martes, 3 de julio de 2007

A confesión de parte.....

La Argentina tiene ese no sé que. O mejor dicho, todos “olemos” ese que. Eso que nos hace tan parecidos a nosotros y a la vez tan distintos a los otros (usted piensa que ser original es intrínsecamente bueno?).

La verdad es que hemos tenido de todo ..... lo que deberíamos haber evitado. Dentro de esta característica, supimos conseguir un presidente por aclamación (casi como el default). Lo aclamaron pocos, ya que había perdido la elección, pero este es un país generoso.

Nos acostumbró a que cada vez que abría la boca, nos dejaba peor parados que antes de hacerlo. Recordará cuando le dijo al premier español Aznar, que “no se había dado cuenta que el mundo estaba tan globalizado...”. Estadista como pocos, que se dedicó el último tercio de su administración, a evitar la llegada de un ex amigo suyo (de él, no se enoje....), mientras la diosa fortuna o alguien hacia la plancha, para llegar a la elección de abril.

Ya todos lo dábamos como parte de la historia (si, aunque no nos guste, será parte de ella). Pero ayer (30.Dic.03) hizo una entrevista, que de haber ocurrido 48 horas antes, hubiésemos pensado que era un chascarrillo por el día de los Inocentes. Pero acá no hay nada inocente. Ni de vergüenza.

En sus declaraciones, de las que la prensa habló sin cansarse, sobre las posibilidades de la Sra. Pingüino como eventual candidata a gobernadora de la provincia de Buenos Aires en el 2007, también habló sobre los Planes Jefes y Jefas de Familia.

Hace 48 horas, el Fiscal general de la Nación, “avisó” que se había detectado un uso incorrecto de los planes sociales, por un valor cercano al 20%. Y que dicho uso había sido realizado por los intendentes del conurbano, por ser la “red natural” para su distribución. Pero el Dr. Duhalde, por suerte hizo algunas aclaraciones, que oscurecieron el panorama.

La primera, fue en defensa de los “pobres” intendentes, que aceptaron hacer la asignación y distribución de los planes, cuando todo el resto de los funcionarios “se borraron”. Tal como usted se imagina, los errores que se cometieron, en ningún momento fueron con intención ni favorecieron a esos intendentes, en un año electoral.

La segunda, nos va a permitir cuantificar el “error”. Según el propio ex presidente, “... en el momento del incendio, se asignaron un millón de planes en 60 días.”, “Nosotros ya habíamos dicho que había un error del 15%.... ” (sic). Hagamos algunas cuentas: 150.000 planes por $150 mensuales, da la friolera de $22,5 millones POR MES, o sea, $270 millones en un año. Y esto fue sólo con el primer millón de planes otorgados. No hablemos que después se perfeccionó el sistema, y se dio a los piqueteros la posibilidad de administrar padrones a presentar luego para la obtención de planes. Tampoco consideremos que la estimación del 15% puede ser mayor. Eso sería desconfiar del Dr. Duhalde.

Hoy estamos en los 2.200.000 planes. Decir que hay que agradecerle a los intendentes su “predisposición” a ayudar y que el 15% de la ayuda social fue “perdida” con cara de póquer, es tratarnos a todos nosotros de ............. (complete a su gusto).

Para peor, aún no ha aparecido un solo fiscal que pida que este señor aclare como sabía del 15% y donde están esos fondos. En un país quebrado y en default, con impresionantes niveles de pobreza e indigencia y sin posibilidad de obtener fondeo externo, que se pierdan esos montos millonarios y nadie investigue, cuando menos es plausible de ser considerado negligencia. O será corrupción? Esa que sobra en estas latitudes y que tan mal huele. Es la vieja política.


Diciembre 29, 2003
Publicado en Fundación ATLAS 1853 (www.atlas.org.ar)

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