ganancias extraordinarias”, no son tales. Sin importar si uno lee la mitad ortodoxa de la biblioteca o la heterodoxa, la definición de tales tipos de ganancias, son las que se realizan con motivos de una operación no relacionada con el negocio habitual.

Digamos que será una “ganancia extraordinaria” aquella que resulte de la venta de terrenos en El Calafate, cuando la pareja presidencial decida vender a precio de mercado, lo que compró durante el 2007, a tan sólo $7,50 el M2 (pesos siete con cincuenta). Seguramente, allí no se les aplicarán retenciones.

La ecuación actual del campo es tan extraordinaria ahora como lo fue en los noventa. Sólo cambia el signo del resultado. Y demás está decir que en aquella época, el fisco nunca dejó de recaudar.


El gobierno y las retenciones

Por otro lado, el gobierno discute las retenciones no sólo por el efecto económico de estas en las cuentas fiscales, sino con un efecto mucho más estratégico. Y de alguna manera el discurso de la presidente del lunes 9 de junio, lo dejó entrever.

La concepción de que se puede definir un impuesto y sólo cuando la presión social se hace insostenible buscarle una aplicación a esos fondos, demuestra no sólo la endeblez del mecanismo, sino que coloca en evidencia dos aspectos que no hay que perder de vista.

Por un lado, la carga fiscal es ya lo suficientemente alta como para que el estado tenga los recursos necesarios para poder hacer todo aquello que prometió la presidenta hacer con lo “excedentes” y todo aquello que no prometió y tampoco hace.

Esto habla bastante a las claras del nivel de administración de los fondos públicos. Sin hacer hincapié en los sucesivos anuncios de aumentos “extraordinarios” de la recaudación. En realidad no los menciono, ya que es claro que dichos niveles de recaudación tienen más que ver con el imparable avance de la inflación que con efectividad recaudatoria. Claro que queda por justificar los no menos extraordinarios avances en el nivel del gasto, especialmente en el caso de los no transparentes subsidios, manejados discrecionalmente por funcionarios de segunda línea.

Pero es el otro punto el que más debería llamar la atención del argentino promedio, y el no tanto.

La presidente decidió que las retenciones no son impuestos y son sólo herramientas de políticas públicas. De esta forma no sólo no requieren de autorización del Congreso de la Nación para su implementación y/o modificación, sino que no se las debe computar como carga fiscal.

Esto que parece un tecnicismo, no es menor. En definitiva si se pretende apropiar de la renta del sector privado, hoy lo podrá hacer vía las retenciones al campo. Ya lo hace con las retenciones a los combustibles. Lo hacen también con la imposibilidad de poder ajustar por inflación los balances, generando un nivel de contribución fiscal exagerado y distorsionado.

Pero también lo podrá hacer en el futuro con otras “herramientas de políticas públicas”, sobre industrias y servicios. Finalmente, la renta privada será propiedad del estado, no así los riesgos necesarios para su creación.


Cambio del paradigma

Creer que el gobierno nacional está dando manotazos o que es sólo reactivo a los conflictos sectoriales, es en este punto un tanto ingenuo.

Veamos como se votó ante la FAO y quizás podamos empezar a entender otro escenario político. Argentina votó en contra de la resolución final avalada por 186 países. Los únicos que fueron de la partida argentina, fueron Cuba y Venezuela.

Habrá quienes simplifiquen dando a entender que la dependencia financiera hacia Caracas es condicionante. En ese caso, ni Nicaragua ni Bolivia ni Ecuador lo entendieron así.

Los Kirchner, en especial Néstor, quienes en los 70´s y 80´s fueron capitalistas, en los 90´s menemistas y a comienzos de siglo, mutaron a duhaldistas, necesitaban diferenciarse de estos, para construir un polo de poder que les perteneciera.

Para esto no sólo se rodearon de funcionarios que venían de aquellas tribus, sino que sumaron a quienes les podían aportar cierto brillo desde la ideología: la izquierda montonera.

A cambio de esto, les entregaron el manejo de los derechos humanos y de la justicia para castigar a quienes fueron sus enemigos 30 años atrás.

Lo que hasta aquí podría haber sido una forma de construcción política, terminó siendo un dogma que el propio NK terminó “comprando”. De allí, que mas allá de la discusión entre la izquierda peronista y la no peronista, la construcción de la transversalidad desde fuera del peronismo no haya sido posible por falta de masa critica y ahora se intentará hacer lo mismo, pero desde el propio partido justicialista.

El gran punto que todos los argentinos debemos comenzar a pensar, ya no es si el nivel de las retenciones es correcto o si la aplicación de dichos fondos tiene un sentido social o no.

Las retenciones como apropiación de la renta, hoy de un sector pero indudablemente con un objetivo de generalización, marcan una tendencia hacia un modelo autocrático. Y no digo un modelo comunista, porque la izquierda oficialista también dejará en algún momento de ser útil y será descartada.

Este es un proceso en el que primero se eliminó la oportunidad de no alinearse a los gobiernos provinciales, a través de la discrecionalidad de las transferencias. Luego se les condicionó a que desde el poder central se armaban las listas para el Congreso de la Nación y así, este fue convertido en un destino para incondicionales.

Desde aquí se amañó a la Justicia, cambiando la composición de la Corte Suprema (y no estoy defendiendo a los antiguos ministros, sino el procedimiento utilizado) y utilizando al Consejo de la Magistratura para poner jueces propios y sacar ajenos.

Durante todo este proceso, se manipularon los Presupuestos Nacionales y se dio discrecionalidad en el manejo de fondos a funcionarios de segundo nivel. Se armaron cajas políticas de dimensiones colosales, a través de fideicomisos, sin que exista control alguno y desde allí se otorgan subsidios sin más criterio que el del ex presidente.

Se han nacionalizado directorios de mas de cuarenta empresas, a través del apriete de sindicatos, piqueteros y ministros y luego financiaciones a amigos del poder, que carecen en gran mayoría no sólo de los conocimientos mínimos para explotar a las mismas, sino que muchas veces carecen de la posibilidad de ofrecer garantías colaterales suficientes, para dichas financiaciones.

Hoy se desconoce a ciencia cierta el nivel de las reservas reales del BCRA. No hay estadísticas públicas. No son públicas variables de coyuntura críticas, tales como los niveles de consumo diario de energía y el nivel de la inflación. El gasto público es totalmente discrecional. La justicia es sólo para algunos. El poder legislativo es una beca para amigos, que se jacta de poder justificar porque el oficialismo debe votar todo los que le mandan desde el Ejecutivo nacional (¡podríamos cerrarlo y ahorrar unos pesos!).

La institucionalidad está quebrada.

Y muchos empresarios todavía creen que no irán nunca por ellos y siguen haciendo negocios con sus verdugos de mañana. Deberían leer a Bertrand Russell.

Nada de todo esto puede ser considerado como hechos aislados. El plan está en marcha. Algunos se empiezan a quejar. El resto quizás no tenga la oportunidad.

Buenos Aires, Junio 11, 2008.-
Publicado en la Fundación FUTURO ARGENTINO (www.futuroargentino.com.ar), El DIARIO DE RIO NEGRO (www.rionegro.com.ar/diario/2008/06/14/20086o14s01.php), EL DIARIO DE AMERICA (www.diariodeamerica.com/front_nota_detalle.php?id_noticia=4167) y Fundación ATLAS 1853 (www.atlas.org.ar)

miércoles, 21 de mayo de 2008

Operación Retorno

Se acerca el aniversario 198 del primer Cabildo Abierto y el punto que mas atención concentra entre los argentinos es la oportunidad o no del ya renombrado Acuerdo del Bicentenario. Y su contenido. Según voces “oficiales”, sería el (re)lanzamiento de la gestión Cristina.

Como quedan pocas cosas por descubrir, y menos que esta administración esté dispuesta a hacer de forma de evitarnos a los argentinos tener que volver a enfrentarnos con el dragón de la inflación (y consecuencias relacionadas), el plan económico a presentar (de eso se trata finalmente el Acuerdo) no incluirá ni ideas originales ni soluciones generales. Nuevamente se trata de acciones que favorecerán a aquellos sectores corporativizados. O quizás, sólo a sus dirigentes.

En general, los puntos que hoy se discuten implican aumentos del gasto y disminución de ingresos. Si bien nadie puede cuestionar un aumento general en las jubilaciones, está claro que los fondos para las mismas deben provenir de la disminución de otros gastos (¿subsidios?).

En un esquema inflacionario como el actual, producir bajas en los montos imponibles para ganancias como indica la propuesta de la CGT, sirve como aumento (no tan encubierto) de salarios. Algo que eventualmente no puede ser mencionado en voz alta, dado que hacerlo implicaría el reconocimiento de una inflación mayor a la prevista cuando se definió el techo de 19.5% a negociar con los sindicatos.


Sectoriales

Pero mientras la gente espera ver incrementado su nivel de ingresos, y la inflación se encargará de erosionarlo mas rápido, existen varias propuestas que no son de implicancia general, sino sectorial.

El aumento de la cuota derivada a las Obras Sociales, pagadas por los monotributistas o la eliminación del impuesto al cheque para las mismas Obras Sociales, está claro quienes serán los beneficiarios.

La cuenta la pagaran los monotributistas y el fisco.

A cambio la UIA, pide el subsidio en créditos para la inversión a largo plazo. Este para nada novedoso reclamo, termina siempre igual. Se otorgan los créditos, nunca se realizan las inversiones o en el mejor de los casos se subinvierte y finalmente, la inflación se encargará de licuar el pago no sólo de los intereses, sino del capital recibido. O desgravaciones varias, tales como a las reinversiones de capital para PYMES, u otros.

Nuevamente la cuenta la pagan otros. En este caso, vía inflación, los argentinos en general y los asalariados y sectores mas desprotegidos, en particular.

Quizás el único tema en el que se planteará alguna discusión, no muy fuerte desde ya, será el nuevo régimen de accidentes de trabajo. Pero no pasará de algunos fuegos de artificio, que seguramente se podrá solucionar o bien sacando el tema de la mesa de discusión o con la participación del estado cuando la demanda alcance a alguna empresa. Especialmente si la misma es “amiga”.


Otra vez sopa

Es interesante ver como nuevamente se vuelve a traer el tema de los “fondos argentinos” en el exterior.

Debemos aclarar que no existen fondos argentinos. Apenas fondos “de” argentinos.

Aparentemente, pareciera que todo se trata de encontrar cual será la penalidad a aplicar a quienes traigan esos fondos. Si el 5%, el 7% u otro.

Mas aun, el gobierno estaría calculando cuanto seria lo que se podría recaudar en estos escenarios. Probablemente en la desesperación de “encontrar” los fondos que mas temprano que tarde deberá resignar, en el caso de la renegociación de las retenciones vigentes para el campo.

El problema de base no es ni el costo de ingresar fondos no declarados ni las condiciones de inversión que tendrán después. El problema se limita a que quienes tienen fondos en la argentina están pensando en sacarlos y nadie está considerando la posibilidad de repatriar fondos.

Nadie puede tildar ni a la CEPAL ni a su Director, el economista Machinea de liberales. Sin embargo en el informe presentado el pasado 08 de mayo, si bien marcaba que la Inversión Extranjera Directa (IED) en Latinoamérica había llegado en el 2007 a los U$S 106.000 millones (+46% sobre 2006), en términos relativos, a la argentina le tocaba en 2007 apenas una fracción de lo que había sido en 2006. Del 6,9%, bajó al 5,3% sobre el total.

Por su parte IDESA, sostiene que durante los fatídicos 90´s, Argentina recibía un promedio del 22% sobre el total. Si en un ejercicio teórico mantuviéramos esa porción sobre el total, deberíamos haber recibido unos U$S 23.320 millones, en lugar de los famélicos U$S 5.720 millones que realmente ingresaron.

Y las perspectivas para el 2008, tienden a ser peores no sólo en valores absolutos, sino en participación relativa.

Claramente, no está en el ánimo de los inversionistas, mirar a la Argentina como un lugar donde invertir. Y mucho menos en pensar que aquí están dadas las condiciones necesarias para pensar que el sistema bancario local, puede ser un lugar seguro a largo plazo.

Es el precio a pagar por los desatinos de los últimos años, donde la interpretación de la institucionalidad ha sido discrecional y de coyuntura. Donde la seguridad y la previsibilidad jurídica han sido ignoradas. Donde la propiedad privada es un principio denostado.

No tener República, es mucho mas caro que los que algunos pensaron. Hoy no hay posibilidad de repatriación de fondos. Salvo para los que busquen lavar dinero. Lo que nos convertiría en aun más marginales.

Feliz 25 de Mayo.

Buenos Aires, Mayo 21, 2008.-
Publicado en la Fundación FUTURO ARGENTINO (http://www.futuroargentino.com.ar/), VISION CRITICA (http://www.visioncritica.com/noticia.php?i=00037) y Fundación ATLAS 1853 (http://www.atlas.org.ar/)