Durante el 2005, tuve el gusto de participar de un curso de perfeccionamiento político multipartidario, en el que en cada reunión se tocaba un tema distinto. En la primera, quien expuso sobre el gasto público, fue el actual ministro de economía designado, Martín Lousteau.
Quien en aquel momento acababa de asumir como asesor del ministro de la Producción Bonaerense Lopetegüi, hacía hincapié en lo bajo que era no sólo el Gasto Público Nacional, sino además, la presión tributaria. ¿Seguirá pensando lo mismo?
Los “caminos de la vida”, lo han llevado hasta uno de los puestos claves del Estado. Pero condicionado.
No sólo por quien es el presidente hasta el próximo 10 de Diciembre, sino por todos los nombramientos impuestos que deberá aceptar en casi la totalidad de las áreas que formalmente de él dependen.
Y la estrella de estas designaciones inconsultas, es el Secretario de Comercio Interior. El hasta hace unos días renunciado, Guillermo Moreno.
¿Caso testigo?
Ámbito Financiero publicó en sus Charlas de quincho de ayer, que el ex presidente del BCRA Javier González Fraga, mentor de Lousteau y candidato al mismo cargo al que este asumirá la semana próxima, pero en la oposición (Lavagna), dijo haber aconsejado a su “pollo”. “Le dije a Martín que se banque a Moreno y que no proteste, que diga (a) todo que sí, que aguante tener colegas lamentables y acusados de corrupción”.
Más allá de la versatilidad ideológica de González Fraga, quien ya anunció su pase al kirchnerismo, está claro que pretende educar a Lousteau con valores.
Y debemos reconocer que el alumno es bueno, ya que no tardó en hacerle caso. Después de todo, es mucho más importante parecer, que ser.
Hasta hace unas horas, se había planteado la posibilidad de un debate del que podría deducirse quien manejaría las riendas del Palacio de Economía.
El ministro designado se oponía a que se fijase el precio de venta de los productores lecheros en $0,73 por litro, tal como proponía el Secretario Moreno. Su propuesta era la de garantizar el precio que los tamberos pedían ($0,82/ litro) a cambio de la promesa de inversiones, de forma de aumentar la producción total de leche.
Para esto se debería subsidiar a las empresas productoras, (aunque estas ya habían manifestado su apoyo a la propuesta morenista). Esto no era nada para quien considera que el gasto es bajo.
Hoy Martes, finalmente se develó el criterio que el gobierno utilizará para solucionar el conflicto. Y para disfrute del kirchnerismo más duro, fue el joven ministro a quien le tocó dar las nuevas.
Si bien el precio máximo que las procesadoras podrán pagar a los productores, será levemente superior al oportunamente anunciado por Moreno, el criterio elegido, fue el del Secretario. O sea, el de Kirchner.
Rápidamente, el novel ministro aprendió la lección de su padrino González Fraga. Ya sabe decir “si” a todo. Incluso hace propias las propuestas ajenas. Tiene futuro.
Presión fiscal y salida de divisas
Como decía en el comienzo, la idea de Lousteau es que la presión tributaria en nuestro país es comparativamente baja. Y sin entrar analizar la calidad del gasto y por ende, el retorno para la población de los impuestos pagados, la otra parte del anuncio sobre la leche, fue en el camino de aumentar la recaudación. Vía retenciones.
Es que se fijó el precio máximo a percibir por los exportadores: U$S 2.700 por tonelada de leche en polvo. Y en el mercado internacional, la cotización está por encima de los U$S 4.100 la tonelada. La diferencia, queda en el Estado.
Esto no sólo va a ayudar a que cada vez haya más soja y menos leche, sino que es una autopista hacia la subfacturación de las exportaciones. Siendo la brecha tan alta y con tendencia a aumentar, los sabuesos de la AFIP tendrán que trabajar mucho para evitar que la leche se convierta en el mejor instrumento para sacar divisas del país.
Buenos Aires, Diciembre 05, 2007.-
Quien en aquel momento acababa de asumir como asesor del ministro de la Producción Bonaerense Lopetegüi, hacía hincapié en lo bajo que era no sólo el Gasto Público Nacional, sino además, la presión tributaria. ¿Seguirá pensando lo mismo?
Los “caminos de la vida”, lo han llevado hasta uno de los puestos claves del Estado. Pero condicionado.
No sólo por quien es el presidente hasta el próximo 10 de Diciembre, sino por todos los nombramientos impuestos que deberá aceptar en casi la totalidad de las áreas que formalmente de él dependen.
Y la estrella de estas designaciones inconsultas, es el Secretario de Comercio Interior. El hasta hace unos días renunciado, Guillermo Moreno.
¿Caso testigo?
Ámbito Financiero publicó en sus Charlas de quincho de ayer, que el ex presidente del BCRA Javier González Fraga, mentor de Lousteau y candidato al mismo cargo al que este asumirá la semana próxima, pero en la oposición (Lavagna), dijo haber aconsejado a su “pollo”. “Le dije a Martín que se banque a Moreno y que no proteste, que diga (a) todo que sí, que aguante tener colegas lamentables y acusados de corrupción”.
Más allá de la versatilidad ideológica de González Fraga, quien ya anunció su pase al kirchnerismo, está claro que pretende educar a Lousteau con valores.
Y debemos reconocer que el alumno es bueno, ya que no tardó en hacerle caso. Después de todo, es mucho más importante parecer, que ser.
Hasta hace unas horas, se había planteado la posibilidad de un debate del que podría deducirse quien manejaría las riendas del Palacio de Economía.
El ministro designado se oponía a que se fijase el precio de venta de los productores lecheros en $0,73 por litro, tal como proponía el Secretario Moreno. Su propuesta era la de garantizar el precio que los tamberos pedían ($0,82/ litro) a cambio de la promesa de inversiones, de forma de aumentar la producción total de leche.
Para esto se debería subsidiar a las empresas productoras, (aunque estas ya habían manifestado su apoyo a la propuesta morenista). Esto no era nada para quien considera que el gasto es bajo.
Hoy Martes, finalmente se develó el criterio que el gobierno utilizará para solucionar el conflicto. Y para disfrute del kirchnerismo más duro, fue el joven ministro a quien le tocó dar las nuevas.
Si bien el precio máximo que las procesadoras podrán pagar a los productores, será levemente superior al oportunamente anunciado por Moreno, el criterio elegido, fue el del Secretario. O sea, el de Kirchner.
Rápidamente, el novel ministro aprendió la lección de su padrino González Fraga. Ya sabe decir “si” a todo. Incluso hace propias las propuestas ajenas. Tiene futuro.
Presión fiscal y salida de divisas
Como decía en el comienzo, la idea de Lousteau es que la presión tributaria en nuestro país es comparativamente baja. Y sin entrar analizar la calidad del gasto y por ende, el retorno para la población de los impuestos pagados, la otra parte del anuncio sobre la leche, fue en el camino de aumentar la recaudación. Vía retenciones.
Es que se fijó el precio máximo a percibir por los exportadores: U$S 2.700 por tonelada de leche en polvo. Y en el mercado internacional, la cotización está por encima de los U$S 4.100 la tonelada. La diferencia, queda en el Estado.
Esto no sólo va a ayudar a que cada vez haya más soja y menos leche, sino que es una autopista hacia la subfacturación de las exportaciones. Siendo la brecha tan alta y con tendencia a aumentar, los sabuesos de la AFIP tendrán que trabajar mucho para evitar que la leche se convierta en el mejor instrumento para sacar divisas del país.
Buenos Aires, Diciembre 05, 2007.-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario