viernes, 21 de mayo de 2010
200 años después
En aquella fecha ocurrió un acontecimiento principal del proceso de la independencia argentina. Pero la Revolución de Mayo no fue ni el primero ni el último de los hechos que nos permitieron llegar al 9 de Julio de 1816, fecha de nuestra Declaración de Independencia.
Determinar si la Revolución de Mayo es el más relevante de los hechos de aquel proceso o no, lo dejo a los que saben: los historiadores (si pensó que iba a nombrar a los periodistas o a los políticos, lamento haberlo defraudado). Pero hoy es tan común escuchar esta confusión en los dichos de la gente (no sólo la más joven), que me pareció que ameritaba la aclaración.
La Economía
En el Virreinato del Rio de la Plata (desde 1776), la actividad principal era el contrabando. Los principales ingresos, provenían de los impuestos y tasas que cobraba la Aduana. O sea, que desde antes del comienzo de nuestra historia, ya existía una contradicción entre nuestra economía formal y la real.
Paradójicamente, ya desde entonces los habitantes de estos lares, desconocían los principios más básicos de la economía (o actuaban como si así fuera). En mercados normales, la demanda es función del precio. Esto es, a mayor precio, menor demanda.
Pero cuando se introducen distorsiones como por ejemplo, la pretensión que sólo los barcos españoles pudieran desembarcar en el Puerto de Buenos Aires y además, debían vender la totalidad de sus mercancías a la Aduana quien se convertía en un único mercado concentrador y por ende en el fijador de precios, la consecuencia imposible de evitar era el contrabando. Y la pérdida de recaudación por parte de la Aduana.
Esta lección, no sólo la volvimos a aplicar de manera recurrente a lo largo de nuestra historia en nombre de la defensa de la industria nacional (en realidad de los industriales prebendarios a costa de la gente), llegando al caso monstruoso del IAPI peronista, sino que hoy el estado pretende llegar tan lejos como le sea posible en su emulación.
Hacia 1810, la participación de lo que sería después la Argentina en el comercio internacional (importaciones + exportaciones respecto del total global) era del 0.24%. En el Centenario, ese porcentaje había subido hasta el 16.3%. En el Bicentenario, aun considerando que el precio de los commodities de origen agropecuario que explican más de un tercio de las exportaciones se encuentran en el máximo histórico a precios constantes, hemos vuelto a una participación menor al 1%.
En 1810, el PBI per cápita nuestro era equivalente a los de España e Italia. En el Centenario, era 110% mayor (más del doble) que el de España y un 80% mayor que el de Italia. En el Bicentenario, tenemos el 52% que el PBI per cápita español y 39% del italiano. Y ambas economías europeas distan de ser las que han tenido el desarrollo más brillante de los últimos 200 años.
En la comparación de productividad desde 1915 al 2005, Argentina apenas triplicó el valor agregado por ocupado, cuando gracias al avance de la tecnología, la media mundial se incrementó 16 veces. Sin olvidar que en esa media no sólo está la Argentina, sino países con índices perores que el nuestro. Como consecuencia de esto, el salario real del obrero industrial, apenas se incremento en un 25% en igual periodo, contra incrementos superiores al 1.000% de los países que hoy son centrales, pero que hace un siglo atrás, soñaban con acercarse a nosotros y aun así, lo veían como utópico.
Desde 1980 al 2006 (fecha en que las distorsiones estadísticas comienzan a ser mayores a las históricas), el nivel de desempleo en la Argentina se quintuplicó en términos de la población económicamente activa. Igual incremento sufrió el porcentaje de la población (total no sólo activa) que se encuentra bajo la línea de pobreza y se cuadruplicó el porcentaje de la población -total- indigente.
Finalmente, podemos verificar una correlación inversa entre estos indicadores socio-económicos y los niveles de apertura económica, pudiendo expresar sin temor a equivocarnos, que cuanto más se cerró la economía, peor dieron los indicadores.
Las instituciones
De manera análoga, la evolución de las instituciones se puede graficar con una curva correlativa con la de la economía. Lo cual no debería ser una sorpresa para nadie.
A partir de la revolución de mayo, fecha en que se destituye al virrey y se constituye la primera autoridad revolucionaria, se inicia un periodo de búsqueda de mejores instituciones. La Asamblea del 13, la Declaración de Independencia y las constituciones del 19 y del 26 fueron intentos reales. La guerra civil y Rosas son el piso institucional y representan la pérdida de la primera mitad del siglo XIX.
A partir de la segunda batalla de Cepeda (1859) y Pavón (1861) y la consiguiente entrada en vigencia de la constitución liberal de Alberdi, Argentina comienza una empinada tendencia de crecimiento y consolidación.
Como consecuencia de esto, esta nueva nación se convierte en un imán de inmigrantes e inversiones, produciendo uno de los procesos de crecimiento y acumulación de riqueza más trascendentes de la historia mundial, atento el cortísimo plazo en el que un desierto árido con escasa población e inculta y sin profesiones ni mercados, se convierte en el icono al que nadie podía reconocer.
En apenas 50 años, cuando fue el Centenario, nuestro país se había convertido en el granero del mundo, tenía la mejor red de ferrocarriles y su elite era reconocida en el mundo, como parte de la elite mundial. Sus pobladores tenían el más alto nivel de alfabetización de América Latina y estaba dentro de los primeros cinco del mundo. Los inmigrantes dejaban todo con tal de poder traer a sus hijos a vivir y educarse en la Argentina, que aseguraba la movilidad social y económica ascendente. Y el sistema de Salud Pública era de tal calidad, que fue modelo durante décadas y ejemplo a seguir en el mundo.
El sistema institucional era robusto y previsible, aunque la democracia no era total. Pero en el mundo finisecular del XIX, eso no sólo era aceptable, sino que se reconocía que difícilmente se hubiera alcanzado ese status quo, con otro sistema.
La Ley Sáenz Peña (1912) busca mejorar esto y en 1916 asume el primer presidente votado realmente de forma popular. Era Argentina potencia. Y era popular y democrática.
En el siguiente siglo, logramos algo aun más difícil de alcanzar. Si el éxito del Centenario era improbable de pronosticar en tiempos de la Revolución, el fracaso del Bicentenario era considerado imposible un siglo despues. Pero nuevamente hemos vencido las estadísticas.
La demagogia y el populismo son causas. La corrupción efecto. Y causa del efecto final: la cultura prebendaría y parasitaria, de la dádiva y del caudillismo. El mismo que en la primera batalla de Cepeda (1820) marcó el comienzo de nuestra peor declinación.
Esto produce un Congreso servil, una Justicia temerosa y amiga del poder y un presidencialismo orientado a su propio enriquecimiento, repartiendo algunas porciones con los amigos y quitando vía inflación, impuestos desmedidos e imprevisibilidad jurídica la propiedad al resto de los connacionales. El estatismo es la receta. Lo argentinos la excusa y las victimas.
Si no fuera por sus nefastas consecuencias, casi seria cómico escuchar que los que se dicen progresistas (será por su progreso personal), que se embanderan con las necesidades de los que menos tienen, les roban a estos todos los días no sólo lo poco que les queda, sino cualquier esperanza de un futuro mejor. Al menos ya no para ellos pero al menos para sus hijos.
Más triste es ver cómo estos votan a aquellos, ya no por convicción sino por la ilusión que algún día les toque algún cargo que les permita tomar al menos algunas migas de la mesa del banquete, al que saben, jamás serán invitados. Mientras, se conforman con un choripan y una gaseosa.
Conclusión
Queda para los sicólogos el solucionar los problemas de ego tanto de economistas como de los políticos cuando se defina si la economía define la política o es al revés.
Para el resto, lo que nos queda claro es que sin importar el orden, ambas deben ser modificadas y seguramente, de manera simultánea.
La duda que tengo y que jamás podré resolver, es si en el Tricentenario podremos ser una nación normal (ya no sueño con aquel lugar relativo del Centenario) o si acaso debamos pensar en emigrar a Eritrea. Si nos dejan sus pobladores.
Pero a lo mejor, para el Bicentenario de la Independencia podamos haber visto un cambio de tendencia. O no.
Feliz 25 de mayo
Buenos Aires, Mayo 20, 2010.-
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El autor es Investigador Asociado de la Fundación Atlas 1853
viernes, 15 de agosto de 2008
Mismo experimento ¿Distinto resultado?
Para quien formuló la teoría de la relatividad, después de años de investigación, este principio fue básico. Pero parece que nuestros políticos se consideran superadores de la inteligencia del genio alemán.
El 18 de Julio pasado fue un punto de inflexión en lo que se ha llamado la etapa kirchnerista. Luego del voto “no negativo” era de suponerse que la Presidente (con “e”) reformularía las variables de este experimento social, denominado Argentina.
Con cierto desden para con la teoría de la experimentación, decidió repetir. Lamentablemente, para ella y para todos nosotros, ni la realidad política ni la economía son las que estaban el 10 de Diciembre pasado.
Y estas variables independientes y exógenas a su arbitrio han de modificar el resultado. Claro que en un sentido probablemente no buscado.
El frente externo: Doha
Mas allá de los resultados de la Ronda de Doha, que de ninguna podemos atribuir a los Kirchner, cabe destacar como se posiciona la Argentina.
Básicamente la negociación implicaba una mayor penetración de los países desarrollados de productos agrícolas desde países subdesarrollados a cambio de un una mayor permeabilidad inversa de productos industrializados.
La complejidad de una negociación multilateral de este tipo, permite inferir que si no se llega a estas instancias con los acuerdos medianamente consensuados, el resultado asegurado es el fracaso. Por ende, no debe sorprender tanto el resultado en si, sino los desacoples regionales.
El primer punto que verifica nuestra hipótesis expresada hace menos de un mes respecto de la asimetría entre Brasil y la Argentina, al menos en la visión del resto del mundo (seguramente los K consideren que no es relevante), es que cuando se debió definir quienes se sentaban a la mesa “chica” para tratar de salvar la Ronda, Argentina no estuvo. No estuvo en la mesa, ni siquiera en la cabeza de los brasileros. Esto es, nuestros hermanos luso parlantes aceptaron como razonable sentarse en la misma, sin tener que previamente acordar posición alguna con Argentina.
Y la Argentina tampoco lo pidió. Esto es de hecho una validación de la representación que Brasil asumía. Claro que cuando se conoció los términos de la negociación protestó. Pero ya era tarde.
Esto expresa la sensación que Brasil puede acordar con el mundo en nombre de Latinoamérica, sin necesidad de acordar previamente con esta. Y en términos del Mercosur, rompe el histórico equilibrio del 2+2 (dos grandes y dos chicos) por el de 1+3, donde Uruguay, Paraguay y la Argentina, deberán tratar de convencer al gigante brasileño, aunque nunca de igual a igual. Al menos por algún tiempo.
Esto no debe herir nuestros sentimientos “nacionales”. Si debe servir para entender donde nos llevó la política exterior de la actual administración.
Sin entrar a detallar la cantidad de mercados que hemos perdido por cierre de las exportaciones (y que seguiremos perdiendo, ahora con los quesos), los que cada vez nos convertirán en mas intrascendentes en términos del Mercado Internacional. Hoy unos de los parámetros mas importantes para verificar el peso relativo de cada nación.
Tal como explicaron desde Itamaraty, “Brasil no puede quedar prisionera de la Argentina”. Aunque parece que Argentina si puede quedarlo respecto de Venezuela.
Mientras tanto, Chile firmó un TLC (Tratado de libre Comercio) con Australia liberando el 97% de las tarifas sobre intercambios actuales. Colombia aprobó el propio con países centroamericanos. Brasil espera firmar prontamente el propio con Costa Rica. Y Uruguay pretende profundizar el TLC firmado con México, para ingresar al NAFTA.
Argentina, con su habitual soberbia, mantiene la “ñata” contra el vidrio. Hemos perdido el poco peso regional que teníamos y cada vez el mundo nos extraña un poco menos.
Los gemelos
Mas allá de lo que afirma el “economista” Randazzo (Ministro de Interior), la situación está cada día mas complicada.
En un intento de reduccionismo teórico, se ha explicado el actual modelo económico (o la falta del mismo) es el manejo de la “caja” y la cooptación (voluntaria o por chantaje) de los dirigentes políticos.
En momentos de una soja USD 609 con la sensación que el poder unitario de Cristina era inmodificable, esto pudo haber sido un objetivo. Ya no lo es.
Para los legos en economía, alcanzaba con publicar de manera mensual los llamados “superávit gemelos”. Resultados de balanza comercial y de las cuentas fiscales. Y con esto se suponía que la Argentina estaba blindada de la teoría económica.
Poco se explica respecto de cómo se conforman esos superávits. El “maquillaje contable” al que se somete a las cuentas nacionales recuerda aquella frase que asegura que “no existen mujeres feas, sino tan sólo mujeres sin producirse”.
En 2007 se computaron ingresos por casi $5.000 que correspondían a los activos financieros de los traspasos compulsivos de las AFJP. En lo que va del 2008, el BCRA viene trasfiriendo utilidades por sus tenencias en reservas, en el orden de los $4.000 millones. Cabe mencionar, que esas utilidades se supone que compensan el gasto cuasi fiscal por la emisión de bonos para esterilizar la sobreoferta de pesos usada para comprar dólares, para mantener el tipo de cambio. O sea, a fin de año, o el Tesoro devuelve esos ingresos o deberemos esperar un déficit cuasi fiscal en el BCRA.
Mientras el otro nuevo economista, el Jefe de Gabinete Massa explica que el gasto público aumenta menos que los ingresos, los números que el propio gobierno emite, afirman lo contrario.
El principal aumento del gasto, es consecuencia directa del actual “modelo”: los subsidios. Aun con la ayuda de un invierno kirchnerista (temperaturas promedio en julio por encima de los 13°), en el primer semestre se llevan gastados en subsidios $12.320 millones. 215% más que en el mismo periodo del 2007.
Según ASAP, Energía se llevó $8.157 millones (+ 340% respecto de 2007), Transporte $2.660 millones (+71%), la ONCAA $1.627 millones y las Empresas Públicas algo mas de $440 millones. Claro que aquí no se computa el gasto de los fondos fiduciarios, los que están fuera de control. Esto sin agregar los esfuerzos que implicará la estatización de Aerolíneas Argentinas.
Aun así, ya se han anunciado aumentos de tarifas para la energía, y seguramente no será el último aumento para el sector en el 2008. De igual manera ya se está previendo un aumento en las tarifas del transporte. Pero eso de ninguna manera implica un menor gasto en subsidios.
Pero el mayor tema a dilucidar en el sector fiscal es la deuda flotante que para maquillar números puede quedar para el 2009. Deuda devengada no pagada, especialmente en el área del Ministerio de Infraestructura, que sumada a la dependencia de fondos provenientes de los derechos de exportación calculados sobre valores que hoy ya no se dan, conforman un importante iniciador para la bomba.
En este punto, es importante comenzar a analizar con un grado de certeza importante, que si bien el precio de los commodities alimentarios no caerá mucho mas, difícilmente vuelvan a colocarse en los niveles que tuvieron durante el conflicto con el campo. De paso podremos lamernos las heridas de no haber aprovechado ese momento único para exportar. Y para recaudar.
Algo similar sucederá con el petróleo y sus derivados. Aunque de manera inversa. La falta de promoción para la exploración y explotación de los últimos años, nos obliga a tener que importar de manera creciente, gas, gasoil y fuel-oil y en no mucho tiempo otros derivados. Pero deberemos pagarlo a precio internacional. Y en lugar de mantener ese importe en el país y cobrar por él, el impuesto a las ganancias, deberemos hacer frente a otra oportunidad desperdiciada.
Pagamos USD 18 el millón de BTU por gas comprimido a desembarcar en Bahía Blanca o le pagamos USD 7 el millón de BTU a Bolivia (cuando no pueden abastecernos siquiera un tercio de lo acordado) en lugar de mejorar el precio interno (una contradicción en términos, hablando de productos transables) desde los USD 2 el millón de BTU y fomentar la propia industria petrolera. Especialmente cuando el precio está por encima de los USD 100 el barril y nadie espera que baje.
Y mientras tanto, con un dólar fortalecido respecto del peso, el nivel de las importaciones comenzó a mostrar signos de aceleramiento en algunos sectores como el textil, alimentos, calzados y juguetes.
El resultado de la balanza comercial no se deterioró, exclusivamente por el fuerte incremento de los precios internacionales de los precios agrícolas, situación que no se verá en el segundo semestre. Y menos en 2009, cuando ya se prevé una merma en el nivel de inversión en tecnología para el campo y por ende rendimiento sensiblemente menores a menor precio. Menor volumen a menor precio.
La pelea de fondo
Este panorama debería ser suficiente para encender todas las luces de alarmas. Pero aun queda más: la inflación.
Que el Secretario Moreno diga que el IPC de Julio fue del 0,4%, ya nadie siquiera lo discute. Ni le presta atención.
Hoy nos encontramos que medido en dólares de 2001, el nivel de precios está muy por encima de aquella época. Debemos hacer la salvedad de dos ítems. Tarifas (semicongeladas) y salarios. Y en este rubro, si bien los salarios del sector privado formal no llegan a los valores del 2001 y los del estado están aun mas bajos, el promedio ponderado es aun menor, dado que el nivel de los salarios privados informales (en negro) es aun mas bajo y su incidencia sensiblemente mayor.
De esta manera, la brecha a recorrer es aun demasiado larga. Sumado a que la discusión del aumento de salarios de los últimos dos años estuvo contenida por la fortaleza política de los Kirchner. Fortaleza que hoy ya no tiene y por ende, los gremios aprovecharan para fortalecer sus propios frentes internos.
Para esto se prevé la baja en los mínimos no imponibles de ganancias y el aumento de subsidios familiares. Aunque no deberán descartarse la apertura de los convenios, mas avanzado el año. Después de todo, aunque de manera solapada, ya comenzó la campaña para el 2009.
Pero esto sólo sirve para quienes tiene empleo formal. O sea, excluye al 44% de los empleados, que están en negro, a los desempleados y a quienes cobran subsidios por desempleo. No es difícil entender que aquellos son minoría y que el impacto de la inflación sobre estos grupos es fortísimo.
Claro que para esta administración no cabe pensar que traspasados ciertos limites, aun las inversiones mas rentables dejan de analizarse, por lo que el ciclo de la informalidad laboral o la ausencia de oportunidades de obtener empleo alguno se hace cada vez mas significativo, incrementando la necesidad de mas y mayores subsidios y así, nuevos impuestos.
Es así que la eliminación de los subsidios es políticamente inviable. Y solo podemos esperar una cada vez mayor y creciente presión fiscal.
Por esto es entendible la salida de mas u$s 7.100 millones en el segundo trimestre y la desaceleración de la inversión, que genera un aumento de las importaciones. Es lo contrario al efecto que desde el gobierno se buscaba. En lugar de la sustitución de las importaciones, nos encontramos con al “importación de la producción”.
El aumento del nivel de riesgo soberano, la baja en las calificadoras de riesgo (bonos soberanos y deuda privada) e incluso los comentarios internacionales de un posible nuevo default (ciertos o no, generan expectativa), muestran que estamos “haciendo agua”.
Este es el razonamiento más sencillo y que por cuestiones paranormales (?), los Kirchner no quieren, no pueden o no los dejan ver. Es aquí donde reside ya no el agotamiento de un modelo sino su inviabilidad.
Pretender un resultado distinto con mas de los mismo, es cuando menos, ignorancia.
Buenos Aires, Agosto 15, 2008.-
Publicado en Fundación Atlas 1853 (http://www.atlas.org.ar/articulos/articulos.asp?Id=12147), en El Instituto Independiente (http://independent.typepad.com/elindependent/2008/08/modelo-k-mismo.html) y en FUNDACION FUTURO ARGENTINO (http://www.futuroargentino.com.ar/contenidos_detalle.asp?id_seccion=36&id_novedad=549&volver_str=/contenidos.asp%3Fid_seccion%3D36&volver_windowname=&volver_scrollValue=0,%200)
jueves, 17 de julio de 2008
El día después de mañana
Ya de por si es casi imposible de entender el porque esta escalada fue no sólo permitida, sino incentivada, salvo que entendamos a la lógica de confrontación del ex presidente. Contra todo modelo racional, el win-win no es aplicable. Sólo la “muerte” de alguno de los contendientes, marcará el fin de la discusión. Aun a riesgo del suicidio.
El tono apocalíptico previo a la sesión de ayer en el Senado, donde se escuchaba a algunas de las principales espadas del oficialismo tratar de “meter miedo” (¿a los propios?), aclarando que en caso de derrota podría existir la posibilidad de una renuncia de la presidente, ya mostraba que todo empezaba a ser diferente.
En realidad, la aclaración del ex presidente en “su” acto de la Plaza de los Dos Congresos, respecto de la aceptación de lo que sancionara el Senado y la posterior re aclaración del Jefe de Gabinete, mostraban que la alternativa de la derrota no era sólo teórica. Ellos sabían lo que habían ofrecido a cada indeciso y las repuestas que muchos de estos daban. Aunque eso no fuera público.
Tan difícil venia la negociación, que se empezaban a agigantar las figuras de muchos senadores a los cuales en los anteriores meses, ni siquiera les atendían el teléfono. Finalmente, Saadi aceptó la oferta. Rached prefirió extender su carrera política.
La mayoría de los discursos oficialistas se centraron en justificar la necesidad de un rígido alineamiento de los senadores del FpV hacia los Kirchner. El Senador Romero, fue muy claro. Las bancas del Senado son de las provincias, no de los partidos políticos.
Se intentó discutir una medida de política económica desde su legalidad. Pocos fueron al fondo del tema. Parecía más una discusión de juristas que de políticos. Eso es desesperación.
Julio Cleto Cobos, finalmente mató al agonizante proyecto, votando lo que todos sabían que iba a votar, aunque se desconocía si tendría la oportunidad de hacerlo. La historia de dio su revancha. Veremos que hace con ella.
El después del oficialismo
Existían dos alternativas. El oficialismo ganaba o perdía (Perogrullo). Y a diferencia de lo que algunos opinan, la dicotomía no era un desastre económico en el primer caso o uno político en el segundo.
En ambos casos es un desastre político. Pero distintos tipos de desastres. En el primer caso, implicaba un quiebre total de la institucionalidad. El Ejecutivo se impondría de manera determinante sobre el resto. Y el presidente, como cabeza de ese poder, quedaba a un paso de la autocracia. En el segundo caso, la crisis ya no es institucional, sino de este gobierno.
La crisis económica, esta y estará en ambos escenarios. Y una parte muy importante de su solución, dependerá de cómo se resuelva la crisis política.
Con el resultado de ayer, la institucionalidad tiene una oportunidad. Hay que trabajarla, pero allí está. El Congreso aun no se ha despabilado, pero se ha despertado y seguramente buscará recuperar parte de su protagonismo en lo que queda del año. Después de todo, en el 2009 hay elecciones parlamentarias y aquellos que quieran renovar no querrán tener que peregrinar nuevamente por Balcarce 50.
Pero la crisis de esta administración no puede ser ignorada. El gran perdedor es sin duda el ex presidente. Pero es a la vez, el marido de la actual presidente. Esto genera una traba adicional a la resolución del conflicto.
Aun estando en contra de la visión política y económica de este gobierno, deberemos entender que salvo que Cristina tenga previsto renunciar (no creo que sea siquiera una alternativa que haya considerado), deberá oxigenar su administración. Y deberá buscar compensar a sus acólitos (pagos) por la derrota de ayer. Moral y crematísticamente.
Pensar que la presidente habrá de implementar políticas de signo muy distinto al que lleva el oficialismo, es ingenuo. Es que en ese caso, ella ya no contaría con el apoyo del montenerismo setentista y nunca podría ganarse al resto de la sociedad.
En esta línea, supongo que deberíamos ver un cambio de gabinete, un aceleramiento en la toma de Aerolíneas Argentinas y otras empresas “estatizables”, algunas sentencias sobre militares en proceso, anuncios de obra pública (incluso repetidos) en provincias de gobernadores obedientes, aumentos a los jubilados y seguramente, una nueva negociación con la CGT. De esta forma, no sólo sacaría de la primera plana el resultado de ayer, sino que buscaría reforzar los lazos con los gobernadores, D´Elia, Moyano y demás sátrapas alquilados.
Todo esto profundizaría seriamente la crisis económica y seria necesaria una nueva confiscación de riqueza privada.
Y aun así, es poco probable que hiciera todo lo antes enunciado, ya que requeriría de los servicios del brigadier Antonietti, en caso de pretender sacar a algunos de los ministros que no son otra cosa que delegados de su marido. De Vido, Jaime, Moreno, Fernández (Carlos y Aníbal) son inmovibles, salvo que Néstor Kirchner decida “irse” de la política. A Calafate. Y el tercer Fernández, aunque es propia tropa, también debería dejar el cartel.
Parafraseando al creador del monstruo, está condenada al fracaso. Sólo cabe preguntarse hasta cuando llega.
El mañana de la oposición
La oposición no está mucho mejor. Ayer surgió de sus cenizas un potencial líder de aquella, quien sin embargo hoy está solo en el mundo.
Hasta ayer, el presidente de la UCR expresaba su alegría ante el eventual retorno del hijo prodigo. Hoy, ante el riesgo que Cobos capitalice su voto de ayer de manera significativa, el mismo Morales dijo que “Cobos está bien expulsado”.
Obviamente, el retorno del vicepresidente a la UCR no sólo pone nervioso a los principales dirigentes de esa agrupación, sino que de concretarse la reincorporación, podría ser una esponja con todos los dirigentes que en los últimos años se han escapado de ella, formando nuevos partidos.
Si esto sucediera, quizás pueda verse como se supera uno de las debilidades mayores de la oposición: su fragmentación.
Pero en política, nadie es gentil y Cobos deberá hacer mucho mas para poder avanzar en un proyecto consolidador. Y a medida que haga camino, los apoyos serán menores, justamente para evitar su entronización.
Pero además de Cobos y algunos otros referentes que pretenden liderar la ofensiva contra el gobierno desde hace ya unos años, el conflicto ha visto nacer a otros nuevos. Al menos, nuevos fuera de la política sectorial.
He aquí donde las bifurcaciones son muchas mas. Amontonados contra el intento confiscatorio oficial, hemos visto una gran cantidad de dirigentes que estaban dispuestos a poner el pecho. Pero si empezamos a ver quien es quien, no en vano no hay una sola entidad representativa del campo.
Es que la segmentación que esta diversidad de entidades refleja, es de lo más real. Federación Agraria (FAA) pretende un régimen de arrendamientos que atenta contra la propiedad de aquellos propietarios de superficies medianas o grandes (Carbap y SRA). O sea, el derecho de propiedad que tanto han defendido en esta parada, es relativizable. Incluso, históricamente, la FAA ha defendido una reforma agraria, siempre en campos de superficie mayor a la de sus asociados.
De Angelis, a quien no se le puede negar la valentía de lo actuado, no sólo ha participado de cortes por las retenciones, sino que ha liderado durante casi tres años, los cortes en Gualeguaychú. Limitando así derechos constitucionales de otros ciudadanos. Y con el beneplácito del ex presidente.
Estos son algunos de los factores por los cuales el gobierno siempre pensó que podía cooptarlos. Lo que pasa es que son progresistas, hasta que les tocan el bolsillo propio. Como todos los progres, sean del campo o de la ciudad.
Decíamos al comienzo, que el conflicto era una discusión económica sectorial. Y desde allí es fácil entender porque la Sociedad Rural, Carbap, FAA y Coninagro pudieron actuar de manera conjunta. E incluso dejando liderar a las entidades más progres, para que corran al gobierno nacional por izquierda.
Pero si pretendemos realmente creer que en un debate político nacional esto se repetirá, nos estaremos equivocando. Y mucho.
Conclusión
Mas allá de que lado esté cada uno, todos deberíamos prepararnos para tiempos duros pero sin que esto implique una renuncia presidencial. Creer que eso soluciona el problema es ver las cosas al revés.
Si como todos declamamos durante los últimos meses, lo que queremos desde la oposición es más república, lo primero que debemos defender son las instituciones. Y la presidencia es una de ellas, así como lo son la Constitución, el Congreso de la Nación y la Justicia.
Dentro del juego republicano y dadas las limitaciones políticas del actual gobierno, especialmente después de la votación de ayer, la situación económica tenderá a ser más difícil. Pero esta dificultad será directamente proporcional a cuan encerrada esté la presidente.
El ser humano, al igual que el resto de los animales, si se encuentra amenazado y sin posibilidad de escapar, tiende a ejecutar acciones extremas. Inclusive suicidas.
El éxodo desde el FpV será cada vez mayor. La creciente debilidad del gobierno, debería actuar como garantía de su imposibilidad de repetición en 2011. Pero el cambio no puede ocurrir antes. Aunque muchos empezarán a hablar sobre las necesidades de cambio, hay que entender que serán “sus” necesidades.
Y las discusiones que vengan, deberán producirse en los ámbitos naturales (el Congreso) y ya no en la calle. Ni en Balcarce 50.
Si logramos mantener el equilibrio hasta la fecha que corresponde, habrá sido un gran paso parar todos los argentinos.
Si como se dijo durante el día de hoy, se cambió la forma hacer política, que sea para bien y no sólo un cambio de políticos.
Buenos Aires, Julio 18, 2008.-
Publicado en Fundacion Atlas (http://www.atlas.org.ar/articulos/autor.asp?Autor=Gustavo%20Küpfer), Fundación Futuro Argentino (http://www.futuroargentino.com.ar/contenidos_detalle.asp?id_seccion=35&id_novedad=493&volver_str=/contenidos.asp?id_seccion=35&volver_windowname=&volver_scrollValue=330,%200), Urgente 24 (http://www.urgente24.com/index.php?id=ver&tx_ttnews%5Btt_news%5D=104226&tx_ttnews%5BbackPid%5D=17&no_cache=1) y Diario Rio Negro (http://www.rionegro.com.ar/diario/2008/07/21/20087o21f02.php)
miércoles, 11 de junio de 2008
Confundiendo causa y efecto
Después de tanto tiempo de conflicto y tantos discursos, comienzan a verificarse algunas inconsistencias en ambos bandos. Quizás la diferencia está en que mientras en el sector agropecuario se puede verificar cierto cansancio por parte de dirigentes acostumbrados más a trabajar que a hablar, en el gobierno sus “errores” son de tipo ideológico. Puro dogmatismo.
Así como a nadie se le puede obligar a declarar en contra de si mismo, nadie puede culpar al campo de haber aprovechado las circunstancial situación planteada por factores exógenos (mercado internacional) y endógenos (regulaciones nacionales).
Es así que en medio de un violentísimo movimiento ascendente en el precio de los commodities, como consecuencia del aumento de la demanda global, Duhalde y luego los Kirchner optaron por un modelo de tipo de cambio competitivo (dólar caro) y congelamiento de tarifas energéticas.
De más está decir que en un cuadro inflacionario esto potenció el beneficio del sector (y de todos quienes exportan), al punto que la incidencia del costo del gasoil necesario para cosechar y la mano de obra respecto de los ingresos totales, se han vuelto insignificantes.
Pero no así los cosots que remuneran la tierra y los insumos (semillas transgénicas, fertilizantes, herbicidas, etc.). Estos últimos, en su mayoría importados valen no sólo en dólares, sino que en esta misma denominación, han aumentado fuertemente.
Quizás sea interesante marcar en este punto que las mal llamadas “ganancias extraordinarias”, no son tales. Sin importar si uno lee la mitad ortodoxa de la biblioteca o la heterodoxa, la definición de tales tipos de ganancias, son las que se realizan con motivos de una operación no relacionada con el negocio habitual.
Digamos que será una “ganancia extraordinaria” aquella que resulte de la venta de terrenos en El Calafate, cuando la pareja presidencial decida vender a precio de mercado, lo que compró durante el 2007, a tan sólo $7,50 el M2 (pesos siete con cincuenta). Seguramente, allí no se les aplicarán retenciones.
La ecuación actual del campo es tan extraordinaria ahora como lo fue en los noventa. Sólo cambia el signo del resultado. Y demás está decir que en aquella época, el fisco nunca dejó de recaudar.
El gobierno y las retenciones
Por otro lado, el gobierno discute las retenciones no sólo por el efecto económico de estas en las cuentas fiscales, sino con un efecto mucho más estratégico. Y de alguna manera el discurso de la presidente del lunes 9 de junio, lo dejó entrever.
La concepción de que se puede definir un impuesto y sólo cuando la presión social se hace insostenible buscarle una aplicación a esos fondos, demuestra no sólo la endeblez del mecanismo, sino que coloca en evidencia dos aspectos que no hay que perder de vista.
Por un lado, la carga fiscal es ya lo suficientemente alta como para que el estado tenga los recursos necesarios para poder hacer todo aquello que prometió la presidenta hacer con lo “excedentes” y todo aquello que no prometió y tampoco hace.
Esto habla bastante a las claras del nivel de administración de los fondos públicos. Sin hacer hincapié en los sucesivos anuncios de aumentos “extraordinarios” de la recaudación. En realidad no los menciono, ya que es claro que dichos niveles de recaudación tienen más que ver con el imparable avance de la inflación que con efectividad recaudatoria. Claro que queda por justificar los no menos extraordinarios avances en el nivel del gasto, especialmente en el caso de los no transparentes subsidios, manejados discrecionalmente por funcionarios de segunda línea.
Pero es el otro punto el que más debería llamar la atención del argentino promedio, y el no tanto.
La presidente decidió que las retenciones no son impuestos y son sólo herramientas de políticas públicas. De esta forma no sólo no requieren de autorización del Congreso de la Nación para su implementación y/o modificación, sino que no se las debe computar como carga fiscal.
Esto que parece un tecnicismo, no es menor. En definitiva si se pretende apropiar de la renta del sector privado, hoy lo podrá hacer vía las retenciones al campo. Ya lo hace con las retenciones a los combustibles. Lo hacen también con la imposibilidad de poder ajustar por inflación los balances, generando un nivel de contribución fiscal exagerado y distorsionado.
Pero también lo podrá hacer en el futuro con otras “herramientas de políticas públicas”, sobre industrias y servicios. Finalmente, la renta privada será propiedad del estado, no así los riesgos necesarios para su creación.
Cambio del paradigma
Creer que el gobierno nacional está dando manotazos o que es sólo reactivo a los conflictos sectoriales, es en este punto un tanto ingenuo.
Veamos como se votó ante la FAO y quizás podamos empezar a entender otro escenario político. Argentina votó en contra de la resolución final avalada por 186 países. Los únicos que fueron de la partida argentina, fueron Cuba y Venezuela.
Habrá quienes simplifiquen dando a entender que la dependencia financiera hacia Caracas es condicionante. En ese caso, ni Nicaragua ni Bolivia ni Ecuador lo entendieron así.
Los Kirchner, en especial Néstor, quienes en los 70´s y 80´s fueron capitalistas, en los 90´s menemistas y a comienzos de siglo, mutaron a duhaldistas, necesitaban diferenciarse de estos, para construir un polo de poder que les perteneciera.
Para esto no sólo se rodearon de funcionarios que venían de aquellas tribus, sino que sumaron a quienes les podían aportar cierto brillo desde la ideología: la izquierda montonera.
A cambio de esto, les entregaron el manejo de los derechos humanos y de la justicia para castigar a quienes fueron sus enemigos 30 años atrás.
Lo que hasta aquí podría haber sido una forma de construcción política, terminó siendo un dogma que el propio NK terminó “comprando”. De allí, que mas allá de la discusión entre la izquierda peronista y la no peronista, la construcción de la transversalidad desde fuera del peronismo no haya sido posible por falta de masa critica y ahora se intentará hacer lo mismo, pero desde el propio partido justicialista.
El gran punto que todos los argentinos debemos comenzar a pensar, ya no es si el nivel de las retenciones es correcto o si la aplicación de dichos fondos tiene un sentido social o no.
Las retenciones como apropiación de la renta, hoy de un sector pero indudablemente con un objetivo de generalización, marcan una tendencia hacia un modelo autocrático. Y no digo un modelo comunista, porque la izquierda oficialista también dejará en algún momento de ser útil y será descartada.
Este es un proceso en el que primero se eliminó la oportunidad de no alinearse a los gobiernos provinciales, a través de la discrecionalidad de las transferencias. Luego se les condicionó a que desde el poder central se armaban las listas para el Congreso de la Nación y así, este fue convertido en un destino para incondicionales.
Desde aquí se amañó a la Justicia, cambiando la composición de la Corte Suprema (y no estoy defendiendo a los antiguos ministros, sino el procedimiento utilizado) y utilizando al Consejo de la Magistratura para poner jueces propios y sacar ajenos.
Durante todo este proceso, se manipularon los Presupuestos Nacionales y se dio discrecionalidad en el manejo de fondos a funcionarios de segundo nivel. Se armaron cajas políticas de dimensiones colosales, a través de fideicomisos, sin que exista control alguno y desde allí se otorgan subsidios sin más criterio que el del ex presidente.
Se han nacionalizado directorios de mas de cuarenta empresas, a través del apriete de sindicatos, piqueteros y ministros y luego financiaciones a amigos del poder, que carecen en gran mayoría no sólo de los conocimientos mínimos para explotar a las mismas, sino que muchas veces carecen de la posibilidad de ofrecer garantías colaterales suficientes, para dichas financiaciones.
Hoy se desconoce a ciencia cierta el nivel de las reservas reales del BCRA. No hay estadísticas públicas. No son públicas variables de coyuntura críticas, tales como los niveles de consumo diario de energía y el nivel de la inflación. El gasto público es totalmente discrecional. La justicia es sólo para algunos. El poder legislativo es una beca para amigos, que se jacta de poder justificar porque el oficialismo debe votar todo los que le mandan desde el Ejecutivo nacional (¡podríamos cerrarlo y ahorrar unos pesos!).
La institucionalidad está quebrada.
Y muchos empresarios todavía creen que no irán nunca por ellos y siguen haciendo negocios con sus verdugos de mañana. Deberían leer a Bertrand Russell.
Nada de todo esto puede ser considerado como hechos aislados. El plan está en marcha. Algunos se empiezan a quejar. El resto quizás no tenga la oportunidad.
Buenos Aires, Junio 11, 2008.-
miércoles, 21 de mayo de 2008
Operación Retorno
Como quedan pocas cosas por descubrir, y menos que esta administración esté dispuesta a hacer de forma de evitarnos a los argentinos tener que volver a enfrentarnos con el dragón de la inflación (y consecuencias relacionadas), el plan económico a presentar (de eso se trata finalmente el Acuerdo) no incluirá ni ideas originales ni soluciones generales. Nuevamente se trata de acciones que favorecerán a aquellos sectores corporativizados. O quizás, sólo a sus dirigentes.
En general, los puntos que hoy se discuten implican aumentos del gasto y disminución de ingresos. Si bien nadie puede cuestionar un aumento general en las jubilaciones, está claro que los fondos para las mismas deben provenir de la disminución de otros gastos (¿subsidios?).
En un esquema inflacionario como el actual, producir bajas en los montos imponibles para ganancias como indica la propuesta de la CGT, sirve como aumento (no tan encubierto) de salarios. Algo que eventualmente no puede ser mencionado en voz alta, dado que hacerlo implicaría el reconocimiento de una inflación mayor a la prevista cuando se definió el techo de 19.5% a negociar con los sindicatos.
Sectoriales
Pero mientras la gente espera ver incrementado su nivel de ingresos, y la inflación se encargará de erosionarlo mas rápido, existen varias propuestas que no son de implicancia general, sino sectorial.
El aumento de la cuota derivada a las Obras Sociales, pagadas por los monotributistas o la eliminación del impuesto al cheque para las mismas Obras Sociales, está claro quienes serán los beneficiarios.
La cuenta la pagaran los monotributistas y el fisco.
A cambio la UIA, pide el subsidio en créditos para la inversión a largo plazo. Este para nada novedoso reclamo, termina siempre igual. Se otorgan los créditos, nunca se realizan las inversiones o en el mejor de los casos se subinvierte y finalmente, la inflación se encargará de licuar el pago no sólo de los intereses, sino del capital recibido. O desgravaciones varias, tales como a las reinversiones de capital para PYMES, u otros.
Nuevamente la cuenta la pagan otros. En este caso, vía inflación, los argentinos en general y los asalariados y sectores mas desprotegidos, en particular.
Quizás el único tema en el que se planteará alguna discusión, no muy fuerte desde ya, será el nuevo régimen de accidentes de trabajo. Pero no pasará de algunos fuegos de artificio, que seguramente se podrá solucionar o bien sacando el tema de la mesa de discusión o con la participación del estado cuando la demanda alcance a alguna empresa. Especialmente si la misma es “amiga”.
Otra vez sopa
Es interesante ver como nuevamente se vuelve a traer el tema de los “fondos argentinos” en el exterior.
Debemos aclarar que no existen fondos argentinos. Apenas fondos “de” argentinos.
Aparentemente, pareciera que todo se trata de encontrar cual será la penalidad a aplicar a quienes traigan esos fondos. Si el 5%, el 7% u otro.
Mas aun, el gobierno estaría calculando cuanto seria lo que se podría recaudar en estos escenarios. Probablemente en la desesperación de “encontrar” los fondos que mas temprano que tarde deberá resignar, en el caso de la renegociación de las retenciones vigentes para el campo.
El problema de base no es ni el costo de ingresar fondos no declarados ni las condiciones de inversión que tendrán después. El problema se limita a que quienes tienen fondos en la argentina están pensando en sacarlos y nadie está considerando la posibilidad de repatriar fondos.
Nadie puede tildar ni a la CEPAL ni a su Director, el economista Machinea de liberales. Sin embargo en el informe presentado el pasado 08 de mayo, si bien marcaba que la Inversión Extranjera Directa (IED) en Latinoamérica había llegado en el 2007 a los U$S 106.000 millones (+46% sobre 2006), en términos relativos, a la argentina le tocaba en 2007 apenas una fracción de lo que había sido en 2006. Del 6,9%, bajó al 5,3% sobre el total.
Por su parte IDESA, sostiene que durante los fatídicos 90´s, Argentina recibía un promedio del 22% sobre el total. Si en un ejercicio teórico mantuviéramos esa porción sobre el total, deberíamos haber recibido unos U$S 23.320 millones, en lugar de los famélicos U$S 5.720 millones que realmente ingresaron.
Y las perspectivas para el 2008, tienden a ser peores no sólo en valores absolutos, sino en participación relativa.
Claramente, no está en el ánimo de los inversionistas, mirar a la Argentina como un lugar donde invertir. Y mucho menos en pensar que aquí están dadas las condiciones necesarias para pensar que el sistema bancario local, puede ser un lugar seguro a largo plazo.
Es el precio a pagar por los desatinos de los últimos años, donde la interpretación de la institucionalidad ha sido discrecional y de coyuntura. Donde la seguridad y la previsibilidad jurídica han sido ignoradas. Donde la propiedad privada es un principio denostado.
No tener República, es mucho mas caro que los que algunos pensaron. Hoy no hay posibilidad de repatriación de fondos. Salvo para los que busquen lavar dinero. Lo que nos convertiría en aun más marginales.
Feliz 25 de Mayo.
Buenos Aires, Mayo 21, 2008.-
jueves, 31 de enero de 2008
Progresismo bananero
De esta forma, se conformó el progresismo pingüino y su jefe (jefe y no líder), sacó chapa de guapo. Como una credencial.
La sucesión
En el 2005, el kirchnerato comenzó a plantear a la sociedad la posibilidad de no presentarse a la re elección del 2007. Y lo hacia con la excusa que había una mente superior dentro del movimiento. Un monje negro, detrás del trono. El cerebro de toda la movida sureña. Y esa no era otra que la Reina Cristina.
