En el mes de marzo pasado, se produjo la primera serie de hechos, en la que el gobierno nacional comenzó a verificar que el apoyo con que contaba desde el inicio de la gestión, no iba a durar para siempre. Ese mes, se inició un proceso por el cual, los “transversales ortodoxos”, comienzan a correr “por izquierda” a quienes tenían como objetivo, “vivir” en la izquierda, o como se denomina en el siglo XXI, en el progresismo.
Mientras el propio presidente reconocía por lo bajo, la equivocación de acto de la ESMA y de Parque Norte, desde los Fernández (la Señora y los dos ministros desbocados) hasta los grupos radicalizados (por la violencia y no por doctrina), incluyendo a quien era el responsable de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos (G Beliz), ratificaban su identificación con los hechos delictivos de la subversión de los 70’s.
Como no podía ser de otra manera e impulsado por la presión que los hechos posteriores a la muerte de Axel (Blumberg), el ex ministro Beliz presentó un grandilocuente Plan Nacional de Seguridad. Sobre esto, debemos realizar dos comentarios. Si un ministro precisa de casi once meses para presentar un plan sobre lo que será la política de su cartera, eliminemos los ministerios. Al segundo mes de haber jurado y no haber presentado su plan de trabajo y los objetivos a alcanzar, ya debió haber sido desplazado. Por otro lado, su plan no era otra cosa que una serie de proyectos que en esa fecha YA tenían estado parlamentario ( o sea, eran pre-existentes a su plan), otros que eran de dudosa implementación (juicio por jurados) y muchas que aun a finales de Julio, no han sido presentados. En otras palabras, puro aire.
Ya en los últimos días, Quantin y Béliz obtuvieron un mayor centimetraje en la prensa del que ya nos habían acostumbrado. La toma de la comisaría 24ta y la no intervención para su recuperación por un lado y la inacción ante los deplorables hechos en el edificio de la Legislatura de la Ciudad, demostraron que a “zapatitos blancos”, el ministerio le quedaba grande. Pero la factura, fue a Balcarce 50.
Paradójicamente, en un país en el que los gobiernos han dependido básicamente de los indicadores de la economía, y mientras esta pareciera que no está en el peor de sus momentos, la seguridad, comienza a marcar el rumbo de la estrategia presidencial.
Empieza a quebrarse el andamiaje transversal soñado por Kirchner y sus amigos, para gobernar sin la participación del PJ, a quienes hasta hace unos días, consideraban que encarnaban lo peor de la política. Especialmente, si pensaban en La Plata y alrededores. Claro que hoy, ante la incompetencia que han demostrado los operadores transversales (Verbisky, Kunkel, Eduardo Luis Duhalde, etc), urge un giro “estratégico”, con vistas a las próximas elecciones. Y al 2007.
Moyano, tradicional líder sindical y que tan sólo se peleó con los gordos, por una cuestión de poder, pero no por discrepar en los medios de hacer sindicalismo, hoy es reconocido como un enlace “natural” entre las distintas tribus. Quizás, sea porque mientras por un lado, se pretenda encarrilar la causa piquetera, con los muchachos de los camiones, de manera paralela, el peronismo vuelva a mostrar que más allá de las diferencias internas y los proyectos personales, cuando es necesario, se comportan de manera homogénea y con un único e invariable objetivo: el hegemonismo del partido por sobre todo el resto.
La crisis de la seguridad, no sólo se llevó al ministro, probablemente, otros vayan a dejar sus lugares, para que el PJ vuelva. El PJ le agradece a Béliz, su incompetencia.
Agosto de 2004.-
Mientras el propio presidente reconocía por lo bajo, la equivocación de acto de la ESMA y de Parque Norte, desde los Fernández (la Señora y los dos ministros desbocados) hasta los grupos radicalizados (por la violencia y no por doctrina), incluyendo a quien era el responsable de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos (G Beliz), ratificaban su identificación con los hechos delictivos de la subversión de los 70’s.
Como no podía ser de otra manera e impulsado por la presión que los hechos posteriores a la muerte de Axel (Blumberg), el ex ministro Beliz presentó un grandilocuente Plan Nacional de Seguridad. Sobre esto, debemos realizar dos comentarios. Si un ministro precisa de casi once meses para presentar un plan sobre lo que será la política de su cartera, eliminemos los ministerios. Al segundo mes de haber jurado y no haber presentado su plan de trabajo y los objetivos a alcanzar, ya debió haber sido desplazado. Por otro lado, su plan no era otra cosa que una serie de proyectos que en esa fecha YA tenían estado parlamentario ( o sea, eran pre-existentes a su plan), otros que eran de dudosa implementación (juicio por jurados) y muchas que aun a finales de Julio, no han sido presentados. En otras palabras, puro aire.
Ya en los últimos días, Quantin y Béliz obtuvieron un mayor centimetraje en la prensa del que ya nos habían acostumbrado. La toma de la comisaría 24ta y la no intervención para su recuperación por un lado y la inacción ante los deplorables hechos en el edificio de la Legislatura de la Ciudad, demostraron que a “zapatitos blancos”, el ministerio le quedaba grande. Pero la factura, fue a Balcarce 50.
Paradójicamente, en un país en el que los gobiernos han dependido básicamente de los indicadores de la economía, y mientras esta pareciera que no está en el peor de sus momentos, la seguridad, comienza a marcar el rumbo de la estrategia presidencial.
Empieza a quebrarse el andamiaje transversal soñado por Kirchner y sus amigos, para gobernar sin la participación del PJ, a quienes hasta hace unos días, consideraban que encarnaban lo peor de la política. Especialmente, si pensaban en La Plata y alrededores. Claro que hoy, ante la incompetencia que han demostrado los operadores transversales (Verbisky, Kunkel, Eduardo Luis Duhalde, etc), urge un giro “estratégico”, con vistas a las próximas elecciones. Y al 2007.
Moyano, tradicional líder sindical y que tan sólo se peleó con los gordos, por una cuestión de poder, pero no por discrepar en los medios de hacer sindicalismo, hoy es reconocido como un enlace “natural” entre las distintas tribus. Quizás, sea porque mientras por un lado, se pretenda encarrilar la causa piquetera, con los muchachos de los camiones, de manera paralela, el peronismo vuelva a mostrar que más allá de las diferencias internas y los proyectos personales, cuando es necesario, se comportan de manera homogénea y con un único e invariable objetivo: el hegemonismo del partido por sobre todo el resto.
La crisis de la seguridad, no sólo se llevó al ministro, probablemente, otros vayan a dejar sus lugares, para que el PJ vuelva. El PJ le agradece a Béliz, su incompetencia.
Agosto de 2004.-
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