La promesa se cumplió, y la reina se convirtió en presidente. Había prometido mucha más acción, medidas que pondrían a la Argentina en el mundo moderno. Y para lograr esa inserción, un mejoramiento sustantivo de las relaciones con los países más importantes, especialmente con los Estados Unidos. Y desde ya, la revalorización del Mercosur.
Y así saco chapa de potencial estadista. Como una credencial.
De camino a los primeros sesenta días de su gobierno, apenas si podemos hablar de las peleas justamente con la primera economía del mundo, como consecuencia de las valijas de Antonini y del apoyo a Venezuela como país que lucha contra el narcotráfico. Cosa que ni Chávez se lo cree, pero nosotros: “pechito argentino”.
También podemos marcar la inexistencia de acciones políticas para mejorar la relación con Brasil y la no designación de embajador en el hermano país charrúa.
Como contrapartida, las relaciones carnales con Venezuela ya no se discuten y ya sabemos que rol le cabe a cada parte en este apasionado romance.
También hemos hecho el mérito de ser los que le pagan más caro el gas a Bolivia, aunque este no sólo no nos lo pueda entregar, sino que además nos exige, para que podamos tener ese placer de ser timados, que hagamos las inversiones que luego usaran para enviarnos el gas.
Acá podemos mencionar que el Brasil también está comprometido en inversiones, pero paga el millón de BTU (unidad de medida del gas) sensiblemente más barato. ¿Será por ser los argentinos tan piolas?
Finalmente, podemos contar casi, como único acto de gobierno en tan prolongado lapso, la confirmación de la mayoría de los funcionarios del equipo de su marido. Y unas prolongadas vacaciones hasta comienzos de enero y luego trabajo a reglamento.
Esto es el cambio. Quienes votaron al FpV, seguramente podrán explicarlo mejor.
La seguridad
Si algo favorece a la corrupción rampante que existe hoy en Argentina, en todos los niveles y ámbitos (no solo los funcionarios públicos), es la sensación de inseguridad en la que viven los habitantes de nuestro país.
Los temores y por ende las prioridades de los ciudadanos son en primer lugar, la inseguridad. Luego viene el temor a la inflación que se viene, salvo para los miembros del gobierno. La educación, la salud, la falta de trabajo y la crisis energética se encuentran antes de la corrupción. Aún cuando todos estos temas ni siquiera figuren en la agenda oficial.
En la provincia de Buenos Aires, el ministro Stornelli está comenzando a reconocer que la gestión Solá-Arslanian, ha sido de lo peor. Claro que debería elegir mejor las palabras. En su última declaración dijo: "Estamos en una suerte de precariedad; con los elementos que nos da la gobernación vamos a tratar de hacer lo mejor posible".
Si tan sólo va a tratar, me parece que estamos peor de lo que creíamos. Si los funcionarios van a tratar de cumplir con su deber en lugar de comprometerse a hacerlo, ¿para que juran? Aun así, por primera vez un funcionario de seguridad da un diagnostico similar a la sensación ciudadana. Lejos de lo que pasa con los índices del Indec.
O con la visión del ministro de Seguridad de la Nación, antes además de Interior y ahora de Justicia, quien se dedica a opinar, pero no hace y no hace hacer. Por eso podemos decir que ha sacado chapa de parasito. Casi una credencial.
Seguridad en las fronteras
La única frontera más o menos cuidada, es la que compartimos con Chile. Y no es un logro de nuestra política de seguridad. Es un mero accidente geográfico: la cordillera de los Andes.
En el resto, es un colador. Las fronteras con Bolivia y con el Paraguay, hasta las inundaciones provocadas por el fenómeno de la Niña, se cruzaban de a pie. Y así será nuevamente, cuando el caudal de las aguas vuelva a su cota normal.
Incluso hay lugares donde uno tiene la certeza que hay connivencia entre quienes cruzan en un sentido y otro y quienes deberían impedirlo, o al menos controlar.
Caso típico, es el cruce de Clorinda con Puerto Nanawa, por mencionar alguno, donde se descargan los camiones estacionados en playas al efecto a menos de 100 metros del cruce, por changarines que de ninguna manera declaran ni les controlan los contenidos.
La seguridad se maneja con tal liviandad que por lo general da la sensación que no se maneja.
Y esto es lo que sucede en Gualeguaychú. Las provincias y mucho menos los municipios carecen de potestad alguna para regular el trafico migratorio en las fronteras nacionales.
Pero en la ciudad entrerriana, un grupo de ciudadanos han decidido que van a tratar de respetar la Constitución. O respetarla a medias. Como un casi-embarazo. Totalmente ridículo desde la crónica. Totalmente inadmisible desde lo institucional.
Peor aun, un ex vicegobernador de la provincia y actual senador nacional, dijo que “el tema es insignificante”. Y agregó “esto es una operación de prensa”.
Ante el hecho consumado de la generación de credenciales otorgadas por un grupo privado, con criterios insondables, limitando de manera inconcebible la libertad de transito del resto de los argentinos y extranjeros, decidiendo quien cruza y quien no la frontera, la Gendarmería no ha hecho nada. Quizás sea hora de su disolución.
El impresentable ministro de (in)Seguridad de la Nación tampoco ha hecho nada. Quizás sea hora de reducir el ministerio a escombros y mandar a su titular a su Quilmes natal.
La presidente no ha hecho nada. Si bien es cierto que no hecho nada de nada, me refiero que tampoco lo hizo respecto de este tema. Lastima que no hay revocatoria prevista en nuestra Constitución.
Pero tampoco han hecho nada los fiscales que tiene jurisdicción. Ni siquiera la oposición ha hecho o al menos dicho nada.
¿Para que mantenemos tantos parásitos? ¿Es que acaso, cualquiera puede hacer cualquier cosa y a nadie se le ocurre hacer (y no tratar de) respetar las leyes? ¿O están todos de vacaciones?
Mal preludio para una administración que llegaba con muchas dudas que ahora convierten en certezas. Y no de las mejores.
Buenos Aires, Enero 31, 2008.-
lunes, 3 de diciembre de 2007
Venezuela: ¿Socialista?
Para reconocer su derrota, Chávez dijo “Que haya votado 49% por el socialismo es un gran salto político.” Esto es como decir que el 49% de los venezolanos son socialistas. ¿Es esto verdad? Veamos.
Cuando se pretende cambiar algo tan trascendente como lo es una constitución, es esperable que todos aquellos que buscan y/o impulsan ese cambio, salgan a apoyarlo. No sólo en las calles sino (especialmente) en las urnas. Más aún, si quien lo impulsa es el propio oficialismo y cualquier gesto ampuloso y exagerado a favor de propuesta no sólo no será mal visto, sino que hasta puede convertirse en algún favor futuro.
Pues la primera sorpresa es que el 44% de los venezolanos habilitados para votar, decidieron no hacerlo. Las causas pueden ser variadas. Pero ciertamente será mayoritaria aquella que sugiere que dadas las pocas posibilidades de evitar un desenlace previsto, el hecho de ir a votar se convirtió en secundario. Algo similar a lo que pasó el 28 de octubre, en la Argentina.
Ahora, ese desenlace puede ser en ambos sentidos. Pero como ya dijimos, quienes apoyaban el SI, no sólo querían ganar, sino de ser posible aplastar a quienes se les oponían, de forma de poder decir que el SI representaba de manera cabal la idea respecto de la constitución, que tenían los venezolanos. La voluntad popular (?)
Por ende, quienes no votaron fueron en su gran mayoría quienes apoyaban el NO. Es entonces aun más entendible su ausencia, si agregamos a su falta de motivación para cambiar lo que parecía un hecho consumado, con el de una probable represalia contra quienes no se alineen con el oficialismo (ya ocurrió cuando se juntaron las firmas para la revocatoria de Chávez).
Es así que, para no ser categóricos, podríamos decir que el 40% de los que no votaron (90%), eran contrarios al deseo oficialista y tan sólo un 4%, hubiera apoyado.
Hasta aquí, tenemos que aproximadamente un 70% (40% más el 50% del otro 56%) que no apoya el cambio constitucional.
Pero aun queda más. Asumamos que dos tercios de ese 30% oficialista, es el núcleo duro e ideologizado del chavismo. Esto es un 20% del total. El otro tercio (10%), es una población prebendaria, que apoya a cambio de planes de ayuda, trabajo estatal, negocios con el estabishment, etc.
De esta forma, aunque el mismo Chávez piense que los que se abstuvieron comulgan con sus ideas, cerca del 80% de la población venezolana es contraria el proyecto socialista del siglo XXI, aunque la falta de una oposición, las actitudes infantiles de no presentarse a elecciones y los protagonismos personales, le permiten a Chávez seguir ganando elecciones.
Hoy el dictador se ha quedado sin la posibilidad de usar la democracia al estilo cubano. Esto es, perpetuarse en el poder, simulando elecciones. Pero de ninguna manera debemos pensar que Chávez va a dejar el poder en el final de su mandato, si no ve una oposición que lo obligue a ello. Incluso podría generar alguna situación que “amenace la seguridad interior” de Venezuela para de esa manera, buscar tomar por la fuerza lo que los venezolanos no le han negado el pasado domingo.
Buenos Aires, Diciembre 03 2007.-
Publicado en Fundación ATLAS 1853 (www.atlas.org.ar) y DIARIO DE AMERICA (http://www.diariodeamerica.com/)
martes, 20 de noviembre de 2007
De víctimas y victimarios
Blanco Encalada y Zapiola (en la ciudad de Buenos Aires). Minutos antes de las 08:00. Un intento de robo. Le rompen la ventanilla a un vehículo en el que viajaban rumbo al colegio, padre e hija.
El hombre, a riesgo que el delincuente contara con algún arma de fuego, se baja e intenta apresarlo. A esa altura, la esquina ya estaba llena de mirones. Sólo uno decide ayudarlo.
Al llegar yo y preguntar que había pasado, quien había ayudado a la victima, decide irse. Y el delincuente intenta escapar. Allí fui yo, quien colabora con la victima y luego de inmovilizar al delincuente, llamo a la policía.
Durante los 5/ 10 minutos que esperamos la llegada del patrullero, ni tan siquiera uno de los curiosos, que a esta altura ya eran más de los que uno podría imaginar, ofreció ayuda alguna.
A mi no me toca
La reconocida indiferencia argentina de mantenerse ajeno a los problemas de los demás hace que el accionar de los delincuentes sea más sencillo e impune. Más aun, siempre habrá quien intente justificar el accionar de aquel y de esa manera mantener su conciencia tranquila, por no participar. Hasta que él mismo sea la victima.
Paradójicamente, este comportamiento social se replica entre los ciudadanos, cuando el gobierno de turno comete atropellos.
La forma corporativa de asociación que tiene la sociedad, que debería servir para enfrentar los actos del poder con una mayor entidad y capacidad de respuesta que hacerlo personalmente, termina jugando en contra.
El último alza de los derechos de exportación (retenciones) al petróleo y sus derivados, logró que el sector del agro no se sienta tan solo. Pero el resto del mundo empresario sigue pensando que los beneficios de la creación de un nuevo Banade o que el mantenimiento de los actuales niveles de crecimiento más que compensarán los efectos de la inflación. Ambos dados por el Indek y por lo tanto no del todo creíbles.
La idea que el victimario se conformará con la victima actual, hace que las potenciales victimas se sientan seguros en su papel de observadores. Incluso algunos intentarán justificar las acciones del primero. Tal como en la historia del inicio.
El problema es que es imposible que todas las potenciales victimas lo sean de manera simultánea. Pero en el tiempo nadie estará a salvo. Lo que ayer le sacaron al campo y hoy a las empresas petroleras, mañana le será exigido al resto de la sociedad. De manera progresiva. Pero nadie debe sentirse a salvo. Más temprano que tarde, deberán rendir una vez más sus armas ante el insaciable gasto público.
En los considerandos del decreto 394/07, en el que se fijaron las nuevas retenciones para los hidrocarburos, dice: “Que aún después de deducidos los derechos de exportación que por esta resolución se establecen, la rentabilidad resultante será la adecuada para el giro normal de la actividad.”.
Si el gobierno puede a través de un funcionario (no importa si el presidente o un subsecretario) definir cual es la rentabilidad adecuada para un sector, por que no podrá hacerlo para todos.
Y de hecho lo hace. Tanto el sector del agro como el de los hidrocarburos, son importantes exportadores, por lo que se puede intervenir en dichos sectores, con un sencillo decreto como el mencionado.
De igual forma se determina la renta de las empresas prestadoras de servicios públicos, al congelarse las tarifas.
Pero para el resto de los sectores, incluido el de los asalariados, la intervención y definición de la renta está a través de la inflación.
El aumento de precios tiene mal marketing. Por eso es necesario ocultar los índices reales. Especialmente en tiempos de elecciones. Pero sus efectos son fantásticos para una administración que se mantiene en el poder e intenta hacerlo por mucho tiempo, a través de compra de voluntades (mejor dicho, alquiler). Es por eso que no existe la voluntad política de erradicar la inflación.
En un contexto inflacionario, el otorgar aumentos masivos, extender beneficios previsionales a quienes nunca aportaron (y no precisan justificar la obtención de una pensión cuasi graciable), nombramientos masivos en los diferentes niveles del Sector Público Nacional no es un problema. En el corto/ mediano plazo, la inflación se encargará de licuar esos aumentos del gasto.
Hasta los sindicalistas están felices, ya que les han devuelto su razón de ser. El negociar constantemente nuevos aumentos.
Sector a sector van siendo limitados en su libertad de decisión, al obtener sólo “rentas adecuadas”. De esa manera, todo se vuelve dependiente del poder central. Incluso los gobernadores e intendentes deben adecuarse a este régimen feudal.
Pero mientras la mayoría sólo reaccione cuando se sienta personalmente atacado, estaremos jugando el juego que más le conviene al victimario.
Después de todo, el lobo no se hará vegetariano por propia iniciativa. Él y sus carroñeros solo cambiaran sus hábitos, si las victimas los obligan. Por ahora no parece que esto vaya a suceder.
Buenos Aires, Noviembre 20, 2007.-
Publicado en el DIARIO DE AMERICA (http://www.diariodeamerica.com/) y el DIARIO DE RIO NEGRO (http://www.rionegro.com.ar/diario/2007/11/22/200711o22s01.php)
miércoles, 24 de octubre de 2007
El próximo domingo no es uno más
Esta coincidencia es que de tanto machacar a través de los medios de prensa, que el triunfo está asegurado y las elecciones son tan sólo un trámite, esto podría convertirse en realidad. Al mejor estilo goebbeliano.
Algún candidato opositor hasta ha enmarcado este accionar, como delito. Y si bien esta figura no existe, lo que seguramente habrá que investigar, es el origen de los fondos y la utilización de los recursos del estado en la campaña de la consorte presidencial.
Posición dominante
Pero no sólo la propaganda oficial es el elemento que ayudaría a inclinar la balanza del próximo domingo. De hecho, en términos de eventuales irregularidades y/o ilícitos, es el menor de los males.
Es el manejo discrecional de fondos públicos, durante todo el periodo presidencial el factor más relevante. Cincuenta mil millones de pesos, en poco más de cuatro años han sido administrados por fuera de todo control republicano.
No es fácil (por la magnitud de la cifra) imaginarse todo lo que se puede hacer y las voluntades que se pueden comprar o alquilar. Pero tampoco es difícil imaginar que son muchas.
A esto se debe sumar que desde hace once años que institucionalmente la Argentina vive en default. Desde 1996. Año en que la nueva Ley de Coparticipación Federal de Impuestos debería estar reglamentada, según lo dicta la Constitución de 1994. Pero esto no ha ocurrido y es difícil que vaya a suceder en el corto plazo..
Se suele decir que no habría mayores cambios de lograrse esta ley o que los tiempos actuales, no son los ideales para intentarlo. La pregunta es: ¿Ideales para quien?
El ahogo financiero que implica la actual Ley de Coparticipación para gobernadores e intendentes, la vuelve ideal para quien detenta el poder a nivel nacional.
La imposibilidad en muchos casos de poder pagar los sueldos y demás gastos corrientes con lo que cada jurisdicción recauda, es el blanco principal del chantaje financiero ejercido desde la capital. Aunque siempre por presidentes de origen no porteño.
Y esta capacidad de presión, es utilizada no sólo para los negocios de algún ministro, sino para armar las listas de Diputados y Senadores que representen al ejecutivo nacional. Jamás al pueblo.
El 28 de Octubre
El próximo domingo no sólo se vota por presidente y vicepresidente. Aunque esto sea lo que el gobierno pretenda que parezca.
La composición de las Cámaras nacionales, provinciales y municipales, así como muchos de los ejecutivos provinciales y los jefes municipales estarán en juego.
Minimizar el poder presidencial seria una ridículo. Entregarles además todo la estructura de poder en los tres niveles, seria una tontería. No votar, seria una estupidez mayúscula.
No es mi pretensión direccionar el voto opositor hacia un candidato en particular. Si lo es el llamar la atención sobre la necesidad de voto y de hacerlo según las propias convicciones.
La elección por el mal menor debería ser el 4 de noviembre, cuando entonces si, sólo estemos votando entre dos alternativas presidenciales. Pero para esto, debemos ignorar el mensaje del “triunfo asegurado” del oficialismo
El próximo domingo no es uno más. Es quizás el más importante del año. Y de los próximos cuatro. Aun cuando haya ballotage, la elección del 28 es crucial.
Vayamos a votar con nuestros hijos. Y hagámoslos como ellos se lo merecen. El domingo estaremos construyendo una parte importante de su futuro.
Buena elección.
Buenos Aires, Octubre 24, 2007.-
Publicado en Diario Rio Negro (Rio Negro y Neuquen) y DIARIO DE AMERICA (http://www.diariodeamerica.com/)
miércoles, 17 de octubre de 2007
La desnacionalización de la Industria Argentina
Ante este panorama, políticos de extracción ideológica muy diferente, pareciera que coinciden. Una coincidencia que se resume en la condena de tales ventas. Incluso el pedido de auxilio al estado para que de alguna manera, pare esta “sangría” de marcas históricamente argentinas. Marcas “que hacen a la identidad nacional”.
Y ante la coincidencia, uno se pregunta si no deberíamos todos ir a la Plaza de Mayo a gritar por la defensa de la “Industria Nacional”.
Causa 1: El modelo cultural
Sin entrar a analizar la famosa tesis de Max Weber, en la cultura latinoamericana en general y en la Argentina en particular, existe cierto sentimiento de culpa por parte de quienes se encuentran en la cúspide de la pirámide socioeconómica.
Por otro lado, quienes se encuentran en la base de dicha pirámide, tienden a culpar a terceros respecto de su posición relativa. Y esa acusación no se limita al ámbito local, sino que de ser posible se buscan culpables fuera del mapa latinoamericano.
Esto ha permitido a la dirigencia política implementar en nombre de la “justicia social”, todo tipo de planes económicos y políticos, que la única justicia que buscan es la de satisfacer las ambiciones personales de quienes se encuentran en el ejercicio del poder.
Es así que, sin importar los resultados que en el pasado haya tenido la implementación de determinados programas, una y otra vez se los vuelve a utilizar en el subcontinente. Siempre con el discurso marketinero que esta vez funcionará. Generalmente apoyados en la idea que la diferencia entre las anteriores implementaciones fallidas y la próxima, que estará condenada al éxito, reside en la capacidad personal y única de quien ejerce el poder. Mientras, Einstein se revuelve en su tumba.
Causa 2: El modelo macroeconómico
La intromisión del estado y la consecuente distorsión de los mercados, ha sido una constante en el último siglo. Lo que equivale a decir, que lo fue en casi toda la historia de la Argentina moderna.
Una de las constantes que podemos encontrar en los últimos 30 años, ha sido y es la inflación. Variaron los instrumentos que se utilizaron para combatirla. Y con mayor o menor éxito, siempre se la atacó como si fuera la inflación la causa de los problemas y no como una consecuencia de ellos.
Si miramos al gobierno de los 80´s, veremos que se utilizó la inflación para financiar los gastos del estado, cada vez mayores. Y se la combatió (o se pretendió hacerlo) sin éxito, con sucesivos cambios nominales de moneda, pensando que la inflación desaparecería si la misma podía ser eliminada de la mente de los argentinos.
En los 90´s, se buscó achicar el estado y con ello el gasto relacionado. Pero se fijó el tipo de cambio no permitiendo que el mercado fuera corrigiendo de manera progresiva, las distorsiones que significaba el aumento del gasto (nuevamente). Esta vez se financió dicho gasto, con deuda. Roto el termómetro cambiario, lo que pudo ser una gripe, terminó en neumonía.
Ya en el siglo XXI, se arrancó con un intento fiscalista (confiscatorio) para financiar el déficit y terminó siendo un nuevo stock de deuda el que pagó la factura. Hasta que estalló.
Luego de la crisis del 2001/ 2002, la solución que se propuso y se implementó fue incrementar el nivel de intervención del estado en la actividad económica. Sin buscar analizar aquí los beneficios que para muchos “empresarios” y funcionarios significó la pesificación y la devaluación, el mercado fue violado. Los contratos fueron incumplidos. Y el “riesgo empresario”, base del capitalismo sano, fue absorbido por el estado.
Con el piso del 09 de mayo de 2003 (U$S 1 a $2,79), se instauró una nueva convertibilidad. El objetivo decían, era un dólar competitivo (eufemismo de “artificialmente alto”) de forma de incentivar las exportaciones, favoreciendo así la reconstrucción de la economía. Se suponía que esto debería no sólo aportar fondos por la actividad de comercio exterior, mejorando el Balance de Pagos, sino que debería generar un crecimiento imparable, por aumento de la actividad económica.
Tal como explicaba días atrás el economista Raúl Cuello, confundir crecimiento con recuperación puede ser cuando menos, peligroso. “Entre el año 1998 y el año 2007, la economía argentina creció un 24%, valor que ponderando la tasa de crecimiento demográfica arroja apenas un 14% por habitante”, aclara Cuello. Este registro es significativamente menor que lo que la propaganda oficial declama.
Si como dijimos (y sabemos), la cotización del dólar no surge de las operaciones del mercado, el sentido común alcanza para saber que debe de haber algún costo a pagar para mantenerlo en los valores actuales. Al menos hasta ahora. Haber mantenido esta convertilidad, fue tarea del Banco Central, quien compró toda la oferta de dólares que el mercado no demandaba. Para esto emitió unos $70.000 millones. Y para evitar que esos pesos no demandados no quedaran en el mercado, los esterilizó vía títulos públicos.
Además del costo cuasi fiscal de estos títulos, la enorme cantidad de pesos no demandados que no fueron esterilizados, han desembocado en inflación. Inflación no reconocida por el gobierno.
Como todo ex adicto, el sólo pensar en volver a épocas de inflación de dos dígitos, ha generado cierta incomodidad en la gente cuando se encuentra con efectivo (en pesos, obvio). A mediados del 2005 se alcanzó un PBI similar al anterior a la crisis del 2001. Para ser exacto, similar el de 1998. Esto quiere decir, que hasta allí apenas fue recuperación.
Pero fue recuperación sin inversión real en bienes de capital. A principios del 2006, la brecha entre el PBI potencial y el real (output gap), se cerró. Pero la inversión seguía sin llegar.
A partir de allí, a la inflación generada por el exceso de emisión, se sumó la expectativa de la generada por una demanda que no encontraría oferta suficiente de bienes. Y esto fue agravado a partir del 3er trimestre del 2006, con una crisis energética no reconocida por el gobierno, pero que limitaba aun más la capacidad de producción.
La solución que encontró la administración actual, fue la de adulterar el termómetro. La inflación indicaba que había problemas. En lugar de tratar de resolverlos, se bastardeo al Indec, de manera que los índices fueran los que la política necesitaba.
Esto exacerbó las expectativas inflacionarias de los diversos agentes económicos, encontrándonos hoy en una situación en la que el BCRA debe ahora vender dólares para evitar la sensación de una inminente devaluación.
Este cuadro no escapa a ningún empresario. Mucho menos a los bancos. Es entonces que más allá de las bondades que desde el gobierno han tratado de convencernos que el actual modelo tiene, el mercado ha ido anticipándose a los futuros problemas.
Es entonces razonable esperar que el costo del dinero haya estado durante todo este tiempo por encima de lo que debería, según los indicadores que mostraban el camino al éxito.
Con una tasa de crecimiento cercana al 8% anual durante estos últimos seis años, con un dólar competitivo y con el éxito asegurado, los indicadores de riesgo deberían de haber bajado de manera similar a lo que ocurrió en Brasil y el costo del crédito estar en niveles acordes con un mercado sano en expansión.
Pero el tipo de cambio actual no sólo no generó el boom de exportaciones prometido, sino que sumó inflación. U$S 21.000 aun en default, convierten a la Argentina en un país poco creíble. El congelamiento de tarifas ha detenido las inversiones en infraestructura necesarias, y estas a su vez, limita la oportunidad de nuevas inversiones productivas. El control de precios no sólo distorsiona el mercado (especialmente en términos geográficos) sino que tampoco incentiva avanzar con nuevos proyectos.
En este contexto, es lógico pensar que el empresariado intentaría volver a la racionalidad económica. Aunque más no sea, para defender su propio capital.
Causa 3: El capitalismo nacional
“Propiciar las medidas adecuadas para la efectiva consolidación y la mayor expansión de la industria nacional sobre la base del respeto a la propiedad privada y la participación del capital nacional y extranjero.”
Este objetivo no se encuentra dentro de alguna de las numerosas plataformas políticas que de cara a Octubre próximo, podríamos estar leyendo. Es el punto 4to de los objetivos de la Unión Industrial Argentina (UIA).
Está claro que lejos de este objetivo se encuentra hoy el accionar de esta Cámara y de sus integrantes en particular.
Con su accionar han avalado y avalan el avasallamiento del estado sobre la propiedad privada. Cada vez que son llamados a una foto oficial, en la que se anuncian controles de precios o producción a pérdida, allí están.
Esto ha infectado al capitalismo con un virus típico en Latinoamérica: la corrupción. Corrupción no es sólo el “sobre” o “retorno”. La aceptación de subsidios como parte del precio en el que se incluyen los riesgos empresarios es también corrupción. De igual forma que lo es las cuotas de mercado, la compra de empresas con la “ayuda” de funcionarios amigos o las leyes protectivas contra los derechos de acreedores o socios minoritarios.
Consecuencias
En este contexto, es muy difícil que el mercado confíe no sólo en los datos oficiales, sino en los propios empresarios. Y las cámaras empresariales poco hacen para mejorar la situación.
A finales de Septiembre de 2007, la tasa PRIME (costo para empresas de primera línea) se ubicó un 50% arriba que en Junio del mismo año (8,64% vs. 13,44%). Que ya de por sí era comparativamente alta, en el mercado internacional. Peor aun es para del resto del sector. Ni hablar de PYMES.
Alto costo de crédito y la poca o nada credibilidad de la palabra argentina en el exterior, condenan a las empresas de capital local sin posibilidad de ayuda estatal, a rentabilidades muy bajas (con el riesgo de quiebra) y a mercados pequeños.
La alternativa de vender a quien no sólo se fondea en el exterior, sino que integra la producción local a su propia producción global, ingresando así a una escala totalmente inaccesible para los locales, es casi imposible de evitar.
El reclamo a los bancos desde el poder político, para aumentar los préstamos al sector productivo (a menor costo), no sólo es una demostración de ignorancia, sino que apenas es voluntarismo. Pero avalar desde las cámaras empresariales este tipo de reclamos, es suicidio.
Para que las empresas como Alpargatas, Swift, CEPA, Acindar, Blaistein, Bieckert, Palermo, Ed. Atlántida, Quilmes, Pago Fácil, Argencard, Loma Negra, Milkaut, CTI, etc., no sean el camino natural para el resto, son los propios empresarios y a través de ellos, las cámaras, los que deben defender contra políticos de ocasión, esta costumbre de avasallar derechos en nombre una mayoría a la que poco representan y en nada les preocupa. Aunque les resulte funcional.
En vez de buscar en intereses internacionales que eventualmente buscan la destrucción de la Argentina, debemos empezar a cambiar la cultura y pensar como hacemos nosotros para no sólo solucionar nuestros problemas, sino volvernos interesantes en un mundo global muy competitivo.
El liderazgo social de los empresarios no se ejerce a través de la obsecuencia y la connivencia con el gobierno. El riesgo es un valor que debe ser defendido.
Buenos Aires, Octubre 12, 2007.-
Publicado en Fundación FUTURO ARGENTINO (www.futuroargentino.com.ar), NOTICIAS IRUYA (http://noticias.iruya.com/content/view/2160/412/) y Fundación ATLAS 1853 (http://www.atlas.org.ar/)
miércoles, 22 de agosto de 2007
Aquellos buenos viejos tiempos
Hace menos de tres semanas, en un intento de entender los escenarios que podían darse según los posibles resultados de las próximas elecciones, me propuse tratar de visualizar las propuestas de política económica entre las que deberíamos elegir.
El caso es que al intentar semblantear una eventual gestión de la Sra. Carrió, me vi forzado a interpretar los documentos emitidos desde Centro Interdisciplinario para el Estudio de Políticas Públicas (CIEPP), presidido por quien era señalado como el futuro ministro de Economía de la Coalición Cívica: Rubén Lo Vuolo. (ver: Oferta socialista para el 2007: Carrió - http://gustavokupfer.blogspot.com/2007/08/oferta-socialista-para-el-2007-carri.html)
Apenas 48 horas después, la candidata “oficializó” a Pratt Gay como su eventual ministro de Economía. Y debo reconocer que a la fecha no he encontrado comentario alguno del economista en su nuevo papel, que me permitiera ratificar o rectificar lo elaborado anteriormente.
Este reemplazo, ya era todo un cambio en lo que se podía esperar en un eventual gobierno “lilista”. Aun así, desde el ARI y sus aliados, no se escuchó reclamo alguno. Aunque hubo cierto cosquilleo interno.
Pero nada comparado con las reacciones (Macaluse, Maffei, etc.) que provocaron las últimas alternativas no negadas por la propia Carrió. Una eventual alianza con Ricardo López Murphy. A confirmarse orgánicamente el próximo fin de semana.
El PRO
Definitivamente, 2003 fue el año del paroxismo en Recrear. Casi de la nada, López Murphy lograba un tercer puesto en las presidenciales a menos de siete puntos del primero y además, arrasaba en la Ciudad de Buenos Aires. Era el año del “perro”, aunque en el horóscopo chino haya sido otro.
En cambio 2005, fue el regreso a la realidad. Sin antecedentes protagónicos en la política de las grandes ligas y sin haber aprovechado las oportunidades que se presentaron, (recordar aquel cambio de fecha para las elecciones en la ciudad que impulso Ibarra, que le hubieran permitido a López Murphy ganarla cómodamente) la opción elegida fue la peor posible. Y el resultado, un pobrísimo y evitable quinto puesto en la Provincia de Buenos Aires. Una lápida.
De manera paralela, se conformó una alianza la cual tuvo casi como distrito excluyente a la Ciudad de Buenos Aires. Así nació propuesta Republicana. PRO para los amigos.
Con la afirmación de Mauricio Macri como triunfador en aquellos comicios, la lucha por el liderazgo en el PRO estaba definida. Así fue que incluso López Murphy (RLM) debió esperar que Macri decidiera donde jugar en 2007, para él poder mover sus fichas.
La historia reciente dejó claro que Macri no se equivocó cuando apostó por la Ciudad. Y arrasó.
¿Que es lo que muchos esperan de RLM? Seguramente que encuentre un camino sólido para construir un proyecto político serio. Una alternativa real.
Ser primer candidato a diputado nacional, para desde allí posicionarse como jefe de un Interbloque en la única cámara que se puede hacer política, sigue aun siendo una alternativa.
La cámara de senadores quizás da mas brillo, pero hace años que en ella se carece de la menor posibilidad de oponerse a nada. Tan es así, que aun cuando el cuerpo de diputados mas que triplica el de senadores, el hombre (y la mujer) de la calle, no sabe los nombres de los representantes de su propia provincia en la cámara Alta. Mucho menos, los ajenos.
Macri o Carrió
Hasta hace 10 días, al menos de manera pública el desencuentro entre López Murphy y Macri era la falta de apoyo explicito e ilimitado de este a aquel, así como la inflexibilidad del primero en rever el cargo al cual se postulaba.
López Murphy dejó muy claro que atento a los orígenes familiares y como buen descendiente de irlandeses, su tozudez le impedía bajarse de la candidatura presidencial. “No podemos dejar de llevar una alternativa propia” decía el recrearista.
Por su parte, su ambivalencia ante la posibilidad no solo de encontrarse frente a una derrota que licue el peso psicológico del 61% de junio, mas la incomodidad de una importante parte de su propia fuerza, obligaba a Macri a limitar el respaldo que le reclamaban. Proponía en cambio la senaduría para el bulldog. Esto le aseguraría un resultado decente como mínimo en la Ciudad y le daría margen para su negociación interna.
Sorprendentemente, López Murphy se bajaría de su candidatura presidencial y aceptaría la alternativa del senado, pero junto a quien sólo lo une el espanto. Y los viejos recuerdos.
Recrear y el ARI son dos partidos que deben aun crecer, aun con alianzas, hasta convertirse en una alternativa de poder real. Pero uno del otro. Representan ideologías totalmente disímiles.
La separación de poderes, el principio republicano y la idea federal no pueden hacer en una sociedad moderna la diferencia entre un partido y otro. Esos principios deben ser comunes a todos los partidos. A todos los ciudadanos.
Caso contrario, estaríamos dando a la dictadura actual, un status ideológico.
Si López Murphy está dispuesto a dar el paso que sea necesario para poder desalojar a la pareja presidencial, no es hacia a quien por despecho lo hacen mirar, donde debería recalar.
Mantenerse dentro del PRO debe ser ahora la primera prioridad. Y la renuncia a la candidatura presidencial debe ser realizada en el marco de una activa participación no sólo en el gobierno de la Ciudad, sino en el armado de las listas a ser presentadas y en la decisión de los apoyos que el PRO otorgue, el próximo28 de octubre.
Subirse a la Coalición Cívica como candidato a senador, significa no sólo renunciar a una asociación que es mucho más afín, sino también al ostracismo político.
Quizás algunos políticos no lo vean, pero los votos de Recrear no se suman a los del ARI o el socialismo. Una alquimia así sólo puede darse dentro del PRO. Ya sumaron mal en la Provincia, en 2005.
Es mejor planear el futuro, que brindar por los viejos buenos tiempos, ya que no todo pasado fue mejor.
Buenos Aires, Agosto 23, 2007.-
Publicado en La Nueva Provincia (Bahia Blanca)
miércoles, 1 de agosto de 2007
Oferta socialista para el 2007: Carrió
Marco macroeconómico
Rubén Lo Vuolo es no sólo el economista de cabecera de Carrió, sino el principal referente económico del ARI y de la Coalición Cívica, ambas referenciadas en la propia Carrió. La incorporación de Alfonso Prat Gay es más reciente y todavía no se ha traducido en un programa ni tampoco en declaraciones referenciales del ex presidente del Banco Central.
En Diciembre del 2006, Lo Vuolo publicaba su informe Nro. 53 (Los límites del análisis del comportamiento virtuoso de los agregados macroeconómicos), el cual ayuda a comprender algunas ideas que podrían convertirse en ejes de gestión, en el caso que Carrió accediera a la primera magistratura.
En este trabajo, el economista busca encontrar los puntos de unión entre el modelo implementado en los 90’s y el actual de forma de plantear sus diferencias con ambos. Veamos que nos propone:
“El nuevo esquema macroeconómico de Argentina es más consistente que el vigente durante la Convertibilidad, pero eso no significa que se ha logrado modificar el régimen de organización social construido en los noventa.”
“Es necesario algo más que una política de tipo de cambio competitivo para cambiar los principios de organización social heredados de la década del noventa. Plantearse como objetivo una tasa de crecimiento lo más alta posible confiando en el derrame de sus beneficios, es una apuesta ortodoxa que no apunta a cambios sustantivos del régimen de organización económica y social.”
Es claro que en el corazón de la Coalición, se ve como superadores aquellos elementos que limiten el funcionamiento del mercado. El “derrame” es la consecuencia de un sistema económico libre, con reglas claras y un importante marco institucional, de forma de incentivar las actividades de riesgo, en búsqueda de rentas por encima del promedio, hasta que el propio mercado arbitre y nivele las mismas.
Lo Vuolo expresa su descreimiento hacia este tipo de marco institucional, prefiriendo otros donde no sea a través del mercado, que se definan ganadores y perdedores. Donde un tipo de cambio artificialmente alto y digitado por la autoridad económica, es un punto importante.
Más Aun, “Un cambio sustantivo de este patrón de desigualdad debería colocar en el centro de toda estrategia a la cuestión distributiva.” Dicho de otra manera, la mano “invisible”de Adam Smith, debe pasar a ser la “visible” del estado.
Es entonces que parece que alcanza con superávits gemelos para tener un esquema consistente, aun cuando existan tarifas congeladas, precios regulados y salarios en dólares a niveles comparables de países de muy bajo nivel de desarrollo, donde el trabajador es descartable. Ni que hablar si consideramos que un 45% de la fuerza laboral se encuentra en el mercado informal y por ende sin ningún tipo de protección (laboral, social ni previsional).
“Los modelos ortodoxos asumen que la única institución existente es el mercado, de forma tal que los derechos de propiedad se consideran dados de una vez y para siempre, los contratos firmados y nunca revocados.”
Si no queda claro las implicancias al rechazo de lo denominado por el autor como un “sistema ortodoxo”, menciona como crítica y por ende como elemento a reconsiderar, los alcances de los derechos de propiedad y la validez de los contratos.
Seguramente esto tenga mucho que ver con la propia percepción de no lograr al menos en el 2007, ser parte de una agrupación que vaya a tener la responsabilidad de administrar el poder. De esa forma, podríamos verificar el famoso “Teorema de Baglini”.
En caso de no ser este el caso nos estaríamos encontrando con un frente político que pretende relativizar principios tan básicos como el derecho a la propiedad y en consecuencia, la libertad misma.
Energía
En el mismo informe, el economista dice: “Mas allá de las retenciones y de algunos acuerdos bilaterales entre el gobierno y las empresas petroleras, la novedad es la creación de la empresa Energía Argentina S.A. (ENARSA). Esta empresa se creó sin capacidad para modificar el contexto general en el área”.
Pareciera que la creación de ENARSA no fuera en si mismo un paso atrás. Un sinsentido que a la vista de la experiencia argentina permite augurar ineficiencia y un claro foco de corrupción. Aparentemente, el problema es la falta de capacidad de esta sociedad anónima con mayoría estatal para modificar las condiciones del mercado. Podríamos interpretar que si se hubiera copiado el modelo de PDVSA, donde la misma posee mayoría accionaria a lo largo de toda la actividad hidrocarburífera (upstream y downstream), entonces ENARSA podría haber sido un acierto más del gobierno. O, que en caso de llegar la Dra. Carrió a la presidencia, deberíamos prever la posibilidad de un cambio a la venezolana, sobre el sector.
“La renta petrolera sigue en manos de empresas multinacionales y, pese a que el país es productor y exportador de hidrocarburos, se registran serios problemas de suministro energético que obligaron a importar gas y combustible, mientras caen las reservas petroleras. La falta de estrategia frente a la crítica situación de la matriz energética abre serios interrogantes sobre eventuales cuellos de botella en un contexto de elevadas tasas de crecimiento económico.”
Finalmente podemos ver la cercanía entre el discurso arista y el oficialismo. El problema de la crisis energética no está en la falta de reglas claras y precios intervenidos, que aseguren rentabilidad a los productores en condiciones equiparables a las de otros países y por ende incentiven las inversiones necesarias. Para el referente económico del ARI, el problema parecería estar en las “elevadas tasas de crecimiento”. Y en las empresas privadas.
Borrador de una propuesta
Días atrás, la Sra. Carrió dijo: “Hay tres ejes que son decisivos, uno es el tema inflacionario y por eso proponemos una moneda con real poder adquisitivo, el segundo es un problema estructural vinculado al tema del transporte por lo que proponemos tener un plan vial que mejore la estructura y el transporte de cargas que hoy esta distorsionado”. “El tercer tema es el energético, donde están subvencionadas las clases altas con el dinero que pagan los pobres que tienen valores altísimos en el costo de la garrafa, por eso necesitamos un uso racional de la energía y un plan que reclamamos desde hace años”. (Mar del Plata, 25 de Julio de 2007)
Estos conceptos se expresan de forma muy general y sólo podría analizarse su contenido si se plantearan propuestas más concretas. Podemos afirmar que el discurso económico de la Dra. Carrió carece en general de precisiones o siquiera de algo más que sus títulos. La candidata suele afirmar que además de la adhesión a los principios de la República, con los cuales es difícil estar en desacuerdo, la incorporación a su coalición requiere que se acepte el “desarrollo” y “la distribución del ingreso”. Tal vez falte decir la “mejor” distribución del ingreso para que el concepto se constituya en un objetivo comprensible. Así estaría fuera de discusión, de lo contrario suena como una apelación simplista y meramente efectista además de peligrosa.
Según lo mencionado antes por el propio Lo Vuolo, la alternativa de una flotación del tipo de cambio no esta en la lista de la Coalición. Pareciera entonces que “una moneda con real poder adquisitivo” no implica un peso de más valor sino un tipo de cambio “competitivo”.
Pretender atacar la inflación con un tipo de cambio real alto, el cual sólo se puede lograr a través de sucesivas intervenciones del BCRA en el mercado, es querer apagar el fuego con nafta. En la penúltima semana de julio se vio que ante una leve turbulencia internacional, la Argentina se somete más que cualquier otro país a los vientos de la desconfianza. En esa situación la demanda de pesos se hace rápidamente menor que la oferta. El 55% de las Reservas del BCRA están esterilizadas vía NOBAC y LEBAC, generando un alto costo que debe ser compensado por la renta obtenida por el otro 45%. Algo no que podrá ser mantenido por mucho tiempo.
Por otro lado, la diferencia entre el precio del gas en garrafa (GPL) y el gas natural, es consecuencia de la liberalización parcial del precio del primero y el congelamiento del segundo. No es un subsidio de uno a otro. Lo que ocurriría de liberarse ambos, es que el gas natural aumentaría mucho más que la garrafa. Pero dado su impacto en el IPC, el interés en mantener al gas natural quieto, al menos hasta octubre de 2007, es crucial para la administración actual.
Respecto del precio del GLP, se han presentado muchos proyectos de subsidio al mismo en la Cámara de Diputados. Todos han quedado en el cajón de la presidencia de la Comisión de Presupuesto. Ninguno de dichos proyectos generaba un problema en término presupuestario como para no haber podido ser tratado. Pero esto quizás sirva para mostrar el interés del oficialismo en los más necesitados. Y de todos aquellos que consideran que este modelo tiene alguna consistencia.
Seguramente, a medida que avance el proceso electoral, podremos ir teniendo mayores certezas para analizar a los candidatos. Pero está claro, que por la cercanía de los dichos (y escritos), la explicación de los planes deberán ser muy detalladas para poder revertir los conceptos hasta aquí vertidos.
Buenos Aires, Julio 31, 2007.-
Publicado en Fundación FUTURO ARGENTINO (www.futuroargentino.com.ar), DIARIO DE AMERICA www.diariodeamerica.com) y Fundación ATLAS 1853 (http://www.atlas.org.ar/